Todos, habremos oído una y mil veces, la Teoría con que muchos tratan de "convencernos", de que nuestros pequeños, por su escasa edad, no tendrán Recuerdos anteriores, tan siquiera quizás, del momento de conocernos...de esos instantes tremendamente marcados para nosotros, de encontrarnos y ver por primera vez a nuestros hijos. Yo, sigo creyendo que sus Recuerdos pueden ser confusos o vagos, pero existen y pueden en muchas ocasiones sorprendernos. Desde hace mucho tiempo, desestimé esa teoría; puesto que hubo casos de familias, que comentaban situaciones que de repente, pasados los años, habían experimentado a través de esos Recuerdos (quizás puntuales) de sus pequeños...y que por algún motivo; tal vez por el Impacto que les causó (un cambio radical de emociones que descubren al sentir ese cariño del que en muchos casos han carecido hasta entonces), comentaron con total claridad, al tener ya la suficiente Confianza o total Seguridad con sus papás (al adquirir un Vínculo o Apego seguro). Esos Recuerdos, vienen provocados por instantes que pudieron marcar también sus vidas; como el primer contacto o algún momento de carácter especial para ellos, que acompañara esos encuentros.
Pues bien: hace un año, realizamos una fotografía con Lera en Vladivostok, que se ha convertido ya en una imagen clásica de muchas familias adoptantes con sus pequeños. La vimos por primera vez, pocos meses antes de este viaje, cuando la plasmaron y compartieron (tanto con nosotros como con un grupo muy unido de familias), unos muy buenos y queridos amigos (a quienes conocimos gracias a este blog...). Se trata de una imagen en la cual se entrecruzan las manos de los papás, con la del pequeñ@: una imagen que sirve de nexo entre todos y representa la unión en uno sólo... en esa familia que tratamos de convertirnos siempre por medio de la adopción. Si bien es cierto, que dicha instantánea, es una de las que mostramos en nuestro juicio en Vladivostok...y que realmente sorprendió y agradó, tanto a la jueza como a la fiscal encargados de nuestro caso.
Como en ella es habitual, Lera volvió a dejarnos anonadados, cuando al estar tranquilamente sentados en la terraza de casa, pidió primero la mano a su mamá y acto seguido a mí; para juntarlas una sobre la otra, al tiempo que deslizaba por sus labios, con su medio comprensible vocabulario, la palabra "Vladivostok". Nos dejó perplejos una vez más, sin saber qué hacer o decir...aunque en infinidad de momentos, una simple mirada, sirve para expresar todo lo que los sentimientos nos ofrecen: en este caso, Ternura, Emoción y Amor...también, por y para siempre: la misma que deseamos siempre a todos quienes buscan ese final feliz, que con tesón, antes o después, acabaran viendo hecho realidad. Un día más, imaginamos juntando las manos de todas esas familias y esos pequeños destinados a encontrarse.
Efectivamente. Los recuerdos que tienen pueden sorprender. Y no sólo de sus contactos con nosotros (ya os contará mñas cosas con el tiempo). También los tienen de su vida anterior. En momentos complejos le he pedido a mi hija que dibujase lo que le pasaba. Después le he hecho explicar qué había dibujado y sus explicaciones son muy reveladoras.
ResponderEliminarNuestra niña lleva sólo dos meses con nosotros y ya se comunica en español muy bien. Tal es así que el ruso lo está olvidando. (Pondremos remedio). Y con sólo dos meses ya nos ha contado muchas cosas de su vida pasada con las que nos ha sorprendido. Tiene recuerdos y MUCHOS. Yo creo que nos ha querido contar lo que lleva en su interior cuando ya se ha sentido querida y parte de la familia.
ResponderEliminarMuchos niños tardan años en contar su vida y otros incluso jamás nada.