Un sinfín de recuerdos, recorren mi mente estos días... Ayer, escuchaba en televisión, que era jornada de puertas abiertas en el Congreso de los Diputados (y hoy, también lo fue): y el corazón se me aceleraba recordando circunstancias y momentos que nunca, jamás podremos olvidar... Fue exactamente hace dos años, cuando al enterarnos de estas jornadas de puertas abiertas en la Cámara Baja, se nos iluminaba la mente y creíamos ver una nueva oportunidad de dar a conocer la imperiosa necesidad que muchas familias teníamos en aquel momento, por una urgente actuación de nuestros dirigentes: el motivo, la paralización de las adopciones en la Federación Rusa, que desde tres meses antes, alejaba a cientos de familias españolas, del deseo de ser padres; ya que veíamos nuestro futuro ligado a este país y a aquellos niños (muchos de ellos ya conocidos por las familias) nacidos allí. Fue una de tantas tareas realizadas por todas aquellas familias que luchábamos por conseguir la reanudación de los procesos de adopción...y todas y cada una de las ideas y tareas, venían directamente del corazón. Como tantas otras veces, aprovechamos aquellas jornadas, para si cabe, dar más a conocer la desesperante situación existente; comentándolo directamente con todos los Diputados que encontrábamos a nuestro paso: liberando nuestros cuerpos y voces de temores y reparos, impulsados únicamente por el amor a quienes ya por entonces considerábamos nuestros hijos. Algunos, a pesar de todo, aún siguen en el camino hacia ellos...otros, consiguieron finalmente volver a casa con aquell@s pequeñ@s a quienes habían conocido; y en algunos casos, lo hicimos de la mano de otros pequeños, a quienes el destino nos unió tras haber puesto otros rostros y nombres durante el enrevesado camino. De un modo u otro, también esos días nos permitían creer que la situación se resolvería...y para ello, ninguno cejábamos en el empeño, porque nos esperaba el mejor tesoro y el mayor motivo para hacerlo: nuestros hijos. Sin duda, nunca olvidaremos cada uno de los momentos o circunstancias que rodearon nuestros procesos; pero sin duda, las jornadas de puertas abiertas, las recordaremos por la situación que vivíamos en aquellos momentos, aún más que por los disparos existentes en el techo del Congreso: y en el futuro, de la mano de nuestros hijos, podremos contarles una bonita historia de amor, relatando paso a paso, cómo desesperadamente, tratamos de conseguir llegar hasta ellos...y cómo ese amor, nos unió a todas las familias en una sola, a la que llamamos nuestra "Gran Familia Rusa".
Mantuvimos viva la llama de la Esperanza...y continuamos manteniéndola, para que como entonces defendíamos, todas y cada una de las familias pueda encontrarse con esos hijos que las esperan; independientemente del lugar donde éstos se encuentren...
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