Hola, hijo mío... no hacemos más que pensar en ti: tú has sido quien ha terminado con las penas y la monotonía...quien hace que nuestra rutina, tenga una luz que la ilumine; que nos haga seguir soñando...
Eres la ilusión que alimenta nuestras vidas y nuestras almas (nuestros corazones los alimentas tú con tu presencia; porque se quedaron allí a tu lado, en Vladivostok).
Nos permitimos seguir soñando; pero no como fue hasta hace poco tiempo...ahora, todos nuestros sueños, pasan por ti...
Tú eres la vela que nos guía, y el viento que la sopla...y lo único que alimenta nuestro día a día, son los recuerdos de esos días tan maravillosos, que a pesar de la emotividad y los nervios, han sido los más fantásticos de nuestras vidas...y eso, lo has hecho posible tú...
Despertamos mirando tus fotos y vídeos, y eso nos hace empezar bien el día. Es duro verlo y no poder abrazarte; pero te sentimos muy cerca al observar esos abrazos que nos dabas, ya sabiendo lo que significaban y lo felices que nos hacías con ellos.
Siempre pensé que la primera vez que te viera, no podría contener las lágrimas, pero hasta en eso me ayudaste: esas lágrimas, se convirtieron en sonrisas, por ver esa preciosa cara y esos ojillos tristes, que no dejaban de soltar unas lágrimas, que si hubieran caído en el patio, habría hecho florecer, el más bonito de los jardines...
También miramos esas fotos a todas horas (creo que no pasa media hora sin que lo hagamos), para comprobar que sigues ahí; que aunque lo estamos viviendo, no queremos despertar de este sueño...hasta que estar juntos, se haga realidad.
Y besos, muchos besos te damos en la soledad...en cualquiera de esas fotos, quedará rastro de nuestros labios porque sigue siendo un sentimiento que nunca pudimos imaginar...
Nos haces felices con tan sólo recordar (y ver) cómo salían de tus labios las palabras más esperadas: esos "papá y mamá", que nos regalabas ya antes de regresar...que encogen el corazón, aun sabiendo ya de memoria cada segundo de esos vídeos...
Hace ya una semana exacta, que te veíamos desaparecer por las escaleras: el momento más triste, pero a su vez tan hermoso, porque nos hace recordarte con alegría y sabiendo que esas personas que te cuidan, son la familia que hasta nuestra llegada, más cariño te habían dispensado...y a quienes siempre tendremos en nuestros corazones, por el buen trabajo realizado contigo...
My tebya lyubim, Denis... (te queremos)...
El tiempo, pasa rápido, y nuestro destino, cada vez está más cerca...el final de la cuenta atrás, comenzó en el mismo momento en que vimos tu primera foto...y el instante de verte, nos dio la fuerza para esperarlo...
Este blog es más personal. Es un Diario: en él, iremos contando lo que es el día a día de nuestra adopción: desde el por qué lo decidimos, pasando por todo el proceso de información, cursos, trámites y todas nuestras emociones, vivencias...Es una historia que no terminará el día que logremos tener a nuestro hijo(-a) en casa, sino que contará también la adaptación y todo lo que venga después...La Historia de una Adopción en Rusia.
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