Hace hoy tres años, veíamos por primera vez su rostro: este mismo día, de 2014, conocíamos a Lera y poníamos rostro y nombre a nuestro futuro...el de esa angelical niña que se balanceaba en un vetusto columpio del lejano barrio de Zavodskoy, en Artiom; cercano a la ciudad de Vladivostok.
No es fácil expresar los sentimientos de aquellos momentos; pero lo más evidente, es observar el cambio sufrido en ese rostro y ese pequeño cuerpo tan poco acostumbrado entonces a sorpresas y nuevas experiencias. Aquel rostro triste, sin expresión; se vio rápidamente reemplazado por uno alegre y risueño, con ganas de vivir y sentir cual pájaro en libertad... Simplemente viendo su rostro, puede uno darse cuenta de lo realmente maravilloso que es un encuentro de estas características. Y para nosotros, un hecho inolvidable y una jornada profundamente emotiva.
Un día como hoy, se convierte en un día de agradecimiento: recordamos también con enorme cariño y tremenda nostalgia, tanto a todos aquellos que colaboraron e intervinieron en nuestro encuentro y posterior adopción, como quienes nos acompañaron en el camino...y sobre todo, a quienes nos acompañarán siempre en el corazón y por desgracia, no podremos volver a ver. Gracias...y nuestro más sincero cariño.
Muchas felicidades ese dia cambiaron tres vidas para siempre.
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