Hace un año, sentíamos añoranza por los hijos que no llegaban tras tantos años de búsqueda y deseo de poderlos tener a nuestro lado... y ahora, sentimos ese mismo anhelo, pero personificado en más de nuestros seres queridos. Hace un año, pedíamos ese hij@ que trajera la felicidad y la alegría a casa, al tiempo que curábamos sus heridas y lo preparábamos para afrontar el futuro a nuestro lado: y ese hijo llegó a nuestras vidas; pero de manera cruel y dolorosa, nos fue arrebatado.
Hace un año, afirmaba:
-El mayor de los tesoros y la mejor de las herencias es lo que hayas sido capaz de transmitir con tus actos y con tus decisiones...y eso debe reflejarse en los hijos.
Hoy, puedo mostrar que la mayor de las herencias obtenidas, ha sido y serán los sentimientos; esos mismos que he aprendido en la vida y que trataré de reflejar en el futuro, en la forma de actuar y pensar de mis hijos. También hace un año, mostraba otra frase que a día de hoy, me parece increíble tanta casualidad...
-El verdadero legado, es el que reflejan los sentimientos...el recuerdo de quienes añoran a los que ya no están.
-Como dice un proverbio ruso: "morimos el día que nadie piensa en nosotros"... y por tanto, nuestros seres queridos, nunca nos abandonarán porque siempre estarán día a día en nuestro recuerdo.
Ayer, revisábamos fotografías de recuerdo de la infancia y entre ellas, las de mi padre; para recordar muchos de los grandes momentos vividos a su lado, y que tan reconfortantes son a veces en los momentos difíciles: porque a pesar de las lágrimas, sirven para volver a llenar el corazón de alegría al liberar espacio de su interior.
Revisando también vídeos familiares de hace 25 años, se da uno cuenta de cuántas pérdidas se han producido durante todos éstos años: seres queridos que no volverán, pero cuyos recuerdos son fantásticos...como los que tendremos de mi padre y de quien siempre consideraremos nuestro primer hijo...
Casualmente, hace un par de días, comentaba el nombre que pondría al Paraíso: y ayer, encontré en uno de los vídeos, una frase de mi padre de hace 25 años:
-"Yo nací en el Paraíso...". Atendiendo a ésta afirmación tan rotunda de mi padre, (porque lo hacía convencido de ello) podría decir que para mi padre, el Paraíso se encontraba en su pueblo natal de El Barraco, en Ávila; cuna de grandes ciclistas, pero aún más grande si cabe, por el Amor entre vecinos (que siempre han sido familia) que siempre observamos en nuestra vida. Y ese mismo sentimiento y Amor es el que hemos encontrado y que tan maravilloso será para nuestros hijos, en las familias adoptantes en Rusia atrapadas por la burocracia, a quienes hemos tenido la suerte de conocer y con quienes hemos compartido tantos meses de esfuerzo, amistad y cariño...
Siguiendo con el lugar donde se podría ubicar el Paraíso... a mí, éste pueblo abulense, siempre me pareció un buen lugar, posiblemente capaz de definir como un lugar cercano y querido en nuestros corazones; como también lo han sido y lo serán, nuestra querida ciudad de Burgos o nuestra adorada Santillana del Mar (y Cantabria en general)... Aunque para nosotros, el enclave del Paraíso, se encuentra como comenté hace un par de días, en el Lejano Oriente, en la ciudad de Vladivostok, donde vivimos lo más hermoso que podríamos imaginar. Paradójicamente, el futuro nos dará la ocasión de comprobar, que muchos nacidos allí, en esa maravillosa y querida ciudad de Vladivostok (entre ellos si Dios quiere, nuestr@ hij@), sentirán que al Paraíso se le pueda llamar España (o Madrid, Barcelona, Mallorca, Cádiz... o cualquier otro destino), porque será el lugar donde aprendan a ser felices y conocer lo que siempre quisieron, desearon y necesitaron... Esto, significará, que o bien todos nosotros vivimos ya en el Paraíso; o bien, el Paraíso es una réplica a imagen y semejanza de La Tierra, pero en el cielo... y así, será más fácil poder pensar que nuestros seres queridos siguen a nuestro lado o en un lugar que para ellos quizás, el Paraíso tome el nombre de otro lugar, pero donde estarán perfectamente comunicados con todos nosotros.
Ayer, fue muy grato observar lo que tanto deseaba tener a su lado, y que lo acompañó en su último viaje a donde hoy descansa en paz: unas fotografías de quien para siempre será su nieto, Fernando Denis, a quien llegó a querer con toda el alma, y cuyo recuerdo y cariño, también se llevó al cielo...así es que, Denis: siempre tendrás alguien más que vele por tí desde allí arriba, para que siempre estés acompañado a pesar de nuestra distancia... Le acompañaste y le diste fuerza y energía en sus últimos días, y por eso mismo, él nunca te abandonará tampoco a tí...
Tengo también claro, que para todos quienes esperamos el momento de conocer a nuestros hijos, o para quienes ya únicamente esperan poderlos traer a casa...nuestros ángeles, harán del lugar en el que estén cada día, un pequeño Paraíso simplemente con su presencia.
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