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martes, 14 de febrero de 2017

Los "otros" miembros de la familia...

     Innumerables noticias y hechos... y no pocos, importantes. 

Además de hacer frente a los distintos problemas o acontecimientos que surgen cotidianamente en el aspecto laboral o escolar, con respecto a Lera; no son pocos los relativos a la salud...con la importancia que siempre estos tienen. Por ello, ya sabéis lo complicado que se hace poder encontrar tiempo para compartir hechos y situaciones que pueden rodear la post adopción (de hecho, creo que todos lo comprendéis). Son muchos los momentos ya pasados, que se acumulan en el tintero para cuando llegue ese instante tan necesario de relax... Pero ya encontraremos un hueco!

     Estas últimas semanas, también nuestros perritos, han atravesado malos momentos: de hecho, uno de ellos, Makelele, debido a su edad, ha comenzado a dar signos de agotamiento y de una avanzada y fulminante enfermedad. 


     Como muchos pensaréis también, son uno más de la familia...y su compañía y cariño incondicional, los hace tremendamente queridos. Este perro, ha sido siempre muy especial también, porque nos acompaña desde hace ya casi 14 años, pasando todos y cada uno de los días a nuestro lado desde entonces; y compartiendo también cada temor, cada alegría...pero también en muchas ocasiones, siendo miembro activo de nuestras confesiones más íntimas: como testigo de nuestro dolor y tristeza en todo momento, o incluso de nuestro camino para ampliar esa familia de la que él siempre ha formado parte; pero también, de esa gran felicidad que nos ha acompañado desde la tan esperada y deseada llegada de Lera a casa. Su presencia y compañía, han sido (y lo será hasta el último día) muy importantes...y desde aquel primer día, ha sido también el amigo canino de Lera, ya que nuestra perrita, es más celosa y un poco menos cariñosa (aunque respetuosa) con ella...y aunque parece un sentimiento mutuo, hoy, día de San Valentín, Lera salía de casa camino al cole, expresando a ambos un cálido y simpático "os quiero".


     

jueves, 22 de enero de 2015

El Recibimiento:...por fin, en casa!

     El último relato de nuestra aventura, lo escribía mientras volábamos de camino a casa: el viaje desde Moscú a Madrid, me daba la oportunidad de escribir (aunque hubiera que esperar a la madrugada para poder publicarlo), instantes antes de poder abrazar a nuestra familia y muchos de nuestros amigos más cercanos... Era la emoción quien no nos permitía echar una cabezada, a pesar de que el cansancio hacía mella. Viajaba con nosotros esa persona tan entrañable que conocimos apenas 5 días antes en Vladivostok: la única española residente allí...por tanto, un ángel abandonaba también esa tierra para poder respirar el aire de su tierra; pero para volver de inmediato y seguir ofreciendo su esfuerzo y generosidad en pro de los menores más necesitados de ayuda. Nos despedimos de ella (temporalmente), justo cuando se percató de que nuestro recibimiento estaba próximo; cuando nos aproximábamos al umbral de la puerta de salida de la terminal...
     Ese instante, fue mágico: esperábamos un Recibimiento emotivo, y a buen seguro que lo fue... Allí estaban muchos familiares y muchos de nuestros amigos más íntimos: incluso estaban los hijos de estos... Pero sentíamos tanto cariño, de quienes allí nos lo mostraban, como de quienes debido a la distancia, no pudieron estar. Nos sentíamos muy especiales, tras esa "soledad" de no poder compartir (sí lo hicimos con nuestros amigos de VLAD, pero podéis comprender la necesidad de hacerlo con quienes más han sufrido a nuestro lado y mejor conocen todo el camino hasta llegar aquí) nuestra Felicidad durante tantos días de estancia en el Lejano Oriente. Por mucho que lo imaginásemos, fue un momento Mágico; de volver a Creer que lo que estábamos sintiendo, era al fin Real. Poder ver a nuestra hija rodeada de tanta gente que la amaba sin haberla podido aún conocer...(a pesar de hacerlo a través de nuestros ojos y palabras) y poder sobre todo Abrazarlos uno a uno, con lágrimas de alegría en los ojos, sintiendo cada uno de ellos con un mensaje de cariño especial... Fue sencillamente, Maravilloso. Dudábamos de la reacción de LERA, pues el trayecto y los últimos dos días, la habían desgastado y agotado hasta la extenuación... Pero su reacción, fue la que menos debía sorprendernos: la de esa niña deseosa de cariño, que normalmente recibe cada mirada, devolviendo una sonrisa. 

