La otra tarde, al visitar a mi abuela en la Residencia, (todos sabemos la ilusión que se genera en nuestros mayores con cualquier motivo...) le contaba con tremenda satisfacción a una de sus amigas y compañeras, que estábamos esperando para poder traer a casa a una niña... Y observé en ese instante, que la necesidad de cariño, lo es para todos, pero sobre todo para los más pequeños y los más mayores: se trata de una señora que tengo la impresión, ha vivido siempre para repartir bondad y generosidad; y mirándole a los ojos, observé casi cual libro abierto, todos los sentimientos que reflejaban esas lágrimas que empañaban su rostro, pero que la hacían si cabe, aún más entrañable. Me contaba la tristeza de verse sola y sin cariño, tras haber ayudado toda su vida al resto de familia: hubo un tiempo en que quiso adoptar, al no tener descendientes biológicamente, pero su gran compañero en la vida, su marido, no aceptó algo entonces tan desconocido. Por un lado, sentía que le había faltado alguien a quien ofrecer todo el cariño que quizás otros nunca habían apreciado y que ella necesitaba ofrecer; y por otro lado, el que ahora le faltaba a ella al pasar los días, sin alguien que al menos la visite y ofrezca un poco de cariño...
No creo necesario ni expresar lo que sentía en esos momentos, ni lo que siento ahora mismo; pero si de algo estoy seguro, es que al igual que mi abuela recibe nuestro cariño, a esta señora, no le faltará ese beso todos los días que visite la Residencia...porque no sería capaz de pasar por alto esa necesidad, que ya también lo es para mi. Me llamó mucho la atención su mirada en ese momento, y lo recuerdo cada vez que vuelvo a visitar este lugar.
Cada día, el convencimiento es mayor, de que la Adopción es un proceso que beneficia a todos, y que abre aún más el corazón de quienes vivimos para ofrecer cariño y ayuda...y que es capaz de enderezar muchos de los caminos que incomprensiblemente se ven torcidos (como nudos que entrelazan el hilo rojo...) en la sociedad.
Hoy por tanto, el recuerdo es para quienes más aprecian y necesitan del cariño de todos: nuestros niños y nuestros mayores... Y como la alegría es contagiosa y los besos no cuestan nada, pero valen mucho: prediquemos con el ejemplo...
Que tierno lo que has escrito, te leo todos los días, y hoy especialmente me emocionan tus letras. No lo dudo, eres una persona excepcional en todos los sentidos. Y tanto tú como Paula vais a ser unos padres estupendos, porque ya sois unas personas estupendas.
ResponderEliminarUn enorme abrazo. Leonor
Hola! Estoy completamente de acuerdo con lo que escribe Leonor. A mi me tienes enganchada también. No te puedes imaginar la de personas que estamos deseando que os llegue esa llamada que se convertirá en la llegada y por fin...la vida normal de familia! Con alegría infinita para repartir con los padres, abuelos, amigos...Un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminar