sábado, 26 de noviembre de 2016

Muchas Deudas que saldar... Resumen de nuestro regreso.

     Pues bien, amigos...ahora, un pequeño resumen de nuestra vuelta a VLADIVOSTOK:

     En nuestro caso, como bien sabéis todos, era un placer y un nuevo sueño regresar; pero en el caso de nuestra hija Lera, y a pesar de su escasa edad, la veíamos preparada para realizarlo. Lo que sentíamos como una Necesidad, ha colmado con creces nuestras expectativas...y además de conseguir nuevamente realizar todo lo que nos habíamos propuesto (y muchísimo más, gracias al atrevimiento nuevamente de intentarlo...algo que aprendimos gracias a la dificultad y los obstáculos que todos conocéis de la paralización de las adopciones en Rusia y sus consecuencias)...hemos llegado incluso a pensar en nuevas iniciativas y soñar con desarrollar ilusionantes proyectos de colaboración en aquel lugar. Tiempo al tiempo... Esperamos que la salud nos acompañe para poder acometer todos los proyectos futuros, que son muchos y ya recorren nuestra mente permitiéndonos soñar y tener esa ilusión permanente.

     Esta experiencia nos ha permitido visitar con Lera la tierra de sus orígenes; el lugar que la vio nacer y cuidó de ella hasta nuestro encuentro...consiguiendo que su ilusión por conocerlo, se hiciera realidad. Muchas veces comenté, incluso a través del blog, una frase que me parecía hermosa y a su vez realista, viendo como otras familias; y después la nuestra, se ampliaban, consiguiendo hacer realidad el sueño y fin de la adopción: la unión en familia. Yo lo definía como: "VLADIVOSTOK, el Lugar donde los sueños se hacen realidad". Y en esta visita, observamos en uno de los regalos que hicieron a Paula por su cumpleaños, que esa frase, era ahora utilizada como eslogan publicitario de la ciudad (o al menos de su imagen). 

     Pero también, nos ha permitido volver al lugar donde la conocimos, (por expreso deseo suyo; ya que comprendía perfectamente y confiaba en nuestras palabras de estar de vacaciones y volver a casa otra vez juntos) ...volver a abrazar y conversar con sus cuidadoras y doctoras en la casa cuna; compartiendo sonrisas con otros pequeños que permanecen allí...y tratando de transmitir la alegría y felicidad de los pequeños tras encontrar a sus papás. Nuestra relación con la casa cuna, ha continuado tras la adopción, en forma de imágenes y diálogo con nuestra querida representante; y el deseo todas de ver a Lera y sus papás, era evidente y plenamente reconfortante. Ojalá ello sirva para estrechar más el nexo y vínculo que une esta ciudad y este lugar con las familias actuales y futuras que busquen unirse allí; porque cada una de ellas, tendrá siempre un cariz especial... 

     Sirvió también para descubrir nuevos lugares y volver a aquellos donde amamos la vida más que nunca: visitamos la ciudad, que volvió a despertar nuestras emociones y sentimientos; visitamos la isla  Russkyi y el Aquarium; fuimos al Teatro a ver el ballet, que representaba la obra "El Cascanueces", de Tchaikovsky; por supuesto, compartimos nuestro tiempo con nuestros seres queridos allí (porque los tenemos)...y pudimos visitar a alguien muy especial, a alguien que tanto hizo y tanto influyó en nuestro proceso y en nuestras vidas; que nos dejó escasamente un mes después de nuestra llegada a casa con Lera. Es por tanto, una experiencia que en nuestro caso será única... Y que aunque tal vez ahora no sirva para despejar las futuras dudas de Lera; al menos servirá para que conozca este lugar tan especial y mantenga su relación con personas que también allí la quieren con toda el alma; al tiempo que nunca tenga duda de que fue ella quien nos hizo amar este lugar y que los orígenes y quizás su búsqueda, será algo que siempre trataremos de preservar. 

     Teníamos muchas deudas que saldar; y todas ellas nos las marcaba nuestro corazón... Pudimos agradecer nuestra unión y compartirlo con todos aquellos que colaboraron para que así fuera. Incluso, lo agradecimos a cada lugar, cada recodo de aquel enclave en el Lejano Oriente ruso donde volvimos a disfrutar, eso sí, ya en compañía de nuestra hija.

     Ha sido muy especial también, hacer de nuestro centro de operaciones (por decisión propia), el hotel VLAD INN desde el cual partían nuestros desplazamientos, sueños y sentimientos en cada visita anterior...como también lo es, poder conseguir el correspondiente descuento que hacen en él a las familias adoptantes (algo muy de agradecer y que habla bien de las intenciones). No puedo dejar de mencionar algo que nos entristece: el hecho, poco habitual, de no encontrarnos allí más que con otra familia española que volvía a juicio... ninguna familia más, ni española ni italiana, durante los diez días (dos semanas hábiles completas) que permanecimos allí. Mal detalle este, pero que confiamos pueda cambiar en breve espacio de tiempo...y poderlo seguir contando. Parece cierto que las familias rusas están adoptando más niños (al menos allí), lo cual implica que haya menos pequeños para adoptar...pero podemos transmitir también la grata visión que dan allí de las familias españolas adoptantes.


     Por descontado, podemos trasladar nuestra esperanza de que muchas otras familias puedan seguir uniéndose en familia allí; pero aún si cabe, regresamos con más deseo de iniciar una nueva experiencia: aunque parezca complicado o improbable, como ya comprobamos y aprendimos juntos en ocasiones anteriores, no existen los imposibles...y siempre hay que luchar por ver los sueños y deseos hechos realidad. 

     Seguiremos soñando con esos vuelos llenos de esperanza e ilusión, surcando el cielo en busca de esa maravillosa unión entre padres e hijos...

     Mucho ánimo a quienes continuáis esperando ese maravilloso momento de ampliar la familia: nunca perdáis la ilusión y la esperanza, porque aunque en menor número, allí siguen esperándoos vuestros hijos...


domingo, 20 de noviembre de 2016

DÍA 7 De Octubre: Llega ya el momento de la despedida, pero no es un adiós...sino un "hasta luego".

     Llega ya el día de separarnos de nuevo; y aunque esperamos el momento de volver aquí, VLADIVOSTOK permanecerá en esa larga distancia, que a pesar de todo, no puede impedir el sentimiento tan profundo y sincero de amor hacia este lugar y hacia tantas personas. 

     En unas horas, estaremos ya de vuelta en nuestro hogar, echando nuevamente de menos este lugar que abandonamos... En un rato, nos tendremos que despedir con tristeza (pero con esperanza), de nuestras queridas Lyuba y Katia (y esas adoradas familias que sentimos nuestras)...así como incluso del VLAD Inn y del personal que allí trabaja. Cada despedida es especial, aunque siempre complicada. En esta ocasión, volvimos a ver cumplidos muchos sueños y deseos muy íntimos...que cada vez nos unen más a este lugar. Nos espera un largo y agotador viaje; pero multitud de recuerdos nos acompañarán siempre tras este retorno a nuestro particular paraíso. Maletas que van y vienen cargadas de emociones y cariño: repitiendo ese camino de ida y vuelta que tantas veces se realiza en el camino de encuentro que es la adopción. Ésta fue una nueva y maravillosa experiencia: enriquecedora y entrañable; como lo son a su vez, todas aquellas personas que nos han acompañado en este nuevo paseo por nuestros sueños... Y esta vez, la vivimos y compartimos los tres juntos, en familia.


     Y como siempre, las reflexiones recorren la mente:

     Un hijo, a pesar de tener vida, no es algo material...y se engendra en el corazón mucho antes de hacerlo en el vientre de una mujer. Eso, nos permite comprobar la grandeza del ser humano: el amor y los sentimientos que un hijo puede ofrecernos con tan solo imaginarlo y aguardarlo... Es así como en adopción, todos sufrimos lo indecible hasta tenerlo a nuestro lado; porque conocemos perfectamente el significado y el valor que un menor tiene, a pesar de haber este(-a) nacido de otro vientre y en cualquier otro lugar y circunstancias...y le aguardamos haciéndole nuestro, y permitiéndole ser deseado en todo momento. Así se sienten algunos amigos nuestros, desde la distancia en la que en estos momentos nos encontramos nosotros; y donde quizás y si Dios quiere, estarán ya esperando sus hijos... Creemos estar cerca de esos pequeños con quienes tal vez dentro de muy poco, estableceremos una relación familiar; con quienes compartiremos esos gratos momentos que el Destino nos tiene preparados junto a sus papás, que ya los esperan y desean. Nos sentimos afortunados por estar aquí nuevamente; disfrutando y viviendo un nuevo sueño, pero eso sí...esta vez, ya junto a nuestra querida hija Lera.


