Mostrando entradas con la etiqueta inocencia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta inocencia. Mostrar todas las entradas

jueves, 23 de febrero de 2017

Si todo fuera tan sencillo... Los niños sin mamá en Vladivostok.

     Cada frase que sale de su boca, tiene mucho sentido... 

     Hablo de Lera; y en ocasiones, transmite infinidad de pensamientos y reflexiones. Una de las últimas, fue una afirmación mientras se vestía, en la que aseguraba que iba a "ser mamá, porque en Vladivostok hay muchos niños que no tienen mamá"... Qué decir la cara que se nos quedó y la emoción que recorría nuestro cuerpo, a lo que respondimos con un: "querrás decir en todo caso, que sería tu hermanito o hermanita, no? Y que la cuidarías muy bien".  


     Esta frase, la articuló a raíz de una charla, a modo de monólogo, que nos daba tras levantarse, en la que nos afirmaba que tenía una hermanita y que iba a tener que dejarle su carrito, porque era un bebé...a lo que continuamos con la "broma", diciéndole que también tendría que dejarle y compartir todos sus juguetes, porque a buen seguro, querría jugar con ellos! 

     Es cierto que alrededor suyo, hay múltiples embarazos y recién nacidos; comenzando por sus dos tías, en avanzado estado de gestación, así como muchas otras familias de compañeros de clase, que han ampliado la familia en los últimos meses... 

     Tras esta conversación, seguimos enlazando comentarios, preguntándole por su preferencia de sexo en ese "supuesto" hermanit@...a lo que pareció no tener preferencia  en absoluto, haciendo entender que se trataba de algo que le hacía ilusión. Pero no termina ahí... y ante tanta curiosidad, preguntó si tendría un hermanit@...si también habría un bebé en la tripita de mamá...a lo que Paula contestó con total normalidad, explicándole que en nuestro caso, si algún día tenía un hermanit@, no estaría en la tripita de mamá, sino que sin duda, vendría de Vladivostok; al tiempo que Lera, reaccionó de inmediato con total empatía y con aparente comprensión, diciendo: "no te preocupes: no pasa nada, mamá...pues vamos a Vladivostok!"...

     "Si todo fuera tan sencillo como ellos lo cuentan...". 



jueves, 14 de abril de 2016

Fortaleza o la Necesidad de valerse por sí mismos...a los dos años de edad.

     La semana comenzaba con la intención de comentar ciertos aspectos que estuve meditando y desarrollando durante el fin de semana; pero los acontecimientos dieron al traste con ello: y me impidieron hacerlo, pero también me permiten comenzar (aunque con retraso) relatando otras situaciones que se han dado estos días... 
      Estas intenciones, se vieron alteradas por una inesperada caída que provocó la visita al médico y como consecuencia de ello, unos puntitos en la ceja de Lera. Es habitual en los niños caerse, pero cuando además vives en constante excitación y alegría, el cuerpo te pide marcha; y es lo que no le falta a nuestra pequeña. En principio no era nada grave, pero el hecho de portar gafas fue el desencadenante de dicha herida; ya que se dio de bruces contra el suelo de casa mientras corría provocándome para ir tras ella, clavándose la patilla en su rostro. Aunque nos tiene habituados, no deja de sorprender su Fortaleza y Valentía: y nos permite apreciar al mismo tiempo, sentimientos totalmente opuestos. Por un lado, como expresaba anteriormente, vemos esa Fