Nunca podría haber imaginado la cantidad de gente inmersa en procesos de adopción (y eso que según dicen, ahora los expedientes han disminuido a la mitad por la crisis); la cantidad de ayuda y colaboración que, cualquiera que inicia el proceso (ó quienes ya han finalizado el suyo, a pesar del tiempo que haga), es capaz de ofrecerte...y es que, es algo que sale del corazón y se trata de sentimientos. Somos muchos que vivimos el deseo de ser padres y mucha la ilusión en conseguirlo (cada uno con una historia detrás); al igual que, (y es lo fundamental) hay muchos menores deseando formar parte de una familia, y cada uno de ellos con una vivencia y una historia a sus espaldas, y que no han podido disfrutar de la etapa más bonita del ser humano: la niñez, la infancia, lo que te marca toda la vida...
Por eso, cualquier ilusión: merece la pena...y más aún, si todos los implicados, salen beneficiados.
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