     Este viaje, llega ya a su fin...pero tampoco es un adiós, sino un "hasta luego"...


     VLADIVOSTOK: Siempre en nuestros corazones. Cuida de nuestra familia, de tu gente; y cómo no, de aquellos pequeños que tanto lo necesitan y de aquellas familias que tanto desean y añoran verlos convertidos en sus hijos...

     Por lo que nos diste y aún nos das: por lo que nos permitiste aprender, vivir y sentir... y por todo aquello que aún nos queda por vivir allí...cómo no te voy a querer???... 


lunes, 14 de noviembre de 2016

Día 6 de Octubre. Un momento muy esperado: la Eterna Despedida a un Ángel.

     El jueves, era el último día completo de nuestro viaje en Vladivostok. Y como tal, no queríamos dejar pasar la oportunidad, aprovechando la jornada al máximo. 

     Comenzábamos, tras el cotidiano ritual de baño y demás; desayunando como otros días en el VLAD Inn, donde ya nos volvía a invadir la nostalgia hacia el lugar donde aún permanecíamos... Nos quedaba una agotadora jornada por delante; y muchos planes y cosas por hacer. Lo primero, coger el tren en la estación de Sanatornaya, para dirigirnos a la ciudad y despedirnos nuevamente de ella... Ya allí, procedimos al habitual cambio de moneda, junto al Juzgado de Familia (qué gratos recuerdos!); para no vernos apurados en las compras de última hora. Desde allí, pensamos encaminarnos al Mirador de Cirilo y Metodio, desde donde se obtiene una de las mejores vistas de la ciudad (sobre todo del puente de la Bahía del Cuerno de Oro); pero observando a Lera nos dimos cuenta que podía ser demasiado esfuerzo para ella, aún más tras las intensas jornadas anteriores.


     Por tanto, decidimos cambiar el plan y vimos a un taxista alegre y sonriente, que esta vez sí, nos dio la confianza suficiente para ir a otro lugar que nos quedaba por visitar: una juguetería de muy buenos recuerdos, situada al otro lado de la colina del Mirador de Cirilo...la Bubble Gum (БУБЛЬ ГУМ)    ...en ruso).


     Por un módico precio nos llevó hasta allí; por lo cuál, le pedimos esperarnos para devolvernos al mismo lugar. Tras las compras, eso es lo que hicimos; y pudimos continuar comprando algún detalle de última hora y tomando un respiro al tiempo que un café... Y a su vez, comprar un ramo de flores para, si era costumbre, llevarlo a la cita de la tarde...


     Tras despedirnos ya del centro neurálgico (y nostálgico) de Vladivostok; y plasmar esos últimos recuerdos, volvíamos en tren al hotel, entre lágrimas de emoción y cómplices y dulces miradas por la más que inminente marcha de aquel enclave tan amado por nuestra familia. En esta ocasión, éramos los tres quienes mirábamos a través de los cristales, diciendo adiós con el corazón a este lugar mágico y entrañable...

     Almorzábamos en el VLAD INN, y esperábamos a Lyuba para que nos recogiera, tal y como habíamos previsto. Debíamos hacer parada previa para comprar una nueva maleta y así poder ubicar todos los detalles y regalos, que parecían colapsar nuestra habitación. También tras ese trámite, realizábamos una visita a una tienda de fotografía, donde nos esperaba una grandísima sorpresa en forma de imágenes; que resultaron ser el mejor y mayor regalo que podríamos esperar...y que ante todo, nos permitirá tener siempre, en todo momento, muy muy cerca a esa familia tan querida que tenemos en el Lejano Oriente Ruso. Durante esa parada, pudimos observar a su vez, tanto lugares conocidos, como esculturas y estampas aún desconocidas para nosotros.

