jueves, 20 de octubre de 2016

DÍA 28 De Septiembre (Segunda parte): Reflexiones tras la llegada.

     Estamos de nuevo aquí, en el lugar que tanto nos enseñó y que tanto y para siempre, marcó nuestros corazones y nuestro propio carácter... Los sentimientos son muy profundos: sentir y poder afirmar con certeza que es el origen de nuestra hija... Pero también, sentir aquí de manera especial una historia de amor muy especial, porque la fue: la de un abuelo por un niño al que tan solo conoció a través de las imágenes y vídeos que sus hijos (nosotros) pudieron mostrarle, pero que como él mismo decía en el peor momento de su enfermedad, "era quien le daba fuerza para seguir luchando"...y solo soñaba con poder conocerlo y abrazarlo algún día. Aquel abuelo, era mi padre y aquel niño, quien permitió descubrir nuestras capacidades y nos dio también la fuerza para enfrentarnos a la adversidad de la paralización de las adopciones y esforzarnos como nunca pensamos que podríamos hacer; era Denis. Ambos, se fueron de nuestro lado en muy corto espacio de tiempo; pero nunca nos abandonarán...y Denis siempre estará presente cuando recordemos a mi padre; quien por supuesto, lo está en cada momento. Por este motivo, es evidente que estar de vuelta en VLADIVOSTOK, nos permite sentirlos muy muy cerca; pudiendo agradecerles tanto a ellos como a este lugar y sus gentes, todo aquello que aprendimos y que ahora podemos aplicar en la enseñanza y crianza de Lera.
     También en los peores momentos quizás de nuestra vida; cuando supimos lo que era perder un hijo (porque eso es, aunque quizás haya quien no lo pueda comprender...) y un padre...cuando más claro tuvimos que este lugar, en el que tanto habíamos aprendido y descubierto; seguía albergando el mayor de nuestros sueños y deseos, el de ser padres. Sabíamos más que nunca, que no nos rendiríamos hasta llegar a casa de mano de quien el Destino quisiera que nos acompañara el resto de nuestras vidas: y así fue como conocimos a esta pequeña a quien todos conocéis; quien dirige y motiva nuestras vidas...y quien nos hace tan felices y nos permite afirmar de forma rotunda, que todo esfuerzo y sacrificio, mereció la pena: como en alguna ocasión ya comenté..."lo volveríamos a hacer una y mil veces". Y ya sabéis que no engaño a nadie al expresarlo. 

     Lo que nunca pudo imaginar aquel abuelo, aún sabiendo que no cejaríamos en el empeño de ampliar la familia; era que la recompensa fuera tan maravillosa...y que su nieta Lera, quien allí nos esperaba; fuera capaz de devolver tanta alegría a una familia que tanto dolor había recibido, sin esperarlo y en tan corto espacio de tiempo. También es cierto que la recompensa no es solo tener a Lera, sino la increíble historia y experiencia que vivimos en torno a todo el proceso que propició nuestra unión...y que de ningún otro modo, podríamos haber vivido ni tan siquiera imaginado. Ampliamos la familia, sin duda; pero no sólo con ella, sino con todos quienes más de cerca colaboraron en su llegada: y a su vez, con muchos de aquellos pequeños que al igual que Lera, esperaban a sus familias...y con estas, que hoy pueden ofrecerles el amor y los cuidados que les permiten ser felices. 

     Por todo esto y mucho más... a disfrutar nuestro regreso!!!


     

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