Como ayer adelantaba, trataríamos de hacer posible conocer más en profundidad la ciudad que nos tiene enamorados: el lugar donde en nuestro caso, como en el de muchos otros, nuestro deseo de ser padres, se ha hecho realidad... Y donde nuestra hija vino al mundo. Pero además, también hemos hecho posible algún sueño de niño: conocer el lugar de Destino (muy apropiado porque en todos los aspectos parece haber influido el Destino) del Tren con mayor recorrido del mundo...el Transiberiano.
Cómo no, el medio de transporte empleado para tal fin, fue el que todos podéis imaginar... Habíamos pensado en algo fácil como era coger un taxi, pero había que probar con algo auténtico; y nos decidimos a preguntar a unos buenos amigos que habían realizado el trayecto unos meses antes. Las indicaciones dejaban poco lugar a las dudas, así es que, nos animamos y casi sin darnos cuenta, nos dirigíamos al centro de la ciudad (eso sí, tras comprobar y solicitar el horario de los trenes, para así no tener ningún problema a la vuelta). Fue un acierto, porque además de evitar atascos increíbles, disfrutamos de la media hora que dura el trayecto, y por muy poco dinero (según esta ahora el cambio, por un euro exacto la ida y vuelta). Una auténtica maravilla, es observar como los pescadores abarrotan el interior de la bahía helada en Vladivostok; y cómo incluso, los coches circulan por la inmensa masa de hielo y nieve que la cubren, hasta más allá de donde la vista alcanza. Me atreví a fotografiar a alguno de esos pescadores, ya que viajaban en el mismo tren de vuelta a sus casas; y con ello, a sus aparejos para abrirse paso a través del hielo...
La llegada a la estación, fue fantástica...y aunque a muchos no les llame tanto la atención, para mí, esa estación tiene algo muy especial: de hecho, incrementado por la culminación del proceso de adopción de nuestra hija. Ahora realmente, comienza la auténtica aventura; ya que es el momento de aplicar y practicar todo lo aprendido hasta ahora y de iniciar una nueva vida que girará en torno a nuestra pequeña... Pero a tenor de todo, esta etapa, finaliza precisamente aquí, en Vladivostok, en la última parada del Transiberiano.
El sábado y el domingo pues, los pasamos recorriendo Vladivostok a nuestro ritmo; deteniéndonos a observar cada recodo que encontrábamos a nuestro caminar...fotografiando cada lugar y husmeando en el interior de edificios que desconocíamos, porque todo, lo recordaremos en el futuro con mucho cariño e incluso con anhelo. Éste lugar, nos cambió la vida; y el agradecimiento lo sentimos cada instante...respiramos el aire gélido de la ciudad, como algo íntimo y muy pero que muy sentimental. Observar el Puente de la Bahía del Cuerno de Oro, nos traslada a un estado de emoción; y nos permite definirlo como el puente más hermoso del mundo. Lo cierto es que, por las condiciones meteorológicas y otras causas, muchas de las imágenes captadas, nos permiten creer que han sido sacadas de un Cuento...
Como no podría ser de otro modo, comenzaron las compras, sobre todo de objetos típicos de ésta tierra; que con el paso del tiempo, nos permitan seguir manteniendo vivo el recuerdo de tradiciones y costumbres que tanto deseamos poder conservar e inculcar a nuestra hija... Traje típico, objetos con la tradicional matrioska; e incluso muñecos típicos rusos, adornos navideños o un Ded Moroz que amenice nuestras Navidades a partir de ahora...y nos recuerden a todos, cuales son los orígenes de nuestra hija.
Aprovechamos también de paso, para el cambio de moneda (algo más bajo que la pasada semana, pero igualmente inesperado: 63 rublos por euro) y visitar mercadillos de pescado al aire libre (perfecto para mantener el congelado en esta época del año) e incluso alguna tienda de caviar (cuyo olor, se hace intenso y apetecible...). Subimos al mirador desde el cuál se divisa toda la ciudad (cosa harto difícil por la nieve acumulada en toda la ciudad, llena de cuestas!), y donde también se encuentra la que quizás sea la mejor tienda de souvenirs de Vladivostok...
También, hoy lunes, volvimos al centro de la ciudad: la varicela de Lera continúa, pero además, lo padecen todos los pequeños de su grupo, y la alta fiebre de todos hizo imposible la visita. Aún así, ya nos han confirmado que mañana podremos visitarla...y eso es buen síntoma: la fiebre parecía ir remitiendo y le vendrá muy bien sentir el cariño de sus papás (y a nosotros, aún más, porque nos dará la tranquilidad que necesitamos).
El recorrido de hoy por el DownTown, fue un poco más tranquilo, visitando el parque de atracciones para niños y adentrándonos en la playa helada frente a él: qué estampa más distinta a la que conocimos en anteriores visitas!
Esperamos que mañana nos depare más alegrías...y pasa por esa visita que tanto se está haciendo rogar a nuestra hija. Y aunque no haya remedio: qué necesidad hay de seguir distanciados de ella, a miles de kilómetros de casa...y en unas fechas tan familiares y entrañables como son éstas? Sólo nos permite sentir la extraña soledad de un proceso frío, en el que ni tan siquiera hemos podido aún compartir la Felicidad, ni las lágrimas de alegría...ya que la distancia nos lo impide y ninguna otra familia española parece dejarse caer por estas tierras.
Este blog es más personal. Es un Diario: en él, iremos contando lo que es el día a día de nuestra adopción: desde el por qué lo decidimos, pasando por todo el proceso de información, cursos, trámites y todas nuestras emociones, vivencias...Es una historia que no terminará el día que logremos tener a nuestro hijo(-a) en casa, sino que contará también la adaptación y todo lo que venga después...La Historia de una Adopción en Rusia.
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Ánimo pareja que ya pronto estaréis para siempre con vuestra amada Lera. Os sigo a diario a través del blog y es muy emocionante seguir vuestra experiencia.
ResponderEliminarSusana
"Cientos de palabras, bonitos pensamientos para vuestro pequeño gran tesoro Lera, hija de dos grandes corazones, que nació para hacer brillar el sol. Espero que se recupere muy pronto de la varicela". Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarQue recuerdos me traen todas Las fotos que poneis. Vladivostok forma parte de mi vida, me ha dado lo más grande que tengo... Disfrutad, Disfrutad, disfrutad.... El mejor dia de mi vida fué el 9 de julio de 2013 cuando recogimos a nuestra princesa ( y vosotros lo vivistéis tan cerca...) Ahora os toca a vosotros, ese dia lo remeis tan cerca!!!! No os podrís imaginar la alegria que sentimos cada Vez que recibimos noticias vuestras. Por cierto, todavía tenemos pendiente Ir a Zaragona con nuestro tesoro y pasarla por el Pilar, os apuntais? Un besito enorme de vuestra família de Barcelona.
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