El viaje a primera hora del jueves direccion Moscú, nos hizo madrugar, pero sobre todo, volver a cambiar las rutinas de las últimas jornadas: y quien más lo ha notado, ha sido nuestra hija. Le ha faltado el descanso, pero también llegaron los cambios en todo lo que la rodeaba...y su única referencia, seguían siendo sus papás. A nosotros, nos ha faltado incluso tiempo para comunicarnos con todos quienes nos escribían y esperaban noticias: pero el cambio horario, acompañará nuestra vida durante los próximos días. Aún así, el inconveniente será menor; porque al fin podremos ofrecer a Lera, tranquilidad y estabilidad: podremos comenzar a establecer unos horarios normales que le permitan desarrollar su actividad de un modo mas fácil. Ayer, el cansancio nos impidió realizar una visita a alguno de los múltiples puntos de interés de la capital rusa; pero tratábamos de realizar hoy los trámites rápidamente en el consulado para poder al menos visitar la Plaza Roja y la Catedral de San Basilio...ese emplazamiento que parece sacado de un cuento y que es un símbolo cuando hablamos de adopción en Rusia.
Hoy, por tanto, tras un descanso interrumpido innumerables veces por el cambio horario (para los tres), nos levantábamos temprano para resolver el último trámite pendiente: el visado de Lera para poder entrar en España. Desayunamos bastante bien, pero llegó el primer momento (normal de cualquier modo) de lloros y quejas de nuestra pequeña, debido indudablemente a tanto ajetreo; y aunque nos duele el alma ver esas primeras lágrimas, comprendemos perfectamente que llegarán... Y aún más, nos duele tener que decir NO, a quien únicamente desea conocer y observar todo lo que le rodea. Comenzamos ya a sentir y vivir a su lado, esas "primeras veces" para todo...a disfrutar viendo cómo todo le sorprende y como lo más simple y cotidiano, es una auténtica maravilla para ella. A pesar de esos pequeños instantes de berrinche, era todo alegría para ella; y para nosotros, un regalo divino...
Conseguimos dejar resuelto el tema visado; y emprendimos ese viaje juntos hacia ese lugar de ensueño en forma de monumentos grandiosos (de los cuales Moscú está repleto...). Y lo hicimos en metro: accediendo a esas largas escaleras, que de verdad dan vértigo, sobre todo al observar el magnífico efecto de sentir esa inclinación casi imposible... Nos quedaron pendientes muchas visitas, como la de poder recorrer las principales estaciones de metro, que parecen museos subterráneos; pero pudiendo contemplar esos pasadizos con tanto encanto; llenos de comercios y pequeñas tiendas donde sorprende lo que puede uno encontrar. Una experiencia muy positiva; pero el plato fuerte estaba por llegar...
Nos aproximábamos a la Plaza Roja, observando el cambio de guardia en la Tumba al Soldado Desconocido; y comenzaba un pequeño recorrido, pero que nos llenaba de gozo...estábamos observando el Kremlin y accedíamos a una Plaza llena de historia y grandiosidad; que por supuesto, no nos defraudó. Hicimos un pequeño recorrido, que dió para mucho; sobre todo para poder captar esas imágenes tan deseadas de una nueva familia completa...y ésta vez, nos parecía increíble: era la nuestra!
Estábamos ya, mucho más cerca de casa; y a pesar de cargar con nuestra hija a cuestas, no había mejor motivo para realizar un pequeño esfuerzo, que poder plasmar esas instantáneas que tanto reflejan y tanto representarán quizás para ella en el futuro. Tras ese paseo, Lera cayó rendida en mis brazos...y volvimos a ese hotel donde esperaba nuestro equipaje, para emprender ésta vuelta a casa de la mano de nuestro particular "ángel"; y que ahora mismo trato de escribir entre turbulencias. He encontrado un momento perfecto para hacerlo, en vez de buscar descanso mientras Lera duerme aparentemente de forma plácida... Como ya comenté, es mucho más difícil encontrar el momento de escribir; pero a su vez, es un modo de seguir correspondiendo a todo el cariño recibido...
