Mostrando entradas con la etiqueta renunciar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta renunciar. Mostrar todas las entradas

domingo, 27 de diciembre de 2015

Las cosas que en realidad importan...

     La vida, nos debe llevar a una reflexión, que es sin más ni menos, que hacer un Esfuerzo, puesto que las obligaciones o compromisos, la mayor parte de ocasiones nos impide realizar lo que quizás realmente nos apetece o complace. 
     Estos días, observaba un vídeo que resume esta situación de forma explícita: un vídeo comercial que se convirtió en viral en las redes sociales. En él, una persona mayor, finge su muerte para reunir a su familia, puesto que los distintos compromisos y obligaciones, les "impedía" hacerlo de forma natural... Dejo el enlace a este vídeo a continuación: está subtitulado en castellano.

     En nuestro caso, mi trabajo habitualmente me impide compartir muchos festivos e incluso, los días de descanso de la mayoría de personas. Es realmente complicado acostumbrarse a ello: quizás nunca se consiga...y provoca continuamente una sensación de desasosiego, que trato de vislumbrar como una oportunidad futura y constante de cambio; para poder lograr disfrutar día a día de la familia (por otro lado, siempre la más perjudicada por esta situación). Por eso mismo, recuerdo hoy con total claridad las Navidades pasadas: un conjunto de festivos y motivos de alegría, para disfrutar en familia y sentir intensamente; pero que hasta ese momento, a nosotros nos creaba una sensación de tristeza o al menos, de imposibilidad de "saborear". Como bien saben quienes conocen nuestra historia, fueron unas Navidades en el Lejano Oriente, lejos del lugar de trabajo del que Nunca, pensaba podría estar alejado en la época de más trabajo y acontecimientos sociales y familiares del año: en esta ocasión, existía un Motivo, y no había nada más importante ni cualquier otra circunstancia o lugar, que estar en ese lugar en ese preciso instante. Posiblemente habríamos renunciado a cualquier otra cosa, y de hecho fue lo que hicimos, para poder hacerlo. En aquel momento, cualquier consecuencia, no adquiría la importancia suficiente para impedirlo...porque ese juicio de adopción de nuestra hija, casualmente en un día tan señalado como la Nochebuena; era simplemente lo más importante en nuestra vida. Así lo era y es lo que permitió ese auténtico "Milagro", que era verme lejos de mi siempre tan respetado trabajo, durante ese mes tan complicado en mi restaurante. Nunca imaginamos (al menos sin grandes cambios en nuestra vida) que llegase ese día con tantas jornadas alejados de casa, compartiendo además cada instante y disfrutando de cada encuentro con nuestra hija...así como conociendo y descubriendo todo lo posible acerca del lugar donde vino al mundo. Fueron sin duda, las mejores fiestas navideñas que podíamos esperar; a pesar de la distancia y la melancolía que nos causaba la ausencia del resto de nuestros seres queridos, o de alguien más con quien compartirlo... Fueron diferentes, jamás imaginadas: pero era realmente una "elección de vida", en que nos vimos obligados a hacer lo que nunca antes pensamos que podríamos hacer... Nos demostró que nadie es imprescindible, siempre y cuando se deje todo bajo un control lógico: pero teníamos la conciencia más tranquila que nunca, porque sabíamos que era lo que teníamos y queríamos hacer. 
     En otras ocasiones anteriores, por motivos mucho más tristes y luctuosas, nos vimos en la necesidad de cesar la actividad durante el fin de semana; así es que supimos claramente que no existía impedimento para ver pasar un tren que quizás se pudiera presentar únicamente una ocasión...
     Qué diferentes fueron las pasadas...pero aún más, lo serán las presentes: y todo, gracias a la presencia de Lera, que las hará (y ya las está haciendo) mucho más especiales.

domingo, 2 de noviembre de 2014

Recordando a quienes sueñan conocer a sus hijos a pesar del tiempo y todos los obstáculos que lo impiden.

