Siempre haciendo cálculos; siempre tratando de imaginar un cuando y un cómo... Así es la adopción: una travesía incierta donde no puedes nunca saber lo que deparará el siguiente día. Meses llevamos tratando de visualizar un calendario en el que ir situando las fechas que cambiarán nuestras vidas. Según los cálculos en nuestro viaje de asignación, ya deberíamos estar con nuestra pequeña en casa, puesto que todo el mundo allí nos hacia soñar con una vuelta inmediata; y aún así, no quisimos creerlo. Ahora, cualquier vaticinio se antoja imposible, porque cada semana que transcurre, nos hace retrasar las fechas previstas...y se aproximan las tan marcadas y conocidas fiestas navideñas. Para quienes tenemos nuestro propio negocio y debemos hacer malabarismos para poder cubrir nuestra ausencia cuando ésta llegue a producirse, se hace aún más difícil tener previsto el cómo. Si hasta hace un mes, el único pensamiento suponía la búsqueda de personal cualificado para suplir ese vacío en unas supuestas celebraciones, como eran los bautizos, festivos o incluso enlaces matrimoniales; ésto ha dado paso a imaginar y tratar de solucionar el problema añadido de unas comidas o cenas que aumentan sobremanera con la llegada del último mes del año. No podíamos creer que a estas alturas, estuviéramos pensando aún en cuando sería esa fecha de viaje ni menos aún, en cuando se produciría esa llamada... A pesar de todo, llega un momento en que la fecha es lo de menos, e incluso el tema laboral pasa a un segundo plano; porque lo más importante en cualquier caso, es que ese reencuentro y ese momento de volver con nuestra hija, se llegue a producir... Parecía una pesadilla tener que pensar en que ese viaje se pudiera producir durante el mes de diciembre; pero confieso que tras darle tantas vueltas y tratar de buscar soluciones, sin saber algo concreto y obtener una certeza, no se puede uno volver loco tratando de imaginar... No estaría mal un golpe de suerte e imaginar uno de esos casos extraños que se producen en contadas ocasiones, y que hacen posible que todo pueda realizarse casi sin pensarlo ni tiempo de preparar y volverse loco tratando de dejar todo atado. Se complica todo teniendo que dejar los negocios, sabiendo que además debes generar y demostrar una base económica que sirva de sustento, cuando no puedes imaginar cómo se producirá ni de que modo transcurrirá el proceso de adopción. Aún así, nacemos para dar y compartir Amor...porque no es lo mismo existir, que dar sentido a la vida...y desgraciadamente, muchos no pueden tener la fortuna de poder vivir su existencia. Y pensar en ello, nos genera una energía extra para soñar con el día de poder permitir a nuestra hija, vivir su propia vida...
Este blog es más personal. Es un Diario: en él, iremos contando lo que es el día a día de nuestra adopción: desde el por qué lo decidimos, pasando por todo el proceso de información, cursos, trámites y todas nuestras emociones, vivencias...Es una historia que no terminará el día que logremos tener a nuestro hijo(-a) en casa, sino que contará también la adaptación y todo lo que venga después...La Historia de una Adopción en Rusia.
martes, 4 de noviembre de 2014
Haciendo Cábalas...
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Cómo te entendemos!. En este proceso, ya de por sí complicado, con tiempos de espera que se alargan o (en pocas ocasiones) se acortan; con estimaciones que no llegan a concretarse; con imprevistos que se encadenan... Además está la previsión de dejar atada "la vida cotidiana", aquella de la, en muchos casos, depende nuestro sustento, y, que, a la vez se ve perjudicada por lo imprevisible de las fechas, los viajes, las estancias...
ResponderEliminarEs la pescadilla que se muerde la cola.
En fin. Pensaremos que de todo se sale. Y sobre todo cuando la ilusión por aquello que nos espera es tan grande.
Mientras tanto: ¡mucho ánimo familia! La luz al final del túnel está cerca