Una semana después, no puedo sino pensar en el terrible desastre que asola Nepal desde hace unos días...y todas las consecuencias y efectos que puede conllevar. Permitidme expresar la solidaridad con todos los afectados y por supuesto, con los más indefensos; que en cualquier caso y en cualquier lugar, serán siempre los pequeños. En este caso, aún es pronto para hacer balance; pero seguramente afectará a muchos menores que queden a merced de cualquier ayuda, pero también de las más impensables (aunque conocidas) amenazas. Es difícil imaginar el daño causado por este desastre natural; y desgraciadamente, es algo habitual...que se une a otras tragedias humanas causadas a diario y a lo ancho del mundo, por el propio hombre (un ejemplo son las guerras o la trata de personas; que parece de otros tiempos pero que sigue ocurriendo aun en nuestros días: aunque existen motivos de alegría como la liberación hoy mismo en Nigeria, de 293 niñas y mujeres que habían sido secuestradas sin motivo alguno).
No podemos también olvidar, que existen personas capaces de aprovechar cualquier desastre o cualquier necesidad, para mostrar la crueldad del ser humano y utilizar a otros como mercancía...y es muy triste saber que estarán merodeando alrededor de cualquier drama para tratar de sacar algo beneficioso de ello. Por este motivo, también muchos menores no pueden ser adoptables en multitud de países...debido a esos carroñeros que sobrevuelan las zonas más amenazadas o golpeadas por la devastación.
También hoy, mostramos nuestro punto de vista, a través de unas velas de esperanza que esperamos no se apaguen nunca...
❤️
ResponderEliminarFantástico Luismi !!!! No sólo lo que escribes sino como lo escribes....
ResponderEliminarUn abrazo grande
Leonor
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