     Para iniciar éste nuevo mes de Noviembre; que como bien sabéis, en Adopción comienza con la llegada del primer día laborable... quiero recordar (porque nunca dejamos de hacerlo), a todas esas familias que tanto tiempo llevan (algunas, incomprensiblemente incluso varios años...) esperando una llamada que les permita creer y soñar con quienes les esperan para "si todo va bien", convertirse en sus hijos... Una simple llamada y unas escasas fotografías, acompañadas de un escueto informe médico, es lo que ansiamos todas las familias al abordar un proceso de adopción de menores: algo que en la mayor parte de las ocasiones, tarda demasiado tiempo, sobre todo teniendo en cuenta, la cantidad de niños que existen en el mundo carentes de una familia y sin la oportunidad de tan siquiera, poder imaginar un futuro esperanzador. A pesar de asumir la dificultad de una adopción...renunciando a mucho más de lo que a veces podamos imaginar, es un camino que merece la pena afrontar, porque es una historia de amor y superación para conseguir el más maravilloso de los objetivos, que no es otro que poder compartir y ofrecer ese Amor (con todo lo que conlleva) a quien más lo necesita. Cada historia es distinta; y nunca sabemos cuál fue o será más fácil o más complicada; pero siempre deseamos llegar a ese final feliz de Encuentro...de poder afrontar una vida junto a esos pequeños; y dispuestos a cualquier cosa por lograr ser felices juntos. El primer objetivo junto a ellos, es amarlos incondicionalmente desde el primer momento, tratar de abordar sus carencias y conseguir su Confianza, para que ellos puedan adquirir Seguridad; la suya propia y la que los unirá a sus papás para siempre....pero antes de eso, todos quienes afrontamos una adopción, aprendemos a conocernos a nosotros mismos; porque es un proceso en que se nos pone a prueba constantemente: seguridad, confianza, resistencia, esfuerzo, ánimo... Una y otra vez, se nos exige demostrar que somos capaces de recuperarnos tras esos momentos en que todo parece oscuro y tremendamente complicado: y muchas veces incluso, llegamos a creer que no existen imposibles. Hay para quienes, (los menos...) todo puede parecer tremendamente sencillo, pero por desgracia, son casos aislados; ya que normalmente, debes haberte preparado para asumir que algo se puede complicar en algún momento. Me pareció asombroso leer esta semana en prensa, que hay actualmente más de 33.000 familias españolas con la idoneidad para poder adoptar un menor fuera de nuestras fronteras... Con semejante cantidad de familias que se ofrecen, me parecía casi imposible asumir las pocas opciones de países donde es posible adoptar, para cualquier familia española en la actualidad; y de ellas, aún menos los países donde existe una mínima garantía de éxito para emprender un camino que tanto exige y requiere (sobre todo en el aspecto sentimental, aunque en la mayor parte de ocasiones, no deja de ser importante la inversión a realizar). Por supuesto, la crisis económica es algo que podría causar el descenso del número de menores que encuentran su familia en un hogar español (alrededor de un 60% menos en los últimos años, según los últimos datos conocidos); pero aún así, el mayor inconveniente que se encuentra, son las innumerables exigencias y trabas burocráticas, unido a la escasez de opciones donde poder iniciar un proceso de adopción.
     A pesar de la dificultad, lo que no hace falta comentar, es lo que dicen todos quienes consiguen finalmente concluir con éxito un proceso de adopción...: que "todo merece la pena". Y eso, es lo que debemos pensar en todo caso... Siempre hay en algún lugar, un pequeño o una pequeña esperando una familia; y lo que hay que conseguir, es que se puedan encontrar... Desde aquí, deseamos que este mes de noviembre que comienza, traiga la alegría y la ilusión a todos esos niños que esperan y a esas familias que tanto los desean...y que muy pronto se puedan reunir para siempre y compartir ese futuro lleno de Esperanza y Felicidad que tanto anhelan.
     Hay que seguir soñando para algún día, verlo hecho realidad...siempre existe en algún lugar, un menor que necesita a esa familia que tanto lo desea. Ánimo y adelante...

martes, 27 de mayo de 2014

Todos somos vulnerables: las dudas y el temor, pueden atacarnos en el momento más insospechado.