     

     Ya de camino al hotel, se producía una visita muy necesitada y esperada para nosotros...el momento de sentir la Paz por el eterno descanso de un gran amigo y si es posible, aún mejor persona: acudíamos al cementerio donde reposa nuestro querido Iván. Era también un momento triste, pero tantas veces soñado desde aquella dolorosa tarde en que nos comunicaban su marcha... parece hoy, por lo claro del recuerdo: una noticia que nos dejó mudos; y con el corazón roto... Pero hoy por fin, podíamos estar allí, donde sentíamos que debíamos estar en aquel difícil momento; mostrándole nuestros sentimientos tanto a él, como a su (nuestra) querida familia: en el lugar que sentíamos necesidad de visitar desde aquel mismo día que llorábamos su despedida en la distancia. 

     

     No pude redimir las lágrimas...pero me sentía en cierto modo cómodo y satisfecho de no tener que contenerlas; porque eran los más profundos sentimientos, contenidos desde su marcha, y el cariño hacia él, quienes provocaban aquel llanto. Pedí perdón a su esposa, por no ser capaz de tener la fortaleza suficiente...pero se trataba de un momento y una situación que únicamente en contadas ocasiones puede repetirse: no es algo habitual; como tampoco lo es sentirte tan en deuda con alguien, como en este caso lo es con esta familia y con aquel Ángel que tan pronto nos dejó...y ésta visita y ésta despedida, eran a su vez un "hasta siempre"; un punto y seguido a una relación que paso a paso se ha convertido en un muy estrecho vínculo entre nuestras familias. A buen seguro que es la primera de muchas otras visitas; aunque tendremos que soñar para mantener presente la figura de Iván y poder compartirlo con su familia. Esperamos volver a verlos muy pronto, porque hay detalles que nos ayudan aún más a comprender, que ese profundo amor que sentimos hacia ellos, fue siempre comprendido y recíproco, a pesar del carácter tan distinto... Hay motivos,  detalles y regalos, que nos hacen partícipes de su familia: algunos de ellos muy íntimos, que llenan el alma al igual que hacen de ellos, personas inigualables. Cómo responder a tanto cariño? Con nuestra habitual forma de exteriorizar los sentimientos...abriendo por completo nuestros corazones a ellos, como tantas veces hicimos y haremos.

     No fue para nada, el lugar donde tantas veces soñamos verlo a nuestro regreso; pero aún así, ésta vez pudimos despedirnos de él de la única manera posible... Fue duro y difícil que tuviera que ser en aquel lugar, pero la vida es así de cruel en muchas ocasiones.

     Hasta la próxima, amigo: no te olvidamos...  


     

martes, 8 de noviembre de 2016

DÍA 5 de Octubre. Retorno a Zavodskoy: una visita de enorme importancia y valor sentimental.

     Hoy, vivíamos una nueva y maravillosa experiencia...una más que añadir a las que desde que comenzó nuestra historia de adopción, hemos tenido la fortuna de vivir.
     Hoy, era el día idóneo; el día elegido para volver a la casa cuna de Lera...como ella misma decía al irnos aproximando, su "casa de Zavodskoy": y aunque en cierto modo es así de claro, le indicamos que se trataba de su escuela de Zavodskoy.

