Acaba ya otra semana (porque en adopción, el fin de semana es tiempo perdido), y concluye como se inició: bueno, nuestros corazones mucho más agotados y tristes que a su comienzo. Van ya más de tres semanas, esperando el fruto de las negociaciones que deberían dar (además de con la firma del tan necesario convenio bilateral) con la reanudación (tan necesaria) de nuestros juicios de adopción... Ya, somos almas errantes, en busca de una desesperada y urgente solución a ésta situación...
La naturaleza es sabia: desde el primer instante, sabía que nuestros corazones, serían capaces de recorrer el mundo, para encontrarnos con quien debía ser nuestro hijo...que seríamos capaces de cualquier cosa, de luchar por él, para poder darle todo nuestro amor.
La vida, en muchos casos, nos hace ver que lo que al principio parecía un hecho negativo, se puede convertir en el mejor de los regalos...ya que nos permite descubrir el mejor de los tesoros, donde quizás por desconocimiento, no habíamos sido capaces de buscarlo: que como es nuestro caso, no por no haber sido padres biológicos, debemos nunca renunciar a poder obtener de la vida, ese hijo que puede ser lo que más ansiamos y deseamos... De ahí que, ahora que lo habíamos conocido y encontrado, nos sea tan insoportable tener que vivir lejos de él. Después de conocer la felicidad, es inhumano tener que seguir viviendo sin sentirla por un problema únicamente burocrático. Cuál es la causa de que a cientos de corazones (miles contando los familiares más directos), les cueste mantener la respiración constantemente?
En cualquier momento, podemos recibir una
Bendición: como en nuestro caso, fue la de conocer a quien ha de
alegrar y dar motivo a nuestras vidas.
Pienso, que la vida y la naturaleza, nos eligen: nos pone a prueba para conocer nuestros límites y poder cumplir los sueños...nos encaminan, como en éste caso a la adopción, porque nos ve capaces de dar todo nuestro esfuerzo y aliento para conseguirlo. Y en momentos como éste, quiso que fuéramos todos nosotros quienes nos enfrentásemos a ésta situación de la paralización de las adopciones en la Federación Rusa, para ponernos a prueba: para demostrar, que el ser humano, es capaz de luchar contra la adversidad y contra lo que ataca nuestros sentimientos. Ésta situación, nos ha mostrado que la vida, te hace regalos aún en los momentos más duros; como ha sido, el poder conocer a tanta gente maravillosa, que ha remado y lo sigue haciendo, en la misma dirección y por una misma necesidad, arrastrando por el camino a todos los que se encontraban en nuestro paso...defender una causa con el corazón, saca lo mejor de las personas, y ayuda a defender las necesidades aún con más convicción: y eso, ayudó a las autoridades a poder ser conscientes en todo momento de la situación, ya que no se trata únicamente de ese problema burocrático, sino de una necesidad humanitaria y social: de más de 500 dramas familiares...
Muchos de nosotros, somos elegidos por la naturaleza para demostrar nuestra capacidad de ser padres...porque debemos tratar de compensar la balanza de la sociedad y buscar por todo el mundo, a quienes están destinados a ser nuestros hijos. Es un camino largo y duro: un viaje lleno de espinas y obstáculos, que se deben sortear sin perder la fe, la esperanza y la ilusión, porque son los motores de nuestro deseo...y muy necesarios para encontrarnos con los ángeles que nos aguardan.
Cada niño en desamparo, es una oportunidad de mostrar el amor incondicional que puede surgir de nuestros corazones...y es una muestra de que el Amor, todo lo puede y no tiene barreras: por eso la adopción, es tan importante y necesaria.
La tristeza, llega al saber que desgraciadamente, no todos esos niños, conseguirán encontrar una familia...y que por el momento, nuestros hijos, tampoco están a nuestro lado.
En nuestro caso, nuestros corazones, bombean sangre a 14.000 kms. de distancia; porque nos mantiene conectados a nuestro hijo. En los procesos de adopción, nuestros corazones laten por y para esos niños; y hace que sean fuertes, para poder resistir el continuo desgaste al que son sometidos...
No hay cosa más hermosa en la vida, y que más puede unir a las personas, que luchar por el amor y el bienestar de un hijo: todos nosotros, aún sin tenerlos a nuestro lado, sin ser legalmente sus padres, ya lo hacemos...y lo aprendimos a hacer, al ver amenazados ese amor y ese bienestar.
Probablemente, estemos perdiéndonos cada día que pasa, muchos de los mejores momentos de nuestros hijos...pero lo más importante, y por lo que es tan necesaria una solución urgente, es porque
son ellos, quienes deben vivir y disfrutar esos momentos: son ellos, quienes
no tendrán la ocasión de volver a ser niños y sentirlo...
Tendremos juntos, una vida por delante; pero cada día que a un niño se le
priva de su familia, se le están
cortando ilusiones y parte de su correcto
desarrollo...
se le cortan las alas de la felicidad, y cada día que pasa, le será más difícil echar a volar.
Para
un niño, cada día es una esperanza y una oportunidad, pero
debe sentirse libre para poder explorar y descubrir el mundo que lo rodea...