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lunes, 12 de enero de 2015

MAÑANA, ES EL GRAN DÍA...EL DE EMPRENDER EL CAMINO A CASA DE LA MANO DE NUESTRA HIJA Y COMENZAR UNA NUEVA VIDA JUNTOS.

     Estos últimos días, estamos haciendo vida social en Vladivostok: sí, en el otro lado del mundo, seguimos haciendo amigos, que nos permitirán conseguir que quede aún más marcado para siempre y poder mantenernos y sentirnos muy cerca de este lugar tan querido por nosotros...seguimos pues, estrechando los lazos. Ayer también, nos permitieron sentirnos en casa: nos invitaron a degustar una variedad de platos típicos que ellas mismas prepararon con mucho cariño, como la sopa Borscht, el pescado rebozado, a modo de boquerones, que había sido pescado la noche antes en la Bahía congelada, degustamos caviar de la región de Kamchatka, una bebida también habitual, el Kvas, e incluso los bombones típicos y esponjosos (debido al agar-agar que llevan en su composición) o el chocolate con sal que fabrican aquí mismo en la ciudad. Nosotros, colaboramos con un poco de jamón ibérico y turrones que habíamos guardado (sin probarlo en toda la Navidad, eh?) para poder regalar a quienes más deseáramos: lo cierto es que fue una pena no haber podido traer más en las maletas, porque no quedaba un sólo hueco en ellas...y nos habría gustado poderles ofrecer más. 
     Como tantas veces he comentado, éste entorno, nos cambió la vida y nos ofreció lo que ningún otro lugar había podido ofrecernos antes. Es muy agradable estrechar lazos con cualquier persona y lugar conocido, pero éste, en el Lejano Oriente ruso, lo hará de una forma especial: para siempre quedarán marcados muchos nombres, de personas y lugares, como la tan nombrada Vladivostok, con sus monumentos y recuerdos; o la cercana región de Artem, donde se encuentra la casa cuna en el barrio de Savodskoy, que hasta mañana, seguirá cobijando a quien ya es nuestra hija. Este lugar, que visitamos a diario, carece de monumentos de interés o de lugares turísticos, pero cada centímetro de ese recorrido, es un cúmulo de sentimientos, pensamientos y sueños que se van haciendo realidad... Observar a través de la ventana lo que aparentemente no varía de un día a otro; siempre nos ofrece un paisaje distinto por hacerlo con estos ojos deseosos de sentir nuestra, la tierra que vio nacer y cuidó de Lera hasta poderlo hacer nosotros mismos. Y por ello, estas barriadas humildes, serán siempre recordadas desde el agradecimiento, como las que albergan grandes tesoros por descubrir y hermosos futuros que pulir...junto a esas familias que los desean y los están esperando en algún lugar. Quizás puedan extrañar, las múltiples grabaciones e imágenes realizadas en este trayecto, pero no serán nunca para mostrar necesidades, sino para revivir los maravillosos momentos que rodearon cada segundo de ésta enriquecedora experiencia de vida. 

     Hoy, es el último día que nuestra hija, tendrá que observar el mundo que la rodea, a través de una ventana... Porque a partir de mañana, podrá comenzar a sentirlo.

     Mañana, es ya ese día tan deseado y esperado...el de recoger a LERA para siempre y emprender de la mano juntos, el camino a su hogar; y el comienzo de una nueva vida en familia con todo el Amor que cualquier menor requiere. Previamente, tendremos que resolver el papeleo propio, y tramitar su pasaporte ruso, ya que mantendrá la doble nacionalidad hasta que llegue a la mayoría de edad, donde decidirá cual de ellas mantiene. Es el único caso en que un ciudadano ruso puede tener doble nacionalidad, pero únicamente hasta que alcanza esa supuesta madurez de los dieciocho años, en que debe elegir una de ellas...a pesar de posiblemente sentir profundamente las dos. 
     Mañana pues, será el día en que nos despidamos de esos paisajes y sólo tengamos tiempo para observar y atender a nuestra hija. Será el día en que dejemos atrás Savodskoy y a todos esos pequeños, algunos seguramente muy recordados, que seguirán esperando a sus familias...y que deseamos con toda el alma, lleguen cuanto antes. También será la última ocasión de poder captar recuerdos y detalles que nos permitan ir tejiendo una historia personal lo más real y cercana de nuestra pequeña; y de observar y agradecer a quienes han cuidado de nuestra hija durante todo el tiempo que ha estado allí, y que es el equivalente a la práctica totalidad de su aún corta existencia. Quedarán allí, muchos recuerdos...y como en tantas otras ocasiones anteriores, quedará marcada entre esas paredes, una maravillosa historia de Amor, Esperanza y Encuentro...que ésta vez sí, el Destino quiso ver concretada. 
     Serán momentos inolvidables, lo sabemos; y aún así, habrá un recuerdo especial para esas familias que luchan por encontrarse para siempre con sus hijos... Y ante todo, porque no deja de rondar mi cabeza estos días; llegarán las lágrimas por el recuerdo de ese abuelo que nos dejó con el corazón destrozado a su marcha, y que no podrá conocer a su nieta: mucho te he añorado, papá; pero ha sido muy difícil poder derramar lágrimas...y ahora, muchas de ellas serán por tí, no lo dudes. Estoy convencido de que si aún no has podido conocerla por algún agujero desde el cielo; habrá algún nuevo ángel que os visite y que haya oído hablar de ella, leído o quizás incluso la haya podido conocer en algún momento...Y te podrá transmitir nuestra Felicidad. Existe un cielo lleno de estrellas, entre las que estoy convencido que mañana, será la tuya la que más luzca...y me guiaré siempre por ella. Te quiero, papa...y confío que de algún modo, puedas disfrutarlo.