Una Sonrisa cuesta poco y vale mucho...

     Hoy, observaba las fotografías que hay por casa; porque Paula acostumbra a cambiarlas muy de vez en cuando...Y recordando a nuestra pequeña, tras volver a ver esas imágenes que nos enviaban por sorpresa antes de ayer; me fijaba en un detalle que he contado muchas veces, pero que volvía a ver reflejado en esas fotografías: observaba una tras otra cada imagen; y en todas, (quien tenga una fotografía en la que yo salga; me gustaría que lo comprobara para poder creer lo que digo...) esbozo una sonrisa. Si bien es cierto, recuerdo que en los días más tristes, mientras derramaba lágrimas de dolor, esa sonrisa seguía asomando, como no queriéndose resignar a desaparecer...para seguir de forma inconsciente buscando ese lado positivo y esa pizca de optimismo; o quizás esa luz en el horizonte, que no quieres ver desaparecer ni en los peores instantes...ni aún cuando todo es oscuro y todo indica que no hay previsión de que vuelva a asomar o salir el sol. Insisto en ello; en la importancia de una Sonrisa, porque nos muestra que seguimos soñando, que seguimos fantaseando y que ellas son la mejor muestra de poder buscar constantemente la Felicidad en lo que nos rodea. Y lo hago, por la tristeza de no poder (por la distancia) hacer asomar esa sonrisa en las imágenes de nuestra hija: nada tiene que ver esa preciosa (pero ausente de alegría y carente de ilusión) carita de nuestra pequeña, con esas sonrisas que esbozaba sintiéndose especial durante nuestra visita... Me viene a la mente tras observarla, esa mirada de resignación que conocimos a través de sus primeras fotografías, y que nunca permitiré que muestre cuando al fin esté a nuestro lado...porque será una lucha constante, tratar de hacer de ella, la pequeña más alegre y feliz que nunca haya podido contemplar. Y deseando estamos también, de poder ofrecer esa simpatía y regalar esas sonrisas, compartiendo juegos con todos esos pequeños con quienes tuvimos ocasión de hacerlo en nuestras visitas; qué lástima sentir que existan niños a quienes la vida no les permita tener ilusión y que quizás nunca puedan sentir lo que es soñar.