Querida Lera:
Hace hoy un año, ante tantas dudas, y tras comunicarnos una nueva retirada de asignación, a escasos días de realizar el viaje...veíamos por primera vez tu rostro. No vamos a engañarnos: nos acababan de transmitir la pérdida de asignación de una pequeña a quien nos habían presentado a través de unas imágenes un mes antes; y de forma correcta, nos mostraban otras, las tuyas, para volvernos a encaminar y aliviar una nueva e inesperada pérdida. Tras unos momentos de dudas, en los que el corazón parecía negarse a admitir más adversidad, nos fijábamos poco a poco en esa pequeña que parecía hacernos un guiño, mostrando su diminuto y débil cuerpecito, cual muñeca de porcelana... Cada vez, se nos despertaba más el interés por estudiar y volver a ojear esas fotografías, porque parecía llamarnos, como queriéndonos decir: "Aquí estoy. Ya me habéis encontrado; soy yo quien os estaba esperando desde el principio...y aunque aún no sepáis por qué, todo lo acontecido hasta ahora, estaba Destinado a ocurrir, para compartir el resto de la vida juntos". Lo cierto es que, cuanto más observábamos las imágenes de esa pequeña, y a medida que profundizábamos en el informe que las acompañaba; más comprendíamos la necesidad que tenía de una familia...y más conscientes éramos de que debíamos continuar el camino y afrontarlo con decisión: y así fue como solicitamos mantener el plan de viaje y emprender la marcha a su encuentro, para poder conocerla cuanto antes. Esa pequeña, querida Lera, eras tú... Y desde que te vimos por primera vez, creímos y tuvimos Fe en que en esta ocasión, todo iría bien: porque quizás nos necesitabas más que el pequeño Denis...y tú eras lo que siempre habíamos imaginado y soñado; nos mostrabas aquello para lo que creíamos a ciencia cierta, que nos habíamos ido preparando durante todo el proceso de adopción, incluida la enseñanza y la experiencia de los hechos adversos. Sabíamos que si todo tenía un final feliz, nos esperaban muchos cambios y momentos difíciles de adaptación...pero también, que si era así, seria maravilloso afrontarlo juntos: y eso, es lo que nos muestras ahora tú, tras casi 6 meses de compartir nuestras vidas. Eres, hija mía, el Motivo que hace que cualquier esfuerzo haya merecido la pena...y que todo el trayecto hasta nuestra unión, haya sido recompensado con una hermosa historia de Amor. Aún es pronto, pero simplemente observando el cambio experimentado en el aspecto sentimental, nos sentimos enormemente felices de comprobar que esos besos y abrazos, que esas muestras de cariño que se te ofrecen; han pasado, de generar en ti temor y extrañeza, a convertirse en algo mágico y especial...en lo que siempre deberían haber sido, sin tener que desperdiciar tanto tiempo hasta conocer su significado. Ahora por tanto, esas muestras de cariño con que poco a poco obsequias a quienes te rodean, nos hacen sentir tremenda emoción; cambiando por alegría y sonrisas, aquellas lágrimas que al besarte, nos causaba el saber que nunca antes en tu vida te lo habían ofrecido. A nuestro lado, ya sabes que nunca te faltará cariño...porque con nosotros, has aprendido a tener Esperanza; y paso a paso, llegarás a comprender que existe un mundo lleno de oportunidades, y que con tu propia Magia, siguiendo las pautas que te marque el corazón, lograrás conocer la Felicidad y hacer realidad tus sueños...
Hace un año, no podríamos haber imaginado tantas emociones y todas las circunstancias y momentos que han rodeado tu llegada a casa... Y no quiero ni puedo olvidar hoy, a quien propició ese encuentro: a nuestro querido amigo (y representante) Iván, que como en tantas otras ocasiones, permitió que menores y familias, se unieran para siempre... Si un día comenté (y algún día explicaré), que existía un vínculo muy estrecho en la relación entre mi padre (tu abuelo, Lera) y Denis, alrededor de nuestro proceso de adopción y las circunstancias que rodearon esos momentos; la relación entre el instante de conocerte a tí, Lera, y traerte a casa, parece también una increíble novela que algún día podrás comprender...en la que se establece una casualidad temporal, que al igual que nos lo pareció Denis (mediante un paralelismo de nuestra historia con él y la enfermedad de mi padre); Iván se convertía en una especie de Ángel, que desaparecía y volvía a aparecer en determinados momentos claves para tu llegada a casa...para hacernos creer que se trataba de un sueño; ya que una persona así, era difícil que pudiera existir y además, se cruzara en nuestro camino. Lo repito y siempre lo recordaremos como tal: Iván realizó en vida, una especie de Milagro para propiciar nuestro encuentro; y cuando la salud parecía imposibilitarlo para conseguir ese fin, tuvo la fuerza justa y la decisión de acompañarnos y unirnos para siempre...quizás también, porque nunca pudo comprender cómo el Destino quiso separarnos de aquel niño por quien también él, sabemos que sentía algo especial. No podrás volver a verlo, al igual que nosotros; pero tampoco podremos nunca olvidarlo...porque incluso ahora, al mirar al cielo lleno de estrellas, sigo queriendo ver reflejados en ellas, a todos aquellos seres queridos que hoy desgraciadamente, ya no están a nuestro lado, aunque de otro modo, sí nos acompañan...