A veces, me dicen que parezco nervioso; pero es que, a pesar de llevarlo con calma, nadie podrá negarme la tensión de una espera diaria en la que cualquier momento puede deparar una noticia...es una tranquilidad que para alguien que es tan inquieto, por mucho que lo intente, no puedo conseguir...es una espera alegre, pero que desgarra el alma; unos momentos tienes ganas de volar, y otros, te entran ganas de llorar. Son sentimientos muy difíciles de expresar; pero que a su vez, te hacen olvidar de otros problemas, que comprendes que son menores por tratarse de algo material.
En éstos momentos, cualquier distracción se agradece, porque hasta el propio trabajo te sirve de desahogo. Para nosotros, de momento, la espera es corta, pero la emoción hace que los días se hagan largos. Cuando esperas un período largo de tiempo, aprendes a tener calma; pero la adrenalina se dispara cuando las noticias indican que el momento está cercano...se disparan las alarmas del corazón y te sientes levitar, como si fueras parte de un sueño...un sueño que esperas, que pronto se haga realidad.
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A mí, me parece San Basilio: será nuestro sueño? |
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