sábado, 10 de septiembre de 2016

El cumpleaños del abuelito...

     Hoy es una de las fechas marcadas en el alma y en el recuerdo para siempre: es el día en que mi padre, el abuelo de Lera, celebraría su cumpleaños...y esta vez, serían ya 71. Siento un nudo en la garganta y el estómago, por no tenerlo hoy disfrutando junto a lo que más deseaba en la vida...nietos! Y hoy, me evoca este día, algo que necesito compartir, por estar íntimamente relacionado con nuestro proceso de adopción...por algo en lo que muchos otros a buen seguro, pueden sentirse identificados.
     Recuerdo hoy aquel 10 de septiembre de 2013, marcado por la visita a casa de nuestros queridos amigos y compañeros de aventura en la adopción: nuestro grupo íntimo de amigos, que llamamos "cucurrucus". Algunos nos conocimos ese preciso día en persona, tras mantener contacto constante desde varios días, o meses en algún caso (antes de la paralización de las adopciones en Rusia). A otros, los conocimos a raíz de aquel día tan especial. Ese día, mi padre cumplía 68 años; y nadie pensaba que sería su última celebración de cumpleaños. Así fue; pero casualmente y a pesar de vivir puerta con puerta con ellos, no tuvimos tiempo de compartir ese momento... El motivo: la repentina decisión horas antes, de visitarnos el programa España Directo, de TVE, para poder mostrar la Necesidad de la reanudación de las adopciones de menores en Rusia. Fue una jornada de nervios, de tensión...porque conocíamos los sentimientos, iguales a los nuestros, que en esos momentos tenían muchas familias pendientes del futuro de quienes aún, no eran legalmente sus hijos; pero a quienes en muchos casos, habíamos ya conocido. En aquel momento, mi padre sabía que donde debíamos estar era allí, luchando por quien entonces era nuestro proyecto de futuro: nuestro hijo o quién sería su primer nieto y a quien queríamos todos ya con locura. Y lo hacíamos junto a otras familias que acudieron para hacer piña y hacernos fuertes juntos y mostrar la unión de todas las familias, que sin dudarlo, ofrecerían todo su esfuerzo y sacrificio para volver cuanto antes junto a sus pequeños...o para algún día, poderlos conocer. Aquel día, fue sin duda muy especial...y aunque no pudimos celebrarlo juntos, creo que vernos tan seguros y convencidos de qué era lo que queríamos y saber que no cejaríamos en el empeño de completar nuestro proceso con éxito, fue el mejor regalo que pudimos ofrecerle aquella ocasión: sabía que su regalo estaba esperando nuestro regreso a Vladivostok...y aunque no fue Denis, a quien sí pudo conocer por los vídeos y fotografías; sí supo que algún día llegaría ese regalo, ese tesoro a quien tanto anhelaba, sabiendo que sería lo más importante en nuestra vida; y lo más maravilloso que pudiéramos darle...su niet@. Desde aquel 10 de septiembre, supo que las palabras que le dije meses después, tras la pérdida de Denis, eran expresadas con convencimiento pleno y determinación: lo conseguiremos y seremos muy felices; así es que, no te preocupes por nosotros...si somos capaces de superar una pérdida, tú también puedes hacerlo y afrontaremos la adversidad con mucha más fortaleza a partir de ahora (y qué razón tenía sin saberlo; ya que quizás la pérdida de Denis, nos preparó para afrontar la suya propia). Aunque no llegó a conocerla, no tengo la más mínima duda, que de algún modo protege a Lera; teniendo así la esperanza de que supo de su llegada y de la felicidad y paz que trajo a la familia. Habría sido muy hermoso tener la oportunidad de verlo disfrutar al lado de Lera; porque era ella lo que necesitaba y quien le habría proporcionado más alegría de lo nunca imaginado...pero al igual que en ciertas ocasiones lo sentimos mucho más cerca; esperamos volverlo a hacer muy pronto, en uno de esos instantes en que el corazón y el deseo nos permiten incluso casi poderlo tocar. Volveremos a ver brillar con la misma intensidad, esa estrella que tanto lucía en el cielo, la noche que Lera pudo observarlo por primera vez? Seguro que si; y mientras llega ese día, sólo puedo y quiero decir: te queremos, papá...no te olvidamos; y aunque espero que tardemos en hacerlo, algún día nos veremos...en el cielo? 

     Feliz Cumpleaños, porque aunque no te veamos soplar las velas, ya tienes quien las sopla por ti; con enorme alegría, aunque con algo de nostalgia por no haber conocido a su abuelito de quien tanto le hablamos...e imaginamos que tú lo haces a su lado. 
     

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