Estos días, ando meditando mucho sobre el futuro y la oportunidad que nos brinda tanto a Lera como a nosotros, el hecho de habernos convertido en familia. Sin duda, el proyecto más maravilloso que como matrimonio, podíamos haber soñado; pero a su vez, pudiendo cubrir las carencias y necesidades de nuestra hija...dicho sea de paso, lo más importante y por tanto, la máxima prioridad de la adopción.
Ayer, tuvimos la oportunidad de reunirnos con otras familias a quienes nos unió el comienzo de este tortuoso y enrevesado camino de la adopción: familias con quienes seguimos en contacto, y que en la mayor parte de casos, siguen esperando la oportunidad de abrir sus hogares y sus corazones a esos niños que a su vez, también siguen esperándolos. Es triste recordar a esos niños que pudimos observar y conocer en cualquiera de los viajes realizados a tierras rusas, que nos permiten imaginar a todos aquellos que viven sus propias realidades repartidos por todo el mundo: unos en centros con más medios que otros; pero todos con las mismas necesidades y carencias afectivas, que únicamente puede ofrecerles una familia. Todos ellos necesitan adquirir seguridad en sí mismos, pero también tener un referente en quien fijarse y depositar su confianza; alguien que les proporcione estabilidad. Esto, provoca un tremendo dolor y una inmensa tristeza, cuando sabes que existen y conoces de primera mano a muchas de esas familias que siguen (des-)esperando ese momento...y a algunas que por el camino, van perdiendo la Esperanza o la ilusión por llegar a ese encuentro. En ocasiones incluso, por la demora provocada por la burocracia, esta posible adopción, ahuyenta e impide que estas se produzcan...y en todo caso, siempre complican aún más los procesos, ya que el tiempo sigue pasando para los adultos, mientras los pequeños siguen creciendo en los centros e instituciones de turno. No es un caso concreto, en un determinado país; sino que cuando menos, nos hace pensar en que realmente, no existe ningún interés en el bienestar de los menores...y eso es realmente difícil de digerir. Todos hemos conocido o leído sobre historias de adopción inverosímiles, a veces frustradas o realizadas por las mafias que existen alrededor de los menores; y el escaso control que se realiza en muchos países para el correcto funcionamiento del sistema, permitiendo que, a través de la búsqueda de un futuro para los menores, personas sin escrúpulos se lucren ejerciendo de "protectores de la infancia".
"Es más fácil ignorar a los huérfanos antes de conocer sus nombres. Es más fácil ignorarlos, antes de ver sus caras. Es más fácil fingir que no son reales, antes de sostenerlos en tus brazos. Pero una vez que lo haces, todo cambia"...
No pensaré que existe un interés real en el mundo por el menor, mientras no consiga ver o escuchar, que se debatan conjuntamente a nivel general y buscando medidas concretas, los intereses y el modo de actuar para con los niños más necesitados: un ejemplo muy claro son las asociaciones mundiales, donde se presentan iniciativas o más bien "titulares", que nunca llegan a sentar las bases para procurar buscar realmente el bienestar y beneficio del menor. Llevo años escuchando que se van a mejorar los sistemas de protección de la infancia en multitud de países, pero va pasando el tiempo y no existen más que propuestas, aunque carentes de hechos. Mientras, los pequeños siguen necesitando mejoras que les permitan encontrar una familia, ya sea de su mismo país o de cualquier otro lugar donde exista alguien capaz de ofrecerla. Seguimos observando cómo existen países donde el control de los expedientes y su ligereza, dependen de las tan conocidas "donaciones", que no dejan de ser las "mordidas" o "comisiones" cada vez más extendidas en todos los ámbitos; y que al menos, parecen estar controladas por las autoridades de algunos países como el nuestro. Es al menos curioso leer noticias de tramas y mafias que existen alrededor del mundo en la trata de menores; pero no será nunca posible solucionarlo sin la ayuda e interés de las autoridades de esos países...
Lo peor de todo, quizás sea que existan tantos millones de niños repartidos por el mundo que necesiten el Amor y Cuidados de una familia y no se le busque solución; habiendo familias dispuestas a recorrer un largo camino, haciendo todo lo posible para ofrecérselos: y estoy totalmente convencido, de que con la presencia de los menores, estas familias serán bendecidas; pero los pequeños que consigan encontrarlas, serán también muy afortunados de poderlo hacer y sin duda, obtendrán el máximo bienestar.
A las familias: mucho ánimo, no decaigáis...porque detrás de tanto amargor y tantos escollos, se encuentra una inimaginable y maravillosa recompensa en forma de nin@, que os permitirá vivir los sueños más hermosos. Siempre merecerá la pena el Esfuerzo, porque aprenderéis a amar de una forma que quizás nunca hicisteis...emulando en cierto modo aquel flechazo que un día sentimos muchos al conocer a quienes hoy nos acompañan en la vida, haciendo realidad nuestros sueños y deseos.
A los pequeños: seguid esperando con ilusión a esas familias, vuestros papás; que un día aparecerán, dándolo todo para conseguir vuestra Felicidad... Seguid disfrutando la inocencia e imaginando cómo serán; porque el día menos pensado, desaparecerá esa máscara que ahora os impide ponerlos rostro. Sean como sean vuestros papás, lo más importante será siempre el contenido de esos corazones que los llevarán a encontraros; y quién sabe a cuantos de vosotros, tendremos en el futuro la suerte de conoceros. Que así sea, y muy pronto podamos estar celebrando vuestra llegada, siendo el inicio de una nueva y maravillosa historia de amor en familia... Os esperamos, pequeños...