No puedo negar, que vuelve la ilusión por un fin de semana más que añadir al pasado... Debemos ser de los pocos que deseamos que comience una nueva semana; pero todos saben a qué se deben esas ganas...Será hoy? Si no, esperaremos que sea mañana...ese es el pensamiento que nos ronda la cabeza cada vez que despertamos: y cualquiera puede ser ese gran día que todo lo cambie y que provoque ese vuelco a nuestras vidas. Amanece cada día con la Esperanza de que ese sea el elegido...el día más maravilloso: y algo tan simple como una llamada; tan simple como una fecha que marcar en el calendario, propiciará ese sentimiento de alegría que permita alejar fantasmas y acoger y compartirla con quienes tanto han sufrido a nuestro lado.
Salgo un momento al patio, y el frescor y el aire puro me invaden...siento una caricia en el rostro que me permite seguir soñando despierto con que ésta, sí será la semana en que se producirá esa tan ansiada llamada. El tiempo cambia; es hora de volver a la rutina, y no sólo en España sino en la Federación Rusa. La decisión de un magistrado ruso, nos hace permanecer en vilo: para él (ella) es una simple fecha, pero para nosotros será el aire que nos permita respirar...
Observo el anochecer en el horizonte, pensando en ese amanecer que en pocas horas se producirá en el otro lado del mundo; donde nos espera nuestra hija para poder abrazarla y no separarnos nunca más de ella. En ese horizonte, empiezo a vislumbrar una luz que hace meses se apagó de repente y pasó a una oscuridad tenebrosa...y esa luz, permitirá iluminar nuevamente esos corazones tan machacados durante este último año. Deseo volver a descolgar ese teléfono; pero sentir esta vez, una llamada apacible y cargada de emoción y energía, que nos permita empezar a disfrutar y soñar sin sobresaltos de una experiencia maravillosa como siempre debería ser la de encontrar con quién compartir el Amor puro e incondicional...
Anhelamos volver a transitar esos caminos y carreteras que tantos buenos recuerdos nos traen...y ese último viaje de vuelta con un pasajero más: pero aún, tendremos que caminar con esos pies que tanto plomo han acumulado y liberarlos poco a poco de ese lastre.
Confiamos cada día más, en la llegada de esas buenas noticias procedentes de todas las regiones rusas; porque es lo más justo para quienes más vulnerables son cada día que pasa y para esas familias que tanto los desean...
Bajan las temperaturas y meditamos sobre el gélido otoño e invierno rusos...pero eso no es impedimento para desear pisar cuanto antes, esas tan queridas tierras que un día vieron nacer a nuestros hijos. Esas tierras que muchos quisieron conquistar, son las mismas que nos conquistaron a nosotros: pero el tesoro que nos aguarda, nada tiene que ver con ambiciones y egos, ni con algo posible de cuantificar.
Feliz semana y que todos esos teléfonos, suenen ya...
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