Muchas veces hemos hablado sobre la terrible situación vivida este último año y sobre todo, de la mezcla constante de sentimientos de lo que siempre hemos denominado "la montaña rusa de la adopción". Cada día, parece comenzar todo de cero, porque los sentimientos son totalmente contradictorios, dependiendo de las noticias que rodean los procesos y todo lo que influye o afecta a estos...o a quienes consideramos nuestros hijos: esos niños necesitados de una familia, que esperan a lo largo de toda la geografía mundial...
Indignación e incredulidad son las palabras que muestran hoy el estado de ánimo...
Tolerancia, es el lema que tantas veces escuchamos de voces que hacen de esta palabra, la mejor defensa de sus "derechos"...y ahora, casualmente, lo hace como su mejor arma. Se trata de colectivos contrarios al Convenio de Adopciones, pero que ofrecen como reclamo, una postura y una situación irreales y que nos muestran que es simple demagogia lo que utilizan como testimonio y que nos hacen dudar de sus valores...puesto que muestran su falta de respeto e interés por los menores más necesitados. Nos parecía increíble la falta de empatía y solidaridad que tantas veces hemos comprobado en una situación de tanta necesidad como ha sido la paralización de adopciones en Rusia (y demás países); así como la falta de interés que suscitan los temas relacionados con el bienestar de la infancia en general... Pero no podía hasta hoy entender, que realmente se diera tan poca importancia a quienes no tienen una opción ni oportunidad de decidir ni elegir un camino en la vida: Hay quienes deciden su futuro, pero que también, deben ser capaces de respetar a quienes los rodean (eso es tolerancia, no?) y permitir que los demás también tengan sus derechos; y en este caso, son los niños que necesitan una familia...y si en los últimos tiempos se les han limitado las oportunidades, no se les pueden negar las que aún mantienen. Aún así, no daré más detalles, porque no veo ni siento en este momento ningún tipo de empatía para quienes son capaces de actuar en contra de los derechos y necesidades de los menores. Allá la conciencia de cada uno, porque finalmente, debería imperar la cordura.
Una noticia muy triste y desagradable para todos hoy...pero sobre todo para quienes sabemos y conocemos la dureza de un proceso de adopción; la negativa del Tribunal que juzgaba y decidía sobre la Adopción de los dos menores etíopes por parte de las dos familias españolas, que se vieron truncadas y paralizadas por un problema burocrático no atribuible en ningún caso a estas familias. Una decisión sin duda y a nuestro entender, injusta por la necesidad de los niños de una familia y por el vínculo ya establecido entre ellos tras casi cinco meses de convivencia y adaptación tanto para los niños, como para quienes ya se consideraban sus padres, y más aún teniendo en cuenta una sentencia inicial favorable. Aún queda Esperanza...y a buen seguro, que seguirán luchando por ellos como han hecho hasta ahora; porque saben lo que significa ser padres...y ya sienten a sus hijos. Comprendemos y conocemos su esfuerzo por conseguir tener a unos niños, para quienes han planificado un futuro lleno de oportunidades...unos hijos por quienes han dejado de pensar en sí mismos: porque ya han conocido a quien pasa a ser el Motivo para seguir adelante y por quienes sufrir y luchar en el futuro, pero también ya en el presente. Están demostrando que están preparados para ser padres; porque ya los sienten sus hijos. Deseamos mucha suerte y les enviaremos todo nuestro apoyo y nuestro ánimo, como el que estamos seguros que les será ofrecido tanto por nuestras autoridades como del resto de nuestra sociedad.
Mucho ánimo y la Esperanza de un final feliz en todos y cada uno de los procesos de adopción...independientemente del país de origen tanto de los menores, como de las familias.
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