Cómo olvidar aquel día...aquella despedida de la casa cuna de Zavodskoy, tras un momento tan esperado y deseado: aquel "hasta luego", que ya hemos podido cumplir y de la mejor manera...volviendo junto a Lera para agradecer tanto el trato y los cuidados a nuestra hija, como la oportunidad que se nos dio a los tres.
Hoy, día del "Año Nuevo Viejo" (Antiguo Año Nuevo) en Rusia, será también recordado por ser el que nos unió para siempre en familia, tras hacerse firme la sentencia de adopción: la primera noche juntos, aquella primera cena...el primer día en el que ya no tendríamos que volver a despedirnos.
Cada día, recordamos con nitidez cada detalle, cada instante: la tranquilidad con que descansaba Lera, y sigue haciéndolo a día de hoy: aunque en aquellas primeras jornadas, siempre era capaz de captar y sentir la presencia a su alrededor, y en las cuales a pesar de acudir sigilosamente a observarla, siempre nos recibía con los ojos abiertos. Qué decir pues, de aquellas miradas constantes alrededor de la cuna del VLAD Inn y de aquella tranquilidad y confianza que mostraba hacia nosotros, que seguíamos siendo unos desconocidos a pesar de los gratos momentos compartidos.
Cómo olvidar aquellas cariñosas palabras y lágrimas de despedida de sus cuidadoras... o aquellas ropas que la vestían por última vez. Cómo olvidar el entusiasmo de Lera al oírnos llegar, contándole orgullosa a todos, y con convencimiento total, que venían sus papás a buscarla...para irse con ellos: y eso, teniendo en cuenta su escasa edad; para que quizás luego podamos pensar que carecen de recuerdos o de capacidad para interpretar o comprender la situación.
Hoy, sentimos la alegría de haber podido cumplir con nuestros mejores deseos y promesas: mantener el contacto con quienes colaboraron e hicieron posible nuestra unión, incluso con la casa cuna y sus trabajadoras, enviando imágenes de Lera y su familia; pero también, pudiendo volver a visitar aquel lugar junto a Lera y saludar a quienes tanto Amor y cariño nos dispensaron en todo momento. Allí también tenemos familia; y un vínculo inquebrantable con personas y lugares que lo hacen único: allí, en Vladivostok, Zavodskoy y Artiom, están los orígenes y cuna de nuestra querida hija...y donde reposa y siempre nos aguarda, una parte muy importante de nuestros corazones.
Este mismo día hace dos años, no comenzaba únicamente un Nuevo Año Viejo, sino una Nueva y Esperanzadora Vida para nuestra familia... el primer día de nuestra historia juntos; marcado por un hecho inolvidable: se hacía realidad el Milagro de la Adopción... el Mágico momento de nuestra Unión.
Han sido dos años plenos de alegría y felicidad, aunque como ya sabíamos, cargados también de temores, formación y continua alerta ante cualquier imprevisto o señal, tratando de prevenir dificultades; ya sean en la adaptación, salud o comportamiento... Dos años que no cambiaríamos por nada en el mundo; y que viviríamos de igual modo y con la misma intensidad, una y mil veces. Aunque no es fácil; no existe nada que merezca más la pena... GRACIAS...