Bueno, a decir verdad, el hecho de decidirnos a aceptar la amabilidad y ofrecimiento de nuestros amigos (gracias de todo corazón nuevamente, porque nos consta que habéis sido muy generosos también con otras familias durante la estancia...y vuestro proceder, esa semilla que habéis dejado allí, florecerá dando los mejores frutos a esas otras familias en el futuro; no lo dudéis) fue debido a su insistencia y a que lo hacían con todo el cariño de su corazón. Y hay un detalle hermoso, que nos llegó al alma, encogiéndonos y emocionándonos: la verdad es que, en el momento de darles los álbumes de fotos, les comentamos con verdadera emoción, lo que nos gustaría que la jueza que valoró y aceptó nuestro ofrecimiento en el juicio por la adopción de Lera; pudiera ver esas fotos, por si en algún momento tuvo la más mínima duda de cómo sería su futuro a nuestro lado. Pensábamos que esas imágenes, podrían mostrarle que aquella imagen que en general, tiene la sociedad rusa de los niños que salen de sus fronteras, no se corresponde para nada con la realidad: deseábamos que pudiera observar y comprobar con sus propios ojos, el tremendo amor y lo importantes que esos pequeños son, para las familias que les ofrecemos todo lo que somos y tenemos. Era un sentimiento y un deseo, que esta familia hizo realidad para nosotros; pero que siempre pensamos (y por ello también era importante para nosotros) podría ser beneficioso para las familias que en el futuro, estuvieran frente a esta u otro juez a quien pudiera comentar lo que había podido observar a través de unas imágenes tan naturales como reales: podría basar su decisión, quizás sabiendo cómo se quiere a los pequeños o al menos, confiando en ello. Sabemos, que "nuestra" jueza, vio todas esas fotos que enviamos: y ese hecho, nos llenó de satisfacción... En todo momento, pensamos que si en realidad se busca el bienestar de los menores, era una muestra para ella de que sus decisiones, eran las más beneficiosas para los pequeños: y es cierto, que cuando observamos a nuestra hija ser feliz contemplando tantas cosas que a otros nos pasarían desapercibidas; comprendemos y valoramos aún más la necesidad de todos aquellos niños en quienes tanto pensamos cada día...y a quienes nos gustaría poder ofrecer algo más.
Estos amigos, visitaron durante toda su estancia, la misma casa cuna que habitó Lera hasta hace pocos meses; porque allí, entre esas mismas paredes, estaban su hijo y el de alguna familia más que acaba de recogerlos...pero también los de muchas otras que lo harán de aquí en adelante. Sabemos también, que al igual que las doctoras y cuidadoras de la casa cuna; la trabajadora social y la propia jueza, se emocionaron viendo estas imágenes de nuestra hija: y representa para nosotros, un nuevo regalo en este complicado mundo de la adopción. Nos queda la Esperanza de que al igual que estas personas, el resto de quienes depende el futuro de tantos niños, sean tan consecuentes y actúen con el mismo cariño y siempre buscando el bienestar de los pequeños; porque de ser así, también ellos podrán sentirse orgullosos y tener la conciencia tan tranquila como han podido apreciar en este caso.
Hay otro detalle, que puede ser de gran importancia para las familias; pero posiblemente aún más para los menores en el futuro: los recuerdos...y quizás datos o muestras que pueden pasar fácilmente desapercibidas. Cuando viajamos a juicio, había una petición a la casa cuna, que no quería olvidar; pero que debido a la cantidad de sentimientos y la intensidad de esos días, quedó en el olvido... hasta que volvimos a sentirnos allí, con la presencia de nuestros amigos y las noticias que nos iban narrando. Así es que, les recordé pedir fotografías de la estancia de su pequeño allí; al igual que si había posibilidad, preguntasen si existía alguna de nuestra hija. La verdad es que, fue una sorpresa recibir una respuesta afirmativa tras unos días; y realmente un tesoro el recibirlas por mail días más tarde, a través de nuestra representante: tenemos ya, dos fotografías más, fechadas gracias a la tecnología...y además, podemos tener ya la certeza de la fecha exacta en que le fue hecha la primera fotografía de que tenemos conocimiento.
Hoy, me despido agradeciendo nuevamente la generosidad de nuestros amigos...para que siga cundiendo el ejemplo; porque quien siembra, quizás cuando menos lo espere, acabe recogiendo también sus frutos.
(A buen seguro que a muchos, les habrá quedado para siempre en la retina, esta imagen a la entrada de esa humilde pero siempre querida, barriada de Zavodskoy...).
Bonito y emotivo relato.
ResponderEliminarSe dice que quién da, recibe, siempre hay personas importante en la vida de una para todo.
Saludos,