     Era un nuevo deseo y un objetivo fundamental en este regreso a su origen; y que gracias a nuestras queridas amigas y a la amabilidad de la casa cuna, pudimos ver realizado. 
     Se trata de un regreso muy importante para nosotros y para Lera; pero podemos afirmar con total seguridad, que también lo es para quienes allí nos esperaban: ha sido todo un acontecimiento para ellas (puesto que son "casi" todo mujeres quienes trabajan allí...por recordar a algún señor de mantenimiento), ya que como todas nos confesaban, somos muchos quienes pensamos en regresar, pero que con el paso del tiempo, ninguna familia vuelve (aunque también son conocedoras de las dificultades que se presentan con el paso del tiempo; y de que los sentimientos se relajan)... Nos mostraban su alegría y agradecimiento por volver al lugar donde cuidaron a nuestra hija; y donde a tantos pequeños y tan bien, han protegido durante mucho tiempo; cuando éramos nosotros quienes regresábamos por el agradecimiento eterno y manifiesto que sentimos hacia ese lugar y esas personas que hoy nos recibían con los brazos abiertos, mostrándonos tanto a Lera como a nosotros, cada uno de los lugares donde permaneció y donde crecía esperando nuestra llegada. Incluso nos mostraron su primer aula, y la cuna donde Lera pasó sus primeros momentos en la casa cuna, que ella misma recordaba sin ninguna duda. Cada instante, ha sido muy intenso; y cada persona que acudía a recibirnos, lo hacía con un recuerdo y con un mensaje particular, a la vez que muy íntimo y sincero. Muy grato es sentirnos bien recibidos; tanto, que incluso la directora nos acompañó en la visita a cada estancia...incluido el gimnasio; el lugar que con tanto cariño y deseo recuerda Lera por los juegos compartidos con nosotros; y que repasa cada día en los vídeos e imágenes captadas por nuestras cámaras. 

     Aún se me encoge el alma al oír sus palabras y su seguridad al exclamar, nada más bajar del coche: "mi parque...mi bicicleta...mis columpios...", mientras corría directa a ellos... 
     Pero si cabe, más sorprendente era su madurez y su confianza y seguridad para visitar, casi a la carrera cada recodo de la casa cuna: era plenamente consciente de que se trataba de una visita; y que la realizábamos de vacaciones, ya que volveríamos nuevamente a nuestro hogar los tres juntos...como en su día la expresamos: "para siempre".
     Especial fue también, poder observar el mural repleto de fotos de familias junto a sus pequeños, tras su encuentro y posterior vida en común... Entre ellas, las nuestras y las de muchos otros amigos junto a sus respectivos hijos, que también salieron de esta misma casa cuna, como previo paso a su hogar. 

     Muy curioso y tierno fue el encuentro en la sala de los más pequeños; puesto que tocaba hora de sentarse y hacer su correspondiente pipí en los orinales que rodeaban el baño. Maravilloso al tiempo que triste, poder observar sus rostros...aunque como he comentado en otras ocasiones, pudimos verlos esbozar una sonrisa, respondiendo a nuestras muestras de cariño: y eso significa que lo conocen y tienen al menos ese estímulo que les ayuda a seguir esperando a sus familias. También, nos invadían los recuerdos por esos pequeños que pasaron por aquí, a quienes conocemos y con quienes compartimos gratos momentos en España; y de quienes por supuesto hablamos y mostrábamos su recuerdo y agradecimiento...e incluso de forma muy personal, de algunos otros pequeños a quienes conocemos y que aquí continúan esperando a sus familias. Una terrible sensación de impotencia, pero al mismo tiempo de cercanía y de Esperanza... Cada rostro nos parecía conocido; y pudimos compartir unos momentos inigualables con algunos pequeños, cuando Lera se puso a cantar el himno ruso delante de ellos(más bien tararear), mientras ellos merendaban; a lo que al unísono respondieron con carcajadas y muestras de tremenda alegría. Esas risas y esos rostros, siguen llenando de alegría e ilusión nuestros corazones...porque fue un momento único.
     Estando allí presentes, hemos comprendido mucho mejor la situación, al visitar las mismas salas que en ocasiones anteriores frecuentábamos compartiendo juegos con nuestra hija: el número de menores era evidentemente más limitado en cada grupo, lo que representa o hace factible el hecho de que más familias rusas adoptan niños.
     Si alguien dudaba de los recuerdos de nuestros pequeños; únicamente podemos afirmar que así es: reconocía cada columpio, cada bicicleta y cada juego...al tiempo que identificaba y se sorprendía con cada nueva adquisición de la casa cuna. Como siempre, las despedidas son difíciles; pero en este caso, quedaban allí la esperanza y los mejores deseos para todos... Los recuerdos de esta visita, también nos acompañarán durante el resto de la vida; y posiblemente, no sea la última. El cariño que nos mostraron a todos y la sinceridad y naturalidad con que nos trataron, muestran el cariño que sienten por los menores que tienen a su cargo...y eso también, es una fantástica noticia.