     Ayer, pasamos el día de más dudas desde que iniciamos el proceso...los miedos, los recuerdos y el dolor acumulado, dieron como resultado, un día terriblemente duro e infeliz... y no menos extraño.
     Fueron momentos en los que como siempre, comencé a escribir para plasmar la realidad sin maquillar; los momentos que generan sensaciones difíciles de expresar...esos instantes en que pareces dejarte llevar y se rebosan los sentimientos negativos, que piensas que nunca serán capaces de superarte: instantes que no puedo calcular en el aspecto temporal, aunque escasos; pero en los que pasa por la cabeza todo lo triste y doloroso acaecido a lo largo de los años...a lo largo de toda una vida. No se si será parecida la sensación que se tiene como muchas veces oímos, cuando el cuerpo te abandona camino del paraíso; pero puedo asegurar, que sientes que no perteneces a ese cuerpo ya que la mente parece actuar de forma autónoma. Todo pasa en cuestión de segundos por la cabeza, sin dar tiempo tan siquiera a pensar: la mente trabaja sola como una máquina de diapositivas que funciona a una velocidad infernal...y te dejas llevar. Una sensación, que me provocó tanto pánico (aunque de inmediato, como podréis comprobar, el subconsciente y el corazón, comenzaron a poner orden): el propio mecanismo de defensa que pulimos con nuestra forma de ser, actuó para librarme de esos pensamientos que me comían las entrañas y atacaban la conciencia.
     Con ésto, quiero mostrar, que a pesar de todo, cualquiera en cualquier momento, puede verse asaltado por las dudas más crudas a lo largo de un proceso de adopción...y nada tienen que ver con ese deseo y ese objetivo final de ver aumentada la familia, sino con la adversidad que tantas veces choca en contra de la buena marcha y los intereses de dicho proceso.
     Me daba miedo, pánico tan siquiera mostrar lo que la cabeza tramaba durante esos instantes...y no me ví con fuerzas para publicarlo ayer (para no generar aún más temor a quienes puedan ver semejanza por la situación o por un momento concreto de sus procesos); porque pensaba, como así ha sido, que dejando pasar el tiempo, todo volvería a recuperar la normalidad y esa "crisis" pasaría en cuanto hubiera un momento de calma. Únicamente, con estas palabras, trataré de hacer reflexionar (por si en algún momento puede ser de ayuda para alguien), que TODOS podemos sentir en un momento dado, las dudas (que luego duelen al recordar) generadas por el dolor y tristeza acumulados; por la incertidumbre o las pérdidas, o por cualquier otro motivo. Uno se da cuenta entonces, que el único camino, como tantas veces he dicho; es seguir adelante...tratando de ver luz, aún en días totalmente oscuros.
     Todos estamos expuestos; pero aunque duela el alma, hay que seguir dando pequeños pasos...y si alguno va hacia atrás, debe ser para coger impulso hacia adelante...porque no hay nada peor, que abandonar los sueños; ya que no hay nada de lo que más podamos arrepentirnos, que renunciar a lo que más quisimos siempre en la vida: hoy, más que nunca, estoy convencido de que hay que luchar por ellos... Al final del camino, nos espera siempre la mejor recompensa, el tesoro que siempre soñamos; y no hay nada mejor y más noble, que luchar por nuestros hijos, en un camino en que todos veremos el futuro con más optimismo y oportunidades para ser felices.
     El día de ayer, me demostró, que hasta la mente más fuerte y más convencida, puede verse vulnerable ante las circunstancias; pero siempre habrá ese motivo que nos permita avanzar y hacer realidad nuestros sueños y deseos...
     Ha sido mucho lo que nos ha generado sentir esas dudas; pero me sentía tan vacío e incluso "sucio" de pensamiento por esas dudas, que encontramos el mejor apoyo precisamente, pensando en aquellos niños que vimos (y todos aquellos que desde entonces imaginamos), y que tanto necesitan una familia...mucho más de lo que podamos imaginar; porque sus historias, sí son realmente tristes y dolorosas.
     Por cada aspecto positivo que generamos, hay otro negativo contra el cuál luchar; y hay que tenerlo siempre presente, para poderlo combatir cuando aparece. La vida está llena de ejemplos: la bondad existe porque existe la maldad; la generosidad se refleja, al observar la codicia o la avaricia, al igual que la tristeza aparece ante la falta de alegría... Por eso mismo, cuando uno cae o siente flaquear, hay que levantarse y seguir luchando.
     Es duro despertar cada día y esperar algo que no llega...quizás más aún cuando ya has conocido lo que aguarda al final del camino y se te ha escurrido entre los dedos...pero la Impaciencia, nos lleva por el camino de la urgencia; y a veces, aunque nos cueste creerlo, la Necesidad va vinculada a la Paciencia. En nuestro caso, tras la mala pasada de ayer, observamos que el tiempo, será el mejor maestro y nos presentará el momento idóneo para seguir adelante; porque si abandonas un sueño, nunca lo verás hecho realidad.


