También, hemos pasado un par de días, recordando otros veranos de la infancia; los que pasábamos con los primos, tíos y abuelos maternos en Burgos...
Coincidimos en una jornada magnífica con todos ellos, que nos hizo recordar aquellos felices años pasados y a quienes ya no están y quienes están por llegar. Así que, estas vacaciones relajadas, han servido para mostrar y sentir el calor de la familia; a la par de visitar los lugares de muchos de nuestros recuerdos del pasado y del presente: y para que todos sientan la espera de alguien que saben, siempre será lo más esperado por nosotros...con el conocimiento por ello, de lo querido y amado que será por todos. Muy pronto, todos ellos podrán conocerlo, y así, se hará realidad nuestro más ansiado y deseado sueño: el de tener a nuestro hijo a nuestro lado.
Sólo las personas pueden amortiguar el sufrimiento por la espera; pero a buen seguro que estos días, lo han conseguido... Y hemos logrado reunir el valor para afrontarlo con más serenidad.
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