jueves, 7 de agosto de 2014

Siempre Optimistas...por ello, seguimos confiando: todo irá bien.

     Continúan las vacaciones, pero ya se ha producido la inevitable vuelta a casa... Hemos conseguido el relax que únicamente conseguimos en un lugar muy especial para nosotros, como es Santillana del Mar: allí, nuestros amigos, ya convertidos en familia, nos hacen sentir incluso abrumados constantemente por su amabilidad y cariño...y éste año, en especial por una espera que para ellos, también es importante, porque son ya muchos años compartiendo nuestros sueños y deseos con todos. Nuestra estancia en la Posada (Posada Ansorena, regentada por ésta familia y donde nos conocimos) que tantas veces (creo que son ya 15 años) nos ha servido para planificar el futuro y para conseguir esa tranquilidad tan necesaria año tras año, ha vuelto a ser fundamental...hemos conseguido descansar y alejar de nuestros pensamientos, todo lo adverso que nuestra mente se negaba aún a olvidar o apartar. Y cómo no, la gastronomía del lugar, nos ayuda a su vez, a reconfortar el cuerpo (aunque también a acompañarlo con algún kilo de más a la vuelta...pero para eso está el ejercicio).
     Volvemos a nuestro hogar, para seguir pensando y preparando la llegada de nuestra pequeña... a pesar de saber que aún no hay nada hecho y que únicamente el tiempo nos permitirá comprobarlo. Se trata de unas vacaciones similares a las del pasado año, en que pensamos en un viaje no muy lejano en el tiempo (si todo va bien); y en conseguir descansar para afrontar lo que está por llegar. Siempre es triste abandonar los lugares y a las personas que tanto echas de menos después, pero confiamos en volver muy pronto a todos esos sitios y con todas esas personas maravillosas...pero ya de la mano de nuestra pequeña a quien también muchos otros añoran.
     Estamos contentos y felices...al conocerla, recuperamos la ilusión que siempre tuvimos; y ello, nos permite seguir viendo el futuro con optimismo, a pesar de todo. Sólo podemos pensar en volver cuanto antes...e hicimos todo lo que estaba en nuestra mano en tiempo récord, para recortar tiempo al reloj: aunque probablemente, el Destino ya tuviera controlado el momento, al igual que el lugar. Nuestra pequeña nos necesita, y nosotros también a ella: porque aprendimos a quererla, eso sí, tras comprobar que las dudas y los temores, nada tenían que ver con ella sino con el hecho de tener que reiniciar el camino, tras ver nuestros corazones destrozados una primera vez. Como siempre pensamos y todos nos cuentan... TODO MERECERÁ LA PENA: porque al final del camino, nos espera nuestra PRINCESA...y ella, es nuestra Sonrisa.


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