Estos últimos días, seguimos visitando a nuestra pequeña, observando como los días pasan...unos ratos en su compañía, y otros, pensando en ella y en esa vida juntos que ya nos aguarda. Comenzamos a verlo cercano y cada vez más real...y podemos empezar a preparar su llegada, para conseguir que sienta los tremendos cambios que experimentará su vida (al igual que la nuestra), de la manera más liviana posible.
Los encuentros, van mostrando los avances que poco a poco y granito a granito vamos consiguiendo... Y nos permite disfrutar de momentos realmente maravillosos. Por mucho que no queramos sentirlo, somos unos grandes desconocidos para nuestra hija (y a buen seguro, que habernos permitido recogerla anteriormente y poder compartir con ella unos días antes de comenzar lo que serán para ella unos de desestabilización total, habría sido de una importancia tremenda)... pero a pesar de todo, también somos ya y seremos, su Referencia: seremos quienes la podamos ofrecer Seguridad y Confianza; y todo cambiará en un instante. Tan hermoso y tan real, que nos obligará a demostrar esa Responsabilidad que tanto hemos esperado para poder ofrecerla.
La varicela parece haber desaparecido y podemos utilizar nuevamente, los lugares comunes donde no pudimos hacerlo éstas últimas semanas, para no contagiarlo a los menores de grupos distintos al suyo...
Por supuesto, igual que no faltó su pequeño regalo el día de Año Nuevo, donde Ded Moroz se acordó de ella...el día de Reyes, no podía faltar el que la dejaron nuestros Magos de Oriente. Ella, aún no conoce el significado de un regalo, porque sigue creyendo que como siempre ha ocurrido, nada es suyo...pero ya no es así, y muy pronto comenzará a darse cuenta: y quizás lo haga al llegar al que para siempre, será su hogar. A partir de ahí, no tendrá que devolver lo que sea suyo, aunque nunca tendrá que olvidarse de compartirlo con los demás.
Nos hemos atrevido a probarle a Lera alguna prenda de ropa, para que se vaya acostumbrando poco a poco...pero parece que es agradable para ella, poder recibir nuestra aprobación, porque lo hace con mucho gusto.
También tras solicitarlo una y mil veces (de otra manera no lo habríamos conseguido...), nos permitieron captar recuerdos de los espacios donde nuestra pequeña desarrolla hasta ahora su vida cotidiana... Fue algo fantástico, que sin duda, nos servirá para poder recrear y mostrarle con la mayor realidad posible, como transcurrieron esos primeros años de vida. Y también pudimos sentir el cariño y el buen trato recibido por parte de quienes son responsables de su estado...
Estos días, aprovechábamos para comprar unos trajes típicos rusos para Lera y recorrer nuevamente estas calles que tanta huella dejarán para siempre en nuestro corazón...y tratamos de hacer más llevadero este viernes en que no pudimos ver nuestra hija por motivos de logística.
Por cierto, qué alegría da poder ver a una niña vestida de sevillana, a 14.000 kms de casa...curioso, no?
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