     Ésto, es lo que rondaba ayer una cabeza llena de dudas y temores: 26-05-2014

     Hoy es un mal día...llevamos unos días dando vueltas a estos 4 meses y nos sentimos peor de lo que nos hemos sentido nunca...ha sido mucho el esfuerzo; pero aún mucho mas el dolor y la tristeza soportados...y parece que aún no vemos luz, a pesar de buscarla con tanto ahínco y esperanza. Ha sido mucha la desilusión por Creer tanto en ello; y terrible el sufrimiento de ver como los días pasan, despertando día tras día y pensando que ese será el que marque otro cambio en nuestras vidas...pero ese día no llega a pesar de todo: y lo hace más inhumano si cabe y más incomprensible. Tengo que confesar que nunca he dudado de la fuerza de seguir adelante, pase lo que pase: pero ahora, siento flojear las piernas y la cabeza no responde con ese optimismo; porque me siento mal, y las dudas y la desilusión son tan grandes, que he llegado a pensar en abandonarlo todo y darme por vencido... No debería tan siquiera pensarlo, pero debo plasmarlo porque es la primera ve que he sentido esa sensación...a pesar de que de inmediato me viene a la mente la imagen de un(-a) pequeñ@, sin rostro nuevamente (lo cual también es muy triste teniendo tan presente siempre esa imagen de quien tan felices nos hizo). 
     Nunca hemos abandonado a nadie, y siempre hemos ofrecido todo lo posible en la vida a los demás; y a pesar de muchas veces ser olvidados, nunca nos hemos arrepentido ni lo haremos por ser así...porque además nunca cambiaremos. Hemos sentido en todo momento el apoyo, ánimo y cariño de todos; pero estos días, no hay consuelo posible y además, no es fácil expresar este sentimiento...pero es realmente duro y un sentimiento de frustración tremendo: no puedo creer llegarlo a pensar, porque no puedo dejar de soñar. No puedo hacerlo, pero encuentro el dilema en mi mente...el sentido, creo que nunca me lo permitiría y el corazón, no me lo perdonaría: pero además, no podemos abandonar nuestros sueños, y sobre todo éste, que nos dirige la vida y ha sido siempre el más ilusionante e importante de todos (por el que siempre dijimos incluso que seríamos capaces de dejarlo todo) y que motiva y genera la energía en nuestra vida desde hace 22 años que nos conocimos. No puedo defraudar a nadie, ni a mí mismo; pero sobre todo a quien más quiero en el mundo, a Paula, a quien me da la vida aunque muchas veces crea no necesario decírselo...(nunca está de más, a pesar de todo; porque a todos nos gusta sentirnos queridos). Ahora mismo, no puedo creer en esa  falta de sentimiento o en esa debilidad, porque no puedo pensar en no tener todo ese amor en un sólo instante de mi vida; pero para no olvidarlo todo, sólo puedo pensar en alguien que nos estará esperando y necesitando, con la misma (e incluso más) sensación y tanto vacío como nosotros: y me siento inmoral por quejarme a pesar de todos los motivos para hacerlo; porque quienes nos están esperando, tienen en todo caso muchas más carencias y necesidades... Aún sabiéndolo, siempre me fijé más en las necesidades de los demás y por ello, nunca pedí nada para mí: gracias a ello, la gente puede apreciarme más (quizás), pero tampoco quiero sentir que es lástima o compasión...porque nunca querría ser un Mártir. Siempre hemos pensado en sembrar para poder recoger, pero hay veces que por muy  buena que sea o parezca, la cosecha puede no ser suficiente a pesar de la intención de los recolectores. Nos sentimos queridos y comprendidos (o casi, porque cada caso es único y con sus particularidades), pero muchas veces las soluciones no proceden de quienes quieren darlas o quienes harían todo lo posible, sino de quienes pueden o deben ofrecerlas...y ya no sabemos quienes son o la forma de poderlas hacer realidad.

