Efemérides: un año después de la Firma del Convenio de adopciones con Rusia... los cambios no son los esperados.

     Tras unos días de constante ajetreo y de tratar de conciliar la vida familiar con las obligaciones laborales...encuentro un momento de respiro. 

     Quiero comenzar recordando un día muy especial, como lo fue aquel 9 de julio de 2014: hace exactamente hoy un año, se procedía a la tan ansiada Firma del Convenio de Adopción de menores entre España y la Federación Rusa... Era un hecho tan necesario, que nos permitía recuperar ánimo y recobrar nuevas fuerzas que en muchos casos, ya parecían flaquear. Nos permitía respirar y sobre todo, soñar; y lo hacíamos pensando que aquel hecho, permitiría ya casi de inmediato, reanudar todos aquellos procesos bloqueados, más de 500 en aquellos momentos, de los cuales alrededor de 150, ya habían propiciado el encuentro de las familias con sus pequeños... Se trataba de un día muy especial, en el que gracias a la invitación cursada a una serie de familias para dicho acto, volvimos a reunirnos una vez más en torno al deseo y sueño de vernos junto a nuestros hijos. Ese día, estuvimos rodeados de personas maravillosas que únicamente pensaban en unos pequeños de quienes les separaba un trámite burocrático...o eso creíamos. Nosotros, viajábamos a conocer a Lera, apenas tres días después; y las otras familias, esperaban el momento en que se les autorizase, para poder celebrar ya ese juicio que los permitiera volver a casa de la mano junto a sus hijos para siempre. Pues bien, ha sido un año totalmente extraño y difícil de creer; donde muchas de esas familias, aún no han conseguido hacerlo y otras, con todo el dolor del corazón, han visto truncado su proceso de forma totalmente incomprensible e injusta: pero a pesar de todo, no existe otra forma mejor que seguir adelante en busca de lo más deseado...para poder ofrecer todo ese Amor que en tantas ocasiones necesitamos compartir y exteriorizar... Y así, de un modo u otro, conseguimos hacer realidad todo lo que nos proponemos, incluso los sueños o aquello que en algún momento creímos imposible realizar. Ha sido un año muy duro; porque a pesar de haber conseguido tener ya a aquella pequeña que conocimos hace un año; hemos sufrido las pérdidas y barreras encontradas por muchos de nuestros más queridos amigos y compañeros de viaje...algo que es también complicado explicar, pero que incluso hace daño recordar: no es posible que sea tan difícil ofrecer ánimo, compañía y esperanza; cuando a pesar de quererlo tanto, no encuentras la manera correcta de hacerlo... Hay momentos en que te pones a escribir, y no sabes si a alguien a quien tratas de apoyar, lo estarás haciendo aún mas daño, haciéndolo recordar aquello que siempre soñó. He llegado a creer que es incluso tan duro perder aquello que llegaste a imaginar que vivirías junto a alguien (con todo lo que lo rodea), que el hecho mismo de perderlo. Quizás sea difícil comprender, pero cuando es tal el deseo de Amar y compartir, en definitiva Vivir; no es solo la pérdida en si la que duele, sino todos aquellos sueños que anhelabas compartir junto a esa persona. Cuando la pérdida es de alguien con quien ya has compartido infinidad de grandes y maravillosos momentos (que es de los que siempre debemos nutrirnos, aunque vayan acompañados de otros no tan gratos...), queda la tristeza de no volverlo a vivir...pero cuando se trata de la pérdida de un hijo (o de quien ya consideras como tal...), que se da de múltiples formas, y la pérdida en adopción es una de ellas (aunque no se trata de un fallecimiento...); es muy complicado asimilar: no se trata de una pérdida material, sino de un futuro imaginado, una vida juntos que nunca se concretará...miles de sueños rotos que ya habías creído vivir., tratando de cerrar la herida primaria del abandono y tratando de cubrir las necesidades básicas. Recuerdo hoy las palabras de un gran amigo, definiendo la situación de las adopciones durante la paralización de los procesos en Rusia: "somos padres sin hijos; de hijos sin padres"... Con pocas palabras, definía muchos sentimientos y necesidades.

     También ese día, casualmente una de nuestras familias más cercanas, se veía ampliada a miles de kilómetros de nosotros...y nos hacía creer en un camino mas despejado para todos. 

     Después de aquella Firma, aún quedaban diversos trámites para la entrada en vigor del Convenio...pero se antojaba una solución mucho más llevadera y por supuesto, cercana y real. 

     Un año después, llegan noticias merecidas que nos muestran Esperanza; aunque desgraciadamente, la falta de confianza causada por los hechos adversos, hace cada vez más difícil a las familias compartir su ilusión: pero de todos modos, cada vez que llega una, nos remueve por dentro y nos permite acompañarlos en la distancia, en unos momentos tan especiales y hermosos... Cuanto más pasa el tiempo, más se aprecia cada paso adelante dado y más comprendemos la necesidad del final feliz en cada proceso de adopción; tanto para los pequeños, como para las familias, que tanto aprendemos y descubrimos a su lado.

     Un año después, seguimos confiando en la llegada de muchos pequeños a sus hogares; y en un futuro en el que las adopciones sean la Solución que deberían ser, libres de esos trámites y obstáculos innecesarios en que se convierten muchas veces por meros intereses políticos...