Parecía no llegar este día, pero al fin, dormiremos en casa, pudiendo contemplar a nuestra hija en ese entorno que tanto habíamos deseado y preparado para ella.
Muchas lágrimas y mucha Esperanza...pero también mucho Esfuerzo e incertidumbre, es lo que conlleva un proceso de adopción en Rusia; y que a pesar de todo, sigue provocándonos mucha tristeza y mucho desconsuelo... Quizás, mucha gente no lo comprendería; pero seguiremos derramando lágrimas, a pesar de haber finalizado la adopción de nuestra hija...pero se nos rompe el corazón, porque sabemos lo que representa y lo que se sufre, cuando pensamos en esas familias, muchas de ellas tan cercanas y queridas, que siguen padeciendo las increíbles decisiones de quienes tienen la capacidad de decidir, y lo hacen perjudicando con total conocimiento, a esos menores y a esas familias que buscan el modo de reunirse tras tanto amor ofrecido y tanto Esfuerzo y lucha por conseguirlo...y sabiendo el daño que causan a quienes no hacen más que bien con esas uniones. Nos duele sobremanera pensar en ellos, porque no existe lógica...pero tampoco consuelo. Como tantas veces hemos comentado, los procesos de adopción unen, y crean grandes familias en torno a ellas, porque es fundamental poder encontrar muchas veces un hombro donde llorar y un abrazo que compartir...y porque realmente, es importante para poder ayudar a nuestros hijos cuando surgen las dudas o no nos creemos capaces de encontrar una solución. A pesar de ello, seguiremos mostrando la realidad de nuestra familia en torno a este proceso que finaliza en su primera etapa; pero que requiere una vida entera de sacrificio y por supuesto, grandes recompensas. Nuestra hija traerá mucha Felicidad también a muchas personas; y nuestro camino podría servir de ejemplo a muchas personas dispuestas a emprender su propia aventura, que les permita ofrecer su cariño a esos pequeños, que en gran número, necesitan una familia: no es fácil, ya lo sabemos...pero merece la pena, por todo lo que aporta como experiencia vital; y por lo que es capaz de ofrecer y enseñar. Hoy, es un día muy difícil para muchas familias, pero de un dolor tremendo para una en concreto: la In-Justicia vuelve a mostrarnos una decisión cruel, que hace muy complicado el camino; pero que debe servir para poder seguir mostrando la capacidad del ser humano de seguir adelante cuando parecen no quedar fuerzas para hacerlo: y para seguir luchando por el futuro de unos hijos que no pueden hacerlo por si mismos. A eso nos ofrecemos y eso mismo nos causa tremenda tristeza cuando parece no llegar.
¡Bienvenidos a casa!
ResponderEliminar¡Mucha felicidad y tranquilidad para toda la familia!
Pero qué bonita es!!!
ResponderEliminarLa gorra?
EliminarTodos los niños del mundo lo son. No me hace falta verle la carita para saber que es preciosaaaa
EliminarPor fin llegando a casa! Qué alegría!
ResponderEliminarY qué grandes y qué generosos sois, porque incluso en este momento, por un lado tan feliz y tan pleno, pero, al mismo tiempo de tanto cansancio físico y psicológico, tenéis un recuerdo para aquellos que esperamos y para quienes están pasando por momentos difíciles en el proceso.
Os deseamos lo mejor familia!!!
Seguro que en casa TODO es mucho más fácil. Feliz regreso y felicidad para los tres. Nosotros en espera de fecha de juicio, con el nerviosismo de si sabremos responder bien.
ResponderEliminarEs un día tan especial, ahora que regresáis a casa, a vuestro hogar. Siento una gran emoción que me embarga en el corazón. Un besazo enorme a los tres.
ResponderEliminarSed felices y gracias por vuestra infinita bondad y generosidad. Muchas familias os lo agradecen ¡¡¡
ResponderEliminarmadre mía, esta entrada me hace soñar. Gracias por compartir vuestras experiencias!
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