Reflexiones tras vuelta a casa...1 de 3...

     Qué cruel la vida...que te muestra el paraíso y no te permite más que la visita. Eso sí, a la tercera va la vencida y te permite llevarte el mejor de los frutos contigo...Así es la Adopción en Rusia. Te van dando pequeños sorbos de néctar de la eterna felicidad, con suficiente tiempo entre una toma y otra; para que medites y recapacites sobre la importancia y el sabor de cada sorbo...para que te des cuenta de que nada es fácil en la vida y que cuanto más cuesta conseguir el objetivo, más se aprecia el resultado; para que al final, ésta maravillosa historia, se convierta en una aventura en que se aprendan a calmar y controlar los sentimientos...en que las adversidades, te enseñen, y las alegrías aprendas a disfrutar; en que los problemas te hagan fuerte y las dichas, más fuertes a los demás.
     Recordarás lo que parecía perdido, y es que "la gente tiene bondad"; y que cuando se abre el corazón, tiene cabida para muchas personas: que cuando compartes y sufres por los demás, cualquier buena noticia, te hace soñar...que cuando se habla del corazón, los triunfos de los demás, son medallas en la propia alma y que cuando intentas comprender a los demás...descubres tus propias inquietudes y aprendes a entender la vida de otra manera.
     "Cuando te abres con el corazón a los demás; aprendes a conocerte a ti mismo..."
     Todo esto, lo escribe el corazón, así es que, no puedo estar equivocado...y todas las personas que hemos conocido y seguiremos conociendo gracias a nuestro hijo, son el primer regalo que nos está haciendo; porque de otro modo, quizás nunca los hubiéramos conocido. Habría sido una pena, haber pasado por la vida de puntillas y no darnos cuenta de que en la sociedad, hay generosidad; y lo que es más importante, que gracias a mostrarnos tal y como somos, seamos capaces de encontrarla...

No encontramos a la gente por accidente.
Ellos están destinados a cruzarse en nuestro camino por algún motivo.