Confiamos y deseamos, en una nueva resolución del Tribunal Supremo, instado por los distintos ministerios de la Federación Rusa; y debido a la más que segura ya, firma del Convenio Bilateral de adopciones entre ambos países... Porque, quién nos asegura que lo que aquí consideramos "autonomías", tengan algún tipo de validez para seguir emitiendo certificados que en ocasiones anteriores no han servido para disuadir a los jueces? Esperamos que los diplomáticos, sepan transmitir esas buenas relaciones existentes entre ambos países, para llegar a un entendimiento que se antoja más que necesario para cientos de familias atrapadas por la burocracia, y con sus hijos a miles de kilómetros.
Sólo deseo, que no haya que perder más tiempo en tenerlos con nosotros, ya que cada día que pasa, es un día que se pierde y nunca se podrá recuperar, para esos niños que necesitan serlo y esas familias que sufren por ellos... no puedo expresar con palabras, lo que ahora mismo siento, y lo muestro en la intimidad de nuestra casa, en forma de lágrimas.
Como tantas otras veces he dicho, nunca podremos olvidar el sufrimiento y la desesperación de éstos días, en que a pesar de tener apariencia de normalidad, nada es como debería... No lo es el descanso, ni el estado de ánimo, ni tan siquiera el desempeño de nuestra actividad que muchas veces olvidamos: no lo puede ser porque vivimos la ansiedad y el agobio de sentir que nos falta el aire... Es como una pesadilla que se repite día tras día y noche tras noche: algo que difícilmente olvidaremos con el tiempo, pero algo que tampoco nos permite observar la cama ó cuna donde debería estar ya reposando nuestro hijo...donde poderle contar "nuestro" cuento y otros que inventemos...y donde poderle hacer sentir nuestro calor.
Sigo confiando en que nuestros "ángeles", que negociaron en nuestro nombre hace una semana, mostraran con todo el sentimiento que les reflejamos, la situación de todas las familias, que lo único que pedimos y necesitamos, es poder dar nuestro amor a quien más lo puede necesitar...a esos niños que nos esperan a miles de kilómetros y a quienes queremos prometer un futuro lleno de cariño y felicidad.