Esta semana, hubo una noticia que me sobrecogió, por la tristeza de un nuevo revés en un proceso de adopción en Rusia. Es otro de esos casos en que por encima de todo, está la generosidad, bondad y humanidad de una familia que unicamente deseaba (y lo seguirá haciendo) lo mejor para quienes ya consideraban sus hijos. Es un nuevo caso que no podría convencer a nadie por la escasa argumentación y por ser totalmente contrario al beneficio de un menor. Aún así, en lo que creo una total y acertada decisión (aunque seguramente con el corazón destrozado), decidieron seguir adelante y proseguir en busca de su hij@(-s), aunque con algún cambio; y sobre todo, con más dudas y miedos acumulados.
Desgraciadamente, durante esta andadura en el mundo de la adopción (sobre todo en Rusia, aunque también en otra países), hemos conocido muchos casos de familias (incluida la nuestra) que han visto truncado su ofrecimiento, viéndose privados de acompañar a esos pequeños a quienes amaron con toda su energía y todas sus fuerzas...y a quienes en muchos casos se prometió no volver a abandonar nunca. En los procesos de adopción en Rusia, eso no depende únicamente de las familias; y por eso, nosotros nunca se lo pudimos prometer a Denis a pesar de saber que haríamos todo lo posible para tenerlo a nuestro lado. Como en nuestro caso, muchos de esos pequeños, nunca llegaron a casa...pero sí lo hicieron otros pequeños a posteriori. No expreso que llegaron "en su lugar", porque no es así; en adopción, tras una pérdida, estoy totalmente convencido de que "nadie sustituye ni reemplaza a nadie", porque ese amor y ese vínculo con esos pequeños a quienes se conoce en una casa cuna u orfanato, ofreciéndoles todo lo que está al alcance (y mucho más), marca indudablemente la vida de las familias, aunque también expreso la seguridad de que también lo hace en los pequeños. En el caso de Denis por ejemplo, el cambio experimentado desde nuestra llegada hasta el día de nuestra vuelta a casa, fue algo extraordinario y supuso un cambio radical en su actitud y en la manera de afrontar la vida y el futuro: a buen seguro que aquellos momentos lo hicieron "despertar" de esa especie de letargo en el que vivía sumido hasta que experimentó el amor incondicional de unos desconocidos que decían quererlo y amarlo desde ese primer instante, asegurando querer protegerlo y cuidarlo para siempre. A buen seguro que la familia rusa que lo adoptó, encontró un niño mucho más extrovertido y alegre que aquel que nosotros conocimos en aquel primer instante, con los ojos empañados en tristeza, lágrimas de resignación y rostro de total indiferencia y desconfianza. A nuestra marcha, me gustaría que todos pudieran observar su rostro feliz, radiante de alegría y con total confianza en que algo bueno le había pasado y podía cambiar su situación y su vida para siempre: vivimos todo en su plenitud, tal cual nos lo habían contado...como un cuento de hadas, que parecía sacado de un auténtico clásico. Eso mismo, es lo que creo captar y escuchar en todos aquellos que en algún momento se vieron en esa situación; y por eso mismo, es indudable que se trata de una experiencia vital única en cada caso...e imposible de olvidar en la vida. Aún así, como expreso, cada encuentro es único e irrepetible; y por tanto, para quienes encontramos la adversidad de una pérdida de asignación, existe siempre una nueva oportunidad de vivirlo y sentirlo, sabiendo además que existen otros pequeños con la misma necesidad y dispuestos a ofrecernos algo único en cada caso. Eso, debe ser suficiente motivación para continuar adelante (sin olvidar lo ya experimentado); aunque no puedo negar la evidencia de la existencia de más temores, que propician, (a pesar de que los menores no lo merezcan) que ese nuevo encuentro se afronte con más frialdad, debido al dolor causado por esa pérdida previa: se adquiere una especie de coraza que sirve de protección, de defensa para no sentirse tan vulnerables. A pesar de todo, cuando llega ese momento de un nuevo encuentro, se trata a su vez de un nuevo comienzo; y las emociones se disparan.
El hecho de continuar el camino de la adopción tras una retirada de asignación (pérdida), genera una serie de dudas lógicas y tremendamente naturales; y una muy importante es el miedo o duda acerca de "si se podrá volver a amar a es@ otr@ pequeñ@, del mismo modo que a es@ a quien ya considerabas tu hij@": y la respuesta es rotunda...SÍ, por supuesto que SÍ.
Únicamente hay que preguntar a quienes han pasado por ello, para comprobar que se puede amar del mismo modo; ya que nadie sustituye a nadie...y cada niñ@ es en sí mismo especial. Este detalle es muy importante y lo puede ser para aquellos que en algún momento se puedan ver en esa situación (desgraciadamente); pero creía importante comentarlo, puesto que hay muchas familias, unas incluso muy cercanas y otras totalmente desconocidas, pero en todo caso, puede servir de ánimo y generar nuevas expectativas y una nueva ilusión que muchos creen poder haber perdido.
En su momento, tras la llegada de Lera a casa, dudé en continuar escribiendo este blog; pero hubo dos motivos sumamente importantes que me empujaron a hacerlo...: uno de ellos, el hecho de que Lera pueda conocer en el futuro algo más acerca de cómo fue su adaptación y su infancia rodeada de nuevos descubrimientos. Y a pesar de que el tiempo disponible es muy escaso (se percibe claramente en el número de entradas últimamente) y quizás el contenido en ocasiones sea más personal o de menos importancia para muchos, el otro motivo para continuar escribiendo sea que, posiblemente a quienes comienzan o continúan en su particular proceso, les ayuda (porque así nos lo expresan en ocasiones) a soñar con ese futuro en el que nosotros afortunadamente ya vivimos junto a nuestra querida hija Lera: muchos pueden ver que se trata de aguantar o sufrir (en unos casos más que otros) por el paso del tiempo o las trabas encontradas...pero el fin de la adopción debe ser siempre el mismo: unir a las familias con sus hijos. Y eso, es lo que espera a todas y cada una de ellas: por favor, nunca cedáis u os rindáis porque es una realidad y únicamente llegando al final del camino, podréis ver que es cierto; y sin duda, todo habrá merecido la pena, a pesar de la dificultad.
Creo que tanto desde la cercanía de muchas familias a quienes conocemos o conoceremos, como desde el anonimato; habrá quienes puedan sentirse arropados, animados y acompañados por quienes conocemos cada sentimiento y cada aspecto que pueda rodear los procesos de adopción...y aunque sea de manera leve, trataremos de aportar nuestro granito de arena para generar esperanza y que nadie pueda sentirse solo a lo largo de la complicada travesía de la adopción...
Cada día, puede llegar esa noticia o ese instante que marque de manera positiva el futuro de nuestra familia...y por eso cada amanecer, comienza una nueva Esperanza: por eso reproduzco una frase que nos acompañó a muchos en un momento importante de nuestros procesos: "POR QUÉ NO HOY???".
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