     El camino de regreso al hotel, dió para mucho, poniéndonos al día de la situación en la región...y comentando las sensaciones y emociones de nuestra vuelta a la casa cuna. 
     Estábamos más que satisfechos ya, con el resultado de nuestro viaje...pero aún quedaban momentos muy esperados, que pondrían el colofón a una maravillosa experiencia, en este regreso a Vladivostok; cuna de nuestra querida hija Lera. 

martes, 1 de noviembre de 2016

DÍA 4 de Octubre: Un día en familia en el Aquarium de Vladivostok. Unadespedida aún pendiente.

     Fue hoy uno de esos días en que valoras a las personas por encima de todas las cosas: independientemente de lo que uno crea que tenga; o de lo que uno considere que carece. 

     Llevamos unos días, reflexionando sobre lo que realmente merece la pena en la vida y sobre lo que tenemos y no valoramos. Pero nos damos cuenta de lo afortunados que somos, recordando y observando a quienes con mucho menos, hacen su vida...pudiendo ser felices a pesar de las dificultades. Eso, en el mejor de los casos: por supuesto que los hay que "tienen" mucho más; pero en este caso, en estos, no nos centraremos. Realmente observando la realidad de quienes no tienen nada, puede uno meditar sobre las decisiones que uno toma y las prioridades que uno tiene en la vida: y sólo puede uno sacar conclusiones, cuando tiene tiempo para hacerlo...cuando no está sumergido en la vorágine del día a día y de esa terrible rutina que no nos permite ni tan siquiera pensar. Reconozco que estos días, pienso aún más en los demás; y cómo no, en quienes tienen todo tipo de carencias. Y tratando de lo que lo hace este blog, me centraré en las afectivas...entre ellas, las que van acompañadas desgraciadamente del resto de carencias, como lo es en el caso de los menores sin familia, que crecen con todo tipo de necesidades; y que aunque no son capaces quizás de sentirlo, pasan un tiempo vital e imposible de recuperar en muchos casos. Simplemente estando cerca de estos lugares que visitamos en anteriores ocasiones, vienen a la mente innumerables proyectos e iniciativas, que harían creer a la gente, que a uno se le ha ido completamente la cabeza...y eso ocurre por dos cosas: por no conocer la realidad (o tratar de negarla haciendo oídos sordos y mirando hacia otro lado), o porque realmente no somos capaces de detenernos y simplemente observar; aunque para ello, una experiencia de vida como la que ofrece la adopción, es una forma de toparse con la realidad y dejar a un lado el "egoísmo" (que considero en este caso no existe; sino que se inicia por una necesidad natural e instintiva del ser humano) propio, y pensar más en las necesidades de quienes sí las tienen. 
     Como decía, estos días se despiertan muchos pensamientos...y el instinto paterno-filial; se acrecienta (si era posible). Cada día que pasa, el hecho de no estar aquí esta vez con un proceso de adopción abierto, nos permite relajarnos y disfrutar; pero nos hace pensar aún más en ese "...y si...?". Momentos como la charla que mantuve anoche con una familia en el VLAD Inn, me hizo sentir un pellizco en el corazón; como en pocas ocasiones, pero muy importantes, lo ha hecho: es algo que nunca se ha descartado y siempre merodea nuestra mente; pero que las circunstancias nos permiten creer en casi un imposible. Pero también es cierto que en muchas ocasiones, comentamos que los imposibles no existen...y que nunca hay que rendirse; que nunca hay que dejar de soñar. Y un ejemplo de ello, fue el narrado por esta familia, al confesar que iniciaron su segundo proceso de adopción, para darle un herman@ a su primera hija (también adoptada en Rusia); dejando a un lado los bienes materiales y centrándose en lo que realmente llenaba su alma y su corazón: deshaciéndose de algunas "posesiones" (simplemente materiales, que siempre pueden recuperarse, si uno vuelve a pensar en ellas...) para hacer frente a los innumerables gastos que conlleva y poder darle un hermanito, que tanto necesitaba, a su hija. Esta es sin duda, una nueva lección aprendida; en un momento en que quizás menos la esperaba...pero cuando un hecho ocurre, siempre es por algo: de igual modo que cuando alguien se cruza en el camino, existe algún motivo para que así sea. Ahí queda; y el tiempo mostrará el significado de este encuentro y esta casual conversación: quizás no lleve a ningún lado; pero tal vez, tuviera un propósito y algún día lo conozcamos. Eso sí, ganas no faltan; pero muchas veces se trata de un "ahora o nunca", por otras circunstancias.