     Nunca me he quejado de la vida que nos ha tocado vivir; ni por los agravios encontrados durante la misma (porque siempre habrá quien lo habrá pasado peor, no tengo dudas)...pero a pesar de todo el dolor, tristeza y sufrimiento ya vivido, ésta situación supera ahora mismo todos los límites marcados.
     Según escribo, recuerdo el deseo y las últimas palabras (porque realmente lo fueron; lo cual es más triste) que me dijo mi padre: "sólo quiero que seáis felices, tengáis más suerte y consigáis lo que siempre habéis querido"... Ahora, le podría decir, que "parece que nada ha cambiado"... Pero éstas palabras y su recuerdo, quizás hagan más posible, también en su honor, que sigamos adelante...y que pasemos a confiar en nosotros aún más; porque cada vez tengo menos dudas de que estamos olvidados de la mano de Dios...
     Nunca pensé en tener dudas, pero me he dado cuenta reflexionando, que hasta el más fuerte y duro de los guerreros, debe sentir el dolor de las heridas, aunque no quiera (o pueda) reflejarlo...
     He llegado a pensar, en si será que nuestr@ hij@ no nos esté esperando en Rusia...pero si no fuera así, quizás llegará a ser nuestr@ niet@ en vez de nuestr@ hij@... Son tantas dudas y tanta desazón, que la Ansiedad ha llegado a un punto, que no la puedo soportar, a pesar de la apariencia de calma: me ahoga y asfixia hasta un límite jamás imaginado.
     Con todo lo ya pasado, aún no había ocurrido; pero se ha producido la pérdida de esa Paciencia que siempre me acompaña, pero que no quiero que afecte a nada ni nadie...y por ello habrá que ser cauteloso y no complicarlo todo aún más (si se puede, que seguro que sí!).
     Hay unas palabras que nos marcaron y por las cuales habría motivo para hacer una locura o una barbaridad...y se las dijo un médico a mi padre hace unos meses: "no hay dolor que no se pueda soportar" (ojalá ese dolor lo hubiera sentido él para comprobarlo)...y hoy mismo, hasta yo dudo poder soportarlo, porque el siguiente paso, sólo podría llevar a un camino: porque llevamos ya mucho dolor dentro.
     Parece difícil de creer; pero al afrontar una adopción, renunciamos a todo, por unos niños que ya han nacido y a quienes incluso aún no hemos conocido: pero sabemos que en algún lugar, y de algún modo, nos están esperando para ser sus papás... Y simplemente por eso, hay que continuar; hay que mirar adelante, aunque no encontremos más que barreras y obstáculos para conseguir ofrecer nuestra familia a "nuestros hijos", a quienes no conocemos pero que nos necesitan (aunque a medida que transcurre el proceso, nosotros también cada vez los necesitamos más a ellos...). Se convierten como he dicho muchas veces, en nuestro motivo, en nuestra energía para unir lo que la naturaleza y el ser humano parecen no querer propiciar e incluso evitar... No es coherente, humano ni tan siquiera justo, que NADIE luche por ello; que nada ni nadie trate de conseguir ese encuentro entre quienes más lo necesitan y quienes quieren y pueden ofrecerles todo lo que tienen, pero sobre todo lo mas humanamente necesario como es el amor, el cuidado y el cariño de sus semejantes...

     Y hoy, tras esos momentos de dudas, estamos más convencidos que nunca: seguiremos adelante con la energía renovada y más fuerza si cabe...la generada por quien ya nos estará esperando.