Ésta bandera, emprenderá nuestro viaje de reencuentro con nosotros; nos acompañará en nuestro viaje más especial hasta el Lejano Oriente. Irá encaminada a uno de los mástiles de la fachada de éste hotel que tan alegremente, acoge a todos los niños tras comenzar su vida junto a su familia...
Hace ilusión llegar tan lejos de nuestra casa y ver un símbolo nuestro, y sobre todo, poder pensar que allí, han vivido esos fantásticos y maravillosos momentos, muchas otras familias españolas antes...y con ese sentimiento, se nos ocurrió esta idea en uno de nuestros desayunos en Vladivostok...
Si la llego a ver ubicada allí, enviaré la correspondiente fotografía...
Un saludo a Vladivostok...y un beso a todos los niños que allí esperan...y a uno, muy especialmente.
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