Poco a poco, la normalidad va volviendo a la familia; pero en el caso de Lera, hemos tratado de preservar su rutina y que los cambios durante la semana, fueran lo menos traumáticos posible. A principios de semana, lo único que se vio alterado fue la disminución de tiempo compartido con nosotros; pero en todo momento estuvo rodeada del cariño de sus abuelos, o el de sus compañeros y profesores: pudimos despertarla, acostarla y acompañarla a clase cada jornada, aunque también pasamos bastante tiempo en carretera para que así fuera... El motivo sin duda era que no sintiera alterado el descanso ni el aspecto emocional, puesto que cualquier cambio podría a su vez modificar su comportamiento y su propia tranquilidad. Si bien es cierto, que sigue existiendo ese temor o ese respeto a la carretera, más aún en días de lluvia y condiciones meteorológicas adversas: extremamos al máximo cualquier detalle de seguridad para que cada viaje fuera lo más apacible posible...
El miércoles, hizo exactamente un año del primer día de cole de Lera; y son por supuesto detalles y fechas muy recordadas... El cambio en este año, ha sido sorprendente; pero observando las imágenes, podemos ver en un detalle importante y que es palpable: la alegría e ilusión con que acude cada día y la buenas relación que mantiene con todos y cada uno de sus compañeros y profesores. También su actitud es muy positiva, lo cual facilita su adaptación. Físicamente, de igual modo, se han producido cambios; pero su capacidad y curiosidad por todo, permite que también los avances y aprendizaje, hayan sido evidentes.
Es sin lugar a dudas, una niña muy feliz; aunque no muestra en ocasiones su cariño con efusividad. No quiere esto decir que no le sea fácil relacionarse o mostrar cariño, sino que es algo independiente y busca y necesita su espacio: en ocasiones parece agobiarle el ímpetu por mostrar y ofrecer nuestras caricias y besos; aunque cuando le apetece, es ella misma quien los busca... Cosas de niños, pero está claro que quizás en muchas ocasiones los papás podamos ser algo empalagosos...Jijiji.
Como es habitual por estas fechas, la llegada de San Isidro, vuelve a ofrecer a los pequeños, una nueva oportunidad de acudir a clase disfrazados; y como no podía ser de otra manera, en esta ocasión, de chulapos y chulapas... Y Lera, tan contenta!!! Da gusto verla radiante de alegría; pero lo cierto es que parece uno de esos maniquíes que tanto la gustan y que tan bien lucen...
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