Las vacaciones, finalizaron; y poco a poco, se irá instaurando la normalidad. Tras unos días de asueto, Lera parece haber comprendido que la vuelta a casa, significa no compartir las jornadas en que no nos separábamos más de dos metros. Ayer, respondió con enorme cariño (más incluso que estando de vacaciones) y una búsqueda de contacto continuo, tras unas largas 9 horas que nos distanciaron.
Es evidente que a ella le quedan aún varias semanas para descansar; pero se le hacen largos tantos días de vacaciones: tiene ganas de jugar y seguir aprendiendo junto a sus amiguitos y profesoras...de que comience ya nuevamente el cole: eso sí, continuando con sus baños en la piscina y si por ella fuera, estas largas jornadas.
Lo más importante, es que se ha intentado aprovechar cada instante...y además de disfrutar juntos; hemos compartido grandes momentos con algunos de aquellos a los que no es fácil ver tanto como desearíamos (y son muchos más con quienes nos gustaría poderlo hacer más asiduamente).
La llegada a casa, suponía volver a rodearse de su ambiente...y con ello, llegó la tranquilidad y la calma para Lera (relativamente, claro; porque eso es mucho decir cuando nos referimos a ella). Estaba agotada tras largas jornadas finalizadas con menos horas de sueño de lo habitual.
Como siempre, tristes por concluir el descanso (y sobre todo ese tiempo juntos, tan necesario y deseado siempre); pero esperando ya la llegada de cualquier oportunidad para repetirlo...porque sin duda, es lo más agradable para todos. Hoy ya, vuelta al trabajo...pero aguardando cualquier instante para poderlo aprovechar con Lera y con Paula. Y ahora también, a seguir esperando con más fuerza, esas noticias y poder compartir el camino del resto de familias.
Tuvimos la suerte de encontrarnos por casualidad en estas vacaciones y saludaros y charlar un ratito con vosotros. Fue un placer conocer a Lera y que vosotros conocierais a Marat, poner eb común experiencias, etc. Un abrazo a los 3.
ResponderEliminarQueridos amigos: no hemos olvidado esa maravillosa coincidencia... Parecía que los niños se conocían de toda la vida; y es que existe algún tipo de instinto que les permite sentirse en muy agradable compañía cuando se reúnen. Aún no ha dado tiempo a publicar entradas del blog de estos días de vacaciones, puesto que no encontré el tiempo para retocarlas; pero casualmente la que tengo a punto es la del primer día de playa de Lera: su primer contacto con la arena y el mar...y la grata sorpresa de encontrarnos allí. Fue como bien dices, fantástico poder charlar y conocer a nuestros hijos en un momento tan propicio. Un abrazo muy fuerte y esperamos volver a vernos pronto!!
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