Queríamos que fuera ella la protagonista; porque lo era 100%...pero ella se encargó de dar la emoción: quiso ir empujando el carro de las maletas, como veía hacer a papá; con lo cual, todos la buscaban con impaciencia. Cuando apareció allí, delante de tantos ojos llorosos por la emoción, les regaló esas miradas de angelito que todos los niños llevan dentro y se reservan para las mejores ocasiones. Verla así de feliz y tranquila entre abrazos y besos, nos permitió relajarnos y disfrutar de todos y cada uno de los presentes... Era realmente emotivo y muy de agradecer, poderlos ver uno a uno y saludar a quienes nos acompañaban en esos momentos: habían hecho un esfuerzo para poder estar allí, a una hora un tanto complicada, cercana ya a la medianoche. Por cierto, algo muy gracioso (y también de agradecer) tras haberlo echado tanto de menos durante la Navidad: nos tenían preparado un Roscón de Reyes! Pero también un bizcocho recién horneado que hizo las delicias de nuestra hija, siendo lo primero que comió a su llegada a España, en el mismo aeropuerto! (Y que comió casi ella sola, durante el fin de semana). Hubo también muchos regalos cuyo valor más importante es sin duda el sentimental: el de recordar a todos quienes tuvimos el placer de abrazar...y algunos más a quienes muy pronto confiamos en poderlo hacer. Llegaba el momento de abandonar el aeropuerto, y el carrito de paseo de unos amigos, hizo las delicias de nuestra hija... Íbamos cargados de maletas, pancartas, regalos...pero también de recuerdos, enseñanzas y una larga historia llena de Amistad y cariño compartido, que no es más que el inicio de lo que está por llegar. 
     Estábamos tan a gusto, que se dilató bastante tiempo y llegábamos a casa aproximadamente a las 2 de la madrugada... Muy tarde, pero lo más sorprendente, la emoción con que vivía cada instante nuestra pequeña: era algo lógico, porque era la primera vez que íbamos solos en el coche y ya podía presumir que algo bueno esperaba en el destino...y así era: llegaba a su hogar! Y la mayor sorpresa, las mascotas: esos perritos que tanto tiempo llevaban esperando poder ofrecer su cariño a quien ocupase ese lugar especial en nuestro corazón...y a buen seguro que también en el suyo. 

     Lo cierto es, que no extrañó nada...y la mejor sorpresa, fue poder ver su enorme atracción hacia estos animales tan cariñosos, a quienes nunca había tenido ocasión de acercarse: un enorme amor por sus "sabáka", que nos harán las cosas más fáciles, por lo favorable que es para los pequeños la relación con los animales. Qué decir, que su reacción al ir conociendo la que era ya su casa, era de alegría desmedida, lo cuál seguía aumentando su nivel de excitación... Ya preveíamos que le impediría conciliar el sueño, así es que, decidimos probar bocado...y qué mejor que hacerlo a las 4 de la mañana con un café recién hecho y un buen pedazo de roscón? Pues bien, eso fue el preludio de ver a LERA caer rendida y conseguir calmar ese cansancio acumulado durante las últimas jornadas...mientras terminábamos de deshacer maletas y nos dirigíamos a esa cama que parecía observarnos para tratar de darnos acomodo. Era el descanso del guerrero; el que tanto anhelábamos junto a nuestra hija, habiendo vivido un fabuloso sueño, y sintiéndolo hasta poderlo ver hecho realidad...Y por fin, todo había ido bien; y en apariencia, esas primeras horas, parecían más fáciles de lo esperado, pero...llegaba la verdadera adopción: ya, nuestra vida no nos pertenece, sino que le pertenece a LERA...