El martes, fue un día especial...uno de esos días en que el corazón recupera su latir debido a los recuerdos; y la mente permite soñar y desear a través de la imaginación y las buenas vibraciones recibidas: todo, tras atreverme a rogar y pedir, en un lugar donde Dios no debería hacer oídos sordos a las plegarias procedentes de unos corazones, que sufren por la ausencia y por la distancia que los separa de lo que más quieren y necesitan... En ese lugar donde la calma y el descanso eterno, nos permite sentir aún más a nuestro lado, a quienes algún día se nos fueron, deseando conocer a quienes también esperaban y siguen haciéndolo.
Casualmente, horas después recibíamos con tremenda ilusión, noticias directas desde Rusia; y aunque no eran las esperadas, nos transmitían calma y nos animaban a seguir confiados en un final feliz, que únicamente está a punto de nuevo, de depender de la decisión y la importancia que quiera darle un señor Magistrado: deseamos y esperamos, que ésta vez sea benevolente con nosotros y podamos tener esa oportunidad que hasta ahora se ha resistido. Nos alegramos enormemente de tener noticias suyas, porque como en algunas ocasiones creo haber comentado, dejó huella en nuestros corazones desde el mismo instante en que lo conocimos... Y es que, los representantes, así como los traductores, no dejan de ser quienes nos acompañan y ayudan en los momentos más importantes y maravillosos en nuestras vidas: y en nuestro caso además, serán considerados siempre parte de nuestra familia...
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