Hasta los más pequeños detalles, también están llenos de sentimientos.

     Hay pequeños detalles, que parecen pasar desapercibidos; pero que dejan huella en lo más profundo del corazón... algunos tan simples como tener que retirar las letras del nombre de nuestro pequeño, de la habitación que lo esperaba (y que a pesar de todo, seguirá esperándolo siempre)... Las retiró Paula, y no he sido capaz de comentarlo, porque me emociona pensar en ello y recordar que casi con toda seguridad, nunca tendrá ocasión de saber lo que significa para nosotros. Es un hecho totalmente normal y necesario, porque ya esperamos a quien debe ocupar esa habitación y a quien querremos tanto como al pequeño Denis, en cuanto lo sintamos y pongamos rostro. Lo cierto, es que pensé en retirar yo mismo esas letras; pero no tenía prisa por hacerlo... aunque también es cierto que no hay muchos momentos en que me apetezca entrar allí hasta que volvamos a retomar el camino y con él, pongamos nuevamente nuestros deseos e ilusiones en esa habitación y esos armarios llenos. No es problema entrar en ella, pero confieso que si no es imprescindible, la puerta permanece cerrada esperando el momento de volver a abrir los armarios y preparar la llegada de nuestr@ pequeñ@... pero antes, habrá que ponerle rostro...