Publico en éste día, otra de esas cartas escritas con el corazón, de las familias que esperan a sus hijos a miles de kilómetros, pero que seguro que de algún modo, ellos sentirán... Soñando con tenerlo muy pronto en los brazos, también leyeron su carta, tras un largo viaje, en la Concentración Globos con Amor para Rusia: encantados de haberos conocido, y que vuestro sueño, como tantos otros, pronto se pueda hacer realidad... Confianza en ello y mucho ánimo.
RISAS, BESOS Y AMOR...PARA NUESTRO HIJO.
Querido hijo,
Hoy no queremos hablarte de penas
y lloros: la pena de tus padres por no tenerte cerca, por saber que sigues allí, en tu casa-cuna, cuando ya
tienes aquí una habitación, en tu casa, con nosotros. No queremos hablarte de
esto, porque tú aún no entiendes de esto: de nuestros procedimientos de adulto
que no te dejan llegar a una familia que te quiere y que ya te espera…
Y es que tú no lo entiendes…. y
en realidad, nosotros tampoco.
Hoy no queremos hablarte de
miedos. De nuestros miedos sobre si sabremos quererte y cuidarte como te
mereces, si sabremos ayudarte a ser feliz y a desarrollarte como persona…. El
miedo, en definitiva, de todos los
padres “a ser padres”. Pero, sobre todo, del miedo que nos atenaza ahora
la garganta: a que no se firme el
convenio, o a que no llegue a tiempo para nosotros; a que no podamos traerte a
casa, a TU casa, a que sigas creciendo alejado del calor de una familia y de
unos padres que te aman…. Pero no queremos hablarte tampoco de esto, porque tú
no entiendes de esto, de nuestros líos de mayores, de firmas, de convenios, de ratificaciones
y negociaciones…. de por qué siempre lo liamos todo tanto, con lo simple que
parece pensar en ti y en lo mejor para ti.
Y es que tú no lo entiendes…. y
en realidad, nosotros tampoco.
Hoy sólo queremos hablarte de
risas. De tus risas, en esas pocas horas que tuvimos el lujo de compartir
contigo. De tus juegos, de tu asombro ante todo, de tu mirada inquieta, a veces
seria, siempre curiosa. Y también, por qué no, de tus lloros. Esos que recordamos tu padre y yo, con cariño –perdona
el atrevimiento-: cuando te arañaste con un palo, jugando; o cuando te
enfadaste porque no querías dejar aquel columpio…. Esos lloros y esas risas,
que guardamos en nuestra memoria, mientras te esperamos.
Hoy queremos hablarte también de
besos: todos lo que te están esperando aquí, en cuanto llegues!!! Los de tus
padres, tus abuelos, tus tíos y primos…. De todos nosotros, incluso, los que no
han tenido aún la suerte de conocerte, pero que ya te quieren. Todos esos
besos, que aún no has aprendido a dar y que compartiremos.
Y, sobre todo, queremos hablarte
de amor: de todo el cariño y la ternura que intercambiaremos cuando estés con
nosotros. De todo ese amor que ya sentimos y que nos mueve a estar hoy aquí,
con tantos amigos, pidiendo a todas esas personas de los gobiernos ruso y
español que nos miren y que se acuerden de nosotros. QUE SE ACUERDEN DE
VOSOTROS, los niños, todos los niños y niñas que nos esperáis, allí, a tantos
kilómetros, que recorreremos, ¡sin dudarlo!, para ir a buscaros.
Si pudieras oírme, te diría que
allí donde estés, le des la mano al amiguito que tengas más cerca, para no
sentirte solo, y mires a las estrellas esta noche. En su brillo verás reflejada
nuestra búsqueda de ti, nuestro cariño y nuestra lucha. Nosotros también
miraremos a las estrellas hoy y sé que allí encontraremos el brillo de tus
ojitos de niño. Allí donde estás, ojalá te llegue un poquito de todo este calor
que tenemos hoy aquí.
Un beso, mi vida. Te queremos
Papá y mamá.
Mertxe y Roberto.
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