Era hoy un día, cargado de emoción y alegría... Tras varios días de celebración, llegaba el Cumpleaños de Lera.
La mañana, comenzaba con la habitual sonrisa de Lera al despertar; y continuaba con la felicitación y canción correspondiente, tanto en nuestro idioma castellano, como en ruso. Esa pícara mirada de nuestra hija, nos permitía advertir que las indicaciones dadas durante toda la semana, habían sido interpretadas fantásticamente: sabía perfectamente, que hoy, era su cumpleaños...el día en el que celebraría en la intimidad, sus recién cumplidos cuatro añitos. Fue ella quien pidió comer en el restaurante de su papá, en esta jornada tan especial...y sin duda, esta intención venía provocada por su deseo de estar juntos (bueno, y también por poder tomar sus platos favoritos, como el jamón y el pulpo; o ese helado de violeta que tanto llama su atención). Poder mirar a sus ojos y observar el reflejo de su felicidad, es un regalo divino...y sentir su cariño y sus sonoras risas, un constante motivo de agradecimiento.
Atrás quedaron aquellas celebraciones sin grandes emociones; y sin demasiado estímulo, en que cualquier esfuerzo por hacerles sentir especiales, parecería vano. Quizás estos días, hayan sido excesivas las celebraciones; pero no cabe duda que realmente ha sido lo que le permitió a Lera, distinguir este día de cualquier otro. Hasta ahora, cada jornada parecía un premio y un motivo de alegría para ella; una oportunidad de aprender y compartir su curiosidad con los demás... Pero también ahora comprende y es capaz de diferenciar el día que la permite ser protagonista; y lo que es una celebración en familia, compartiendo el tiempo con su papá y su mamá. Fue hoy una jornada tranquila, pero cargada de sentimiento; que nos permitió exteriorizar y albergar nuevos sueños y deseos en nuestros corazones...y que nos esforzaremos por hacer realidad; y así poderlos seguir compartiendo en familia.
Somos afortunados de tenerla junto a nosotros...y nunca nada en el mundo, podría habernos hecho más dichosos. Es nuestra luz y nuestra energía; desde que comienza el día hasta que finaliza...y no existe mayor motivo para nosotros, que tratar de hacer que esa felicidad que hoy nos transmite, pueda verse reflejada el resto de su vida; forjando así su carácter, a través de la seguridad y el amor de todos quienes la rodean. Nos sorprendía hoy la cantidad de felicitaciones recibidas; y es que su simpatía e inocencia, hacen de ella alguien muy especial (y no únicamente a nuestros ojos). Gracias, de todo corazón a todos aquellos que aportan o aportaron su granito de arena para que día a día pueda avanzar de manera tan significativa y sorprendente. También hoy, recordamos a quien la permitió llegar al mundo, aún a pesar de que quizás, ni tan siquiera recuerde lo especial de la jornada de hoy; y únicamente me gustaría poder enviar un mensaje: "no te preocupes por ella, porque si en algún momento pudiste pensar cómo sería su futuro, solo te diría que despejado y cargado de sueños y optimismo...rodeada de personas que la aman por encima de todas las cosas, procurando su bienestar y su felicidad".
A su lado, cada día que comienza seguimos soñando...y nos transmite esa fuerza y pasión con que afronta y aborda cada instante de su vida; con la ansiedad de no querer dejar pasar un segundo, ya que para cada uno de ellos, parece tener meditado un plan.
Nunca sabemos qué nos deparará el futuro, pero siempre buscaremos en el horizonte, aquello que nos permita vislumbrar y realizar nuestros sueños. La vida está llena de desafíos...pero como en la leyenda del hilo rojo, al final del camino, siempre hay alguien esperándonos: luchad por vuestros sueños, porque esa espera merecerá la pena...el Destino os unirá para siempre con quien esté al otro lado del hilo.
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