Querida Hija:
No podemos evitar pensar en tus necesidades...y por eso, se nos hace más difícil ésta espera. Sabemos y conocemos profundamente la terrible y desesperante espera de muchas familias, que hace muchos, muchos meses, conocieron a sus pequeños a quienes como nosotros, desean volver a abrazar: Mucho más tiempo del que hace que nosotros te conocimos a tí...pero es imposible medir y comparar, porque cada camino y cada proceso, son totalmente distintos, aún a pesar de que los trámites son los mismos. Sólo puedo expresarte el grado de ansiedad que nos invade por esa necesidad y ese deseo de volver cuanto antes: deseábamos que todo volviera a la normalidad para hacer más fácil y sentir más cercana y posible esa llamada; pero nuestras vidas, no pueden volver a esa normalidad mientras no tengamos la certeza y poderte ver a nuestro lado día tras día... Todo está pendiente aún; aunque como ayer nos decía una gran amiga, una fecha lo cambiará todo en cinco minutos...pero es tremendamente difícil de asumir esa incertidumbre. Ni tan siquiera es fácil reanudar el ejercicio físico; ya que el corazón no late al mismo ritmo desde que volvimos a casa tras conocerte...quería recuperar la forma, porque además, permite recuperar esa energía tan necesaria para afrontar el día a día; pero se hace muy difícil controlar el esfuerzo realizado, porque no se aprecia el límite al que el cuerpo y el corazón están expuestos en esta situación. Hasta un hecho tan simple como éste, puede tener una consecuencia que no podemos preveer.
Sentimos una agonía que no es sencilla de expresar; pero que muchos otros a buen seguro, también sienten por el mismo motivo... La terrible experiencia pasada, nos provoca un estado de alerta constante; y la falta de datos e incluso noticias directas, nos sofoca y nos impide inhalar el oxígeno suficiente en cada bocanada de aire. Es una situación que duele, porque la asimilamos, a pesar de darnos cuenta de que altera nuestro ánimo... Los ojos, no expresan esa alegría que deberían por estar próximos a vivir un sueño hecho realidad; pero algún día, (que esperamos esté al llegar) la pesadilla se convertirá en pasado y todo cambiará radicalmente, para convertirse en el más hermoso sueño jamás imaginado. Ese día, pequeña, será importante para nosotros; pero para tí, será el inicio de una vida totalmente desconocida: Conocerás un mundo lleno de oportunidades que aguarda fuera de esos límites en los que transcurre esa rutina en que se convirtió tu vida...y observarás entonces, lo que tanto tratamos de mostrarte. También entonces, podrás comenzar poco a poco a sentir esa Seguridad que deseamos ofrecerte; para hacerte fuerte y capaz de afrontar ese futuro que hasta ahora se te sigue negando...
Añoramos esa sensación de paz y de alegría que con tanta inocencia nos transmitías...y que nos permitió sabernos tus papás, a pesar de conocer bien a fondo, éste duro trámite que nos quedaba por delante para serlo. No te olvidamos un sólo segundo y únicamente podemos seguir esperando, para que llegue ese momento tan especial en que sintamos que por tenerte a nuestro lado, todo merecía la pena.
A pesar del desánimo que en muchas ocasiones nos acompaña, mantenemos firme la ilusión y la Esperanza por ese momento que llegará y nos permitirá compartir contigo todos los sueños; y para afrontar con mas fuerza y energía, lo que la vida nos tenga preparado. Te queremos, hija mía...
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