     Por otro lado, como comentaba, la jornada de hoy la marcaban las personas: y entre todas las posibles, muy pocas lograrían exaltar tantos sentimientos juntos como las que hoy compartían nuestro quehacer. Visitábamos el Aquarium de Vladivostok, que lejos de ser una mera exhibición o muestra de seres marinos, va mucho más allá mostrando detalles que muchas veces pasamos por alto al centrarnos únicamente en lo que más llama nuestra atención: pero lo hacíamos, cumpliendo otro de los cometidos o deseos que habíamos marcado en nuestra hoja de ruta... Conociendo al completo a la familia que tanto nos ha ofrecido y enseñado durante estos algo más de tres años desde que viajamos por primera vez a este lugar: porque a pesar de la distancia, nunca, en ningún momento, han abandonado nuestra mente ni nuestro corazón. Desgraciadamente, Iván nos dejó al poco de volver a casa junto a Lera...pero su familia, permanece constantemente en nuestras oraciones y pensamientos. Nunca tuvimos ocasión de despedirnos de él; y consideramos que tenemos una gran deuda pendiente... Siempre quisimos conocer a sus hijos; pero nunca pensamos que tendría que ser en su ausencia: y aunque así haya sido, lo tuvimos tan presente, que parecía real... Además de por el tremendo parecido que ambos han desarrollado y nos evoca increíbles sensaciones; por esos sentimientos que florecen en nuestro ser al tratar de asimilar y certificar que en esta ocasión, no pudo acompañarnos. En ocasiones, era complicado sostener el suspiro e incluso la emoción (o el llanto)...tratando de ser fuertes y seguir su ejemplo: pero pocas personas marcaron tanto y dejaron un vacío tan grande en nuestros corazones (y por mucho que me esfuerce en explicarlo, muchos tal vez no lo crean o no lo comprendan). Confieso que me daba apuro mostrarles todo mi afecto, porque a buen seguro que tampoco aún ellos podrían comprenderlo; o cómo podrían imaginar que en tan poco tiempo puede desarrollarse un sentimiento tal. Pero habrá nuevas ocasiones y algún día comprenderán; (porque entre otras cosas, nosotros mismos se lo diremos) que su padre era un  verdadero ángel...aunque a buen seguro que también les inculcó unos valores y un ejemplo que les marcará el camino. También su adorada esposa, nuestra querida Lyuba; les contará (además de haberlo sentido ellos mismos) que nuestros sentimientos son y siempre serán sinceros para con su familia...y que siempre les mostramos abiertamente nuestro cariño y agradecimiento; llegando a entablar una relación que hoy mismo nos permitió (a pesar de todo), disfrutar de una jornada irrepetible e inolvidable. Al ir avanzando el día, la confianza era total y en cada abrazo y cada mirada, podíamos apreciar algo muy especial...esa emoción que también nos permitía compartir su recuerdo y estrecharlo nuevamente en nuestros brazos. 

     Como le comentaba a Lyuba camino del hotel, mientras todos los pequeños dormían: "la visita al Aquarium es genial; pero el mayor regalo que podían darnos, era compartir esta jornada con nosotros"... 
     Qué ejemplo de fortaleza: qué coraje hace falta en ocasiones para aceptar lo que la vida nos impone, poniendo buena cara por el bienestar de la familia.

     Aún quedas tú, querido amigo...y aunque seguro que hoy de algún modo sentiste el alivio y la emoción de volver a unirnos; esperamos poderte visitar muy pronto. 
     Seguimos preguntándonos "por qué?"... Y a pesar de dedicar tu vida a buscar familias para otros niños; pocos pudieron agradecértelo. Y hay por y para quienes sin duda, tu marcha fue aún más injusta y dolorosa que para nosotros.