Hoy, aprovechando el día de descanso y gracias a que la temperatura lo permitía, hemos disfrutado un buen rato en el parque enfrente de nuestra casa, compartiendo juegos con otros pequeños. Ha sido muy agradable y LERA se ha portado muy bien, disfrutando sin parar de todos los columpios existentes. Sin duda, hoy necesitaba contemplarla jugando entre otros niños; porque esta mañana, se me encogía el corazón al llevarla a desayunar y ver a los pequeños de un colegio jugando en la hora del recreo. Allí estaban, multitud de niños disfrutando y gritando...y LERA, observando cada gesto y cada grupo, mientras yo, no podía imaginar qué podía estar pasando por su cabeza, o si tal vez, echaba de menos esos juegos con tantos niños. De todos modos, ante las dudas (a pesar de tener muy claro que la necesidad primordial de nuestra pequeña, es estrechar cuanto más el vínculo con nosotros), le pregunté a LERA si quería jugar con los niños...o si por el contrario, prefería jugar con papá (puedo prometer que por un instante, pensé si nos podíamos equivocar al esperar para llevarla al colegio ya o esperar a que esté más segura y confiada con nosotros...): y su respuesta fue rápida y clara...quería jugar con papá!! Sentí un alivio tremendo...que fue muy gratificante ante ese sentimiento de culpa que me invadió por un instante.
Lo cierto es que, el día comenzó muy bien, ya que mientras la peinaba y preparaba para salir a la calle con ella, aprovechó un descuido para sorprenderme: acercó su cabeza a mi pecho, acurrucandose y buscando un apoyo que le diera serenidad...y me echó el brazo alrededor por motu propio y sin esperarlo en ese momento: qué decir que me hizo sentir en el paraíso y aproveché al máximo ese momento, haciéndolo eterno y disfrutándolo con todo el sentimiento que requería...
Ha habido hoy también tiempo, para volver a ver junto a nuestra hija, las fotos y vídeos del viaje de asignación para conocerla: y su reacción, ha sido inmejorable...la cantidad de recuerdos que tenemos es tremenda; y aún así, no se cansaba y pedía más... Iba recordando cada momento y copiando en sus actos cada instante (incluso las bofetadas que tanto le gustaba darme y que yo aceptaba para verla reír...). Tanto quería copiar que, estando en el parque, quería volver a subir al columpio de medio lado, como hacía en la casa cuna para poder estar sujeta junto a otros niños y poder ocupar el amplio espacio que tenían... Qué inocencia más maravillosa y que lástima que terminará conociendo otros aspectos no tan positivos que nos rodean a todos y de los cuales hasta ahora está protegida.
Son estos detalles que hoy hemos podido sentir y observar, los que permiten y consiguen que un día, pueda ser maravilloso.
También estos días, vamos acabando con las provisiones que trajimos de nuestro viaje: chocolate, dulces y galletas... Lo cierto es que, hemos ido racionándolas para que no se acabasen, pero aún así, el tiempo pasa...jiji. A pesar de ser simples productos de consumo, tienen un gran valor sentimental por tratarse de un recuerdo del viaje de nuestras vidas, pero claro, no íbamos a disecarlos!! Todo tiene solución, así es que, va tocando ya realizar el trayecto hacia las tiendas de productos rusos cercanos a la estación de Atocha, y aprovisionarnos nuevamente al tiempo que nos vuelve a proporcionar nuevas sorpresas y...cómo será el comportamiento y la respuesta de LERA? Conocerá algún producto que le permita recordar detalles o momentos ya vividos? Muy pronto lo sabremos; pero sin duda, aprovecharemos para conseguir acercarnos más a esas tierras a las que nuestra hija, tanto nos ha unido: y sin duda, en cuanto se presente la ocasión, volveremos incluso a traer muchos más recuerdos desde el mismo origen de los mismos...estamos como locos por volver!!!