El martes, fue un día intenso para Lera: paseo en barco por la Bahía de Santander (primer viaje en barco) y visita a la Península de la Magdalena de la misma ciudad... El barco, la encantó; y cuanto mayor era el movimiento de éste, más lo disfrutaba: Parece que incluso le generó apetito y disfrutamos de las buenas viandas en un restaurante típico de Puerto Chico.
La posterior visita a La Magdalena, venía dada por las expectativas puestas en la observación de los pingüinos, focas y leones marinos existentes; y la posibilidad de echar un vistazo a los barcos antiguos expuestos. A Lera, cualquier cosa le gusta; e incluso un simple viaje en autobús, sigue siendo un acontecimiento para ella. No para un instante...pero lo mejor, es que aprende con el ejemplo y observando todo cuanto la rodea.
Claro que, yendo con ella, nunca encuentras el momento de concluir la jornada; y ésta no llegó hasta que subió a un precioso tiovivo de dos plantas, que nos sorprendió incluso a nosotros por su belleza...y claro; cayó finalmente rendida y conseguimos dar un paseo por Santander con ella descansando en su carrito (y ya es extraño!)...
Continúan unas vacaciones muy esperadas.
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