Hay momentos en que uno siente el amor de forma muy especial; sin tapujos y sin ningún tipo de dudas...a través de las palabras de un niño. El pasado domingo, a pesar del complicado fin de semana que estaba pasando Lera debido a una inoportuna enfermedad (que eso sí, no le impidió realizar su constante actividad, además de con su característica alegría y simpatía:...qué ejemplo de fortaleza, porque no parecía fácil), nos sorprendía afirmando con pleno convencimiento, que le gustaría salir en la tele, cantando y bailando para que la vieran: claro, ante esas palabras, rápidamente le preguntamos, quien quería que la viese en la tele... y su respuesta, cargada de empatía y sinceridad, nos marcó por su ternura: "quiero que me vean papá y mamá".
Este tipo de momentos, son extraordinarios...y más aún cuando sabemos que no todo es así; que cada pequeño tiene sus momentos buenos y sus momentos que no lo son tanto...pero lo que es cierto, es que a pesar de la dificultad para ir puliendo los desequilibrios o dificultades, el hecho de sentir estos momentos gratos y ver constantemente tanta felicidad y tantas ganas de vivir, nos permiten contagiarnos de ese deseo, que nos permite no desfallecer y recuperar aliento para estar en continua actividad y tratando de permanecer alerta para detectar cualquier imprevisto en la adaptación: pero sin lugar a dudas, somos muy afortunados de haber recibido este regalo divino en forma de niña...
Totalmente de acuerdo: un regalo divino en forma de niña . Felicidades.
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