Ayer, me sorprendía una noticia en prensa, que mostraba un dato que me pareció realmente difícil de creer: en la actualidad, a España, llegan más niños nacidos en vientre de alquiler, que por adopción. Me parece increíble, teniendo en cuenta que hasta hace dos años, nuestro país era el segundo del mundo en cuanto a número de adopciones internacionales. Hay que tener en cuenta, que los principales países de origen de niños adoptados por familias españolas, están en la actualidad cerrados a nuevos expedientes (Colombia, Etiopía,...), existe algún problema por no haberse aún ratificado el Convenio de Adopción (Rusia), o incluso los periodos de espera han aumentado de manera increíble (China)...pero en todos ellos, los expedientes ya iniciados, continúan adelante. Quiero expresar con ello, que esa cantidad de expedientes ya acumulados, debería permitir que los niños pudieran seguir llegando por medio de la adopción a esas familias, pero los datos, muestran esas dificultades existentes en la actualidad para ese fin tan necesario como es la adopción de menores, más aún cuando existen familias dispuestas a traerlos a casa. Tantas dificultades, provocan en muchos casos incluso, que muchas de esas familias que desearían adoptar, recurran a la maternidad subrogada, pero algo no debe marchar bien, cuando las estadísticas muestran esa evolución: algo no funciona, cuando existen millones de niños cuya única opción de futuro es tener una familia; y nunca podrán tenerla por las diversas trabas y obstáculos burocráticos a que hay que enfrentarse. En mi opinión, el vientre de alquiler, es una opción válida como cualquier otra para ampliar la familia y ser padres; pero hay que tener en cuenta también, la cantidad de voces críticas que indican en tantos casos lo sexista, discriminatorio y vejatorio que es en muchos casos la imagen que se da a la mujer en otros temas quizás no más importantes que en el que hoy trato de comentar. El vientre de alquiler, a mi entender, es beneficioso y única opción para muchas personas que no encuentran otra vía para ser padres (y por ello, también merece todo mi respeto y respaldo); pero también es cierto, que no deja de ser un "negocio", del que se lucran y benefician económicamente también muchas personas (y eso no es una Motivación lícita a mi entender; como tampoco lo es adoptar por la compensación económica que conlleva en muchos países, incluído como todos sabéis, la Federación Rusa). Con ello, creo apreciar, que la sociedad global en la que vivimos, realmente no cuida ni se preocupa de los menos favorecidos (como ya observamos en tantas ocasiones), pero en el caso de los menores en desamparo, no lo es menos, aún siendo pequeños indefensos e incapaces por sí mismos de ponerle remedio.
Habrá quienes puedan opinar que en la adopción también hay quien se lucra por ello (e indudablemente habrá quien lo haga de forma ilegal en algún país del mundo...); pero cabe recordar que actualmente (y España es pionera en ello), se trata de mantener la legalidad, controlando que cada euro quede justificado por las agencias (ecais) que median de manera profesional tramitando documentos y ofreciendo su ayuda por medio de representantes o traductores (en los países donde se requiere) en los lugares de origen de los pequeños. Por supuesto que se dedican profesionalmente a tramitar expedientes, pero ejerciendo una labor necesaria en cualquier proceso de adopción actualmente.
Aún así, reitero que es el descenso de las adopciones lo que no deja de sorprenderme; porque cada vez son más las familias que creen en esta vía y están convencidos de su importancia y necesidad (más aún cuando se avanza en un proceso), pero no pueden afrontarla por distintos motivos (no cabe duda que con las pocas opciones que existen, incluso el económico es un frente muy importante...ya que casi a ninguna familia nos sobra el dinero, por supuesto), entre los cuales las dificultades y el tiempo que transcurre son imposibles de afrontar.
Ojo, como ya he comentado, apoyo la decisión de ampliar una familia y ser padres...pero algo provoca que piense en que nada funciona como debería, puesto que con esos millones de niños existentes por todo el mundo necesitados de una familia, no puedo comprender los obstáculos para permitir esa unión y que se llegue a la situación actual en que haya menos niños llegados a España para ampliar las familias de manera controlada y legal, que de una forma no regulada, legalizada e incluso penada en nuestro país, (como incluso publicaba el Diario El Mundo este fin de semana (http://www.elmundo.es/yodona/2015/02/07/54d3617be2704eb42f8b45a6.html)y reproducido en el apartado de noticias e información sobre adopción en el apartado explícito para ello en este mismo blog). Y el problema, incido; no es el aumento de la maternidad subrogada (o al menos no entro a criticarlo de ningún modo), sino el descenso del número de adopciones ya que con ello, se priva a tantos millones de niños de tener una oportunidad y un futuro en la vida; y no sólo por los requisitos exigidos (que pueden ser excesivos en muchos casos pero incluso comprensibles y necesarios en algunos otros...), sino por la inexistencia de un interés global por solucionarlo en beneficio de esos menores: existe mucha hipocresía y demasiados organismos encargados de regular esta sociedad globalizada, que no cumplen ni se preocupan de los problemas más evidentes (y que conste que existen muchos más...).
Si desde un principio nos convencimos de la necesidad y el beneficio que conlleva la adopción de menores, ahora si cabe aún más, observando en cualquier instante la evolución y la alegría de uno sólo de ellos (en este caso nuestra hija, aunque somos afortunados de poder seguir esta evolución en multitud de niños...), podemos tenerlo aún más claro y luchar y esforzarnos por darlo a conocer y favorecer esta vía por la cual, sin perjudicar a nadie, pueden verse compensados muchos renglones torcidos de nuestra sociedad...
Controvertido tema.
ResponderEliminarMi camino hacia mi hija fue muy duro (me atrevería a decir que más que el vuestro), y volvería a andarlo todo por ella. Pero creo que sería incapaz de iniciar otro proceso de adopción. Lo que aprendí en ese camino seguramente me servirá para la vida, pero preferiría no haber aprendido algunas de esas cosas. Decir también que, con todo mi respeto por las personas que optan por ese camino, la maternidad subrogada no es una opción para mí.
Efectivamente, Luismi.
ResponderEliminarEstoy muy de acuerdo contigo.
La verdad es que la maternidad subrogada es otra opción igual de válida para formar una familia que cualquier otra, pero desde luego, yo me quedo con la adopción.
Me resulta muy difícil de entender, algo casi absurdo, traer nuevas criaturas a este mundo habiendo tantos pequeños que, ya estando en la tierra, necesitan ese abrigo que les caliente y esa mano que les guíe.
No sé muy bien si es ignorancia, desconocimiento, miedo, falsos mitos o tópicos... Pero así como es cierto que el número de familias adoptivas aumenta (o que se ofrecen para llegar a serlo algún día), también lo es que hay aún un graaan sector de la sociedad que piensa que esta opción es de segunda, o que "la sangre tira".
Ojalá llegue el momento en que los peques desamparados pasen a ser uno de los puntos principales en los programas políticos, que al final es lo que mueve el mundo...
Me da pena lo que se pierden las personas que no abren el corazón a estos nenes... El amor más puro y grande que yo he recibido en mi vida, sin duda ha sido el de mis pequeños.
Todo amor de un niño es puro, pero el de ellos, por necesitarlo y anhelarlo, lo es aún más....
Un beso fuerte para Lera
Yo en parte les comprendo porque este proceso es taaaaaaan largo y con tantas zancadillas que muchas veces piensas si lo estarás haciendo bien o por el contrario, tantas dificultades es porque el destino quiere que desistas en tu empeño de ser padres.
ResponderEliminarNuestro caso, desde un principio, ha estado lleno de golpes, pisotones y malos tratos por parte de la administración que nos ha tocado en nuestra Comunidad Autónoma. Estamos ya en la recta final y aún intentan retrasar las cosas. No lo entiendo. Por eso, ante tanta desesperación, comprendo que muchos opten por un camino más fácil, siempre que sea legal. Nunca comprenderé que no les apremie el que esos niños no estén "solos" mucho más tiempo, alargando meses de espera para las familias y los niños por un papel que tan sólo requiere una firma o un simple sello. Ojalá algún día se den cuenta de tanto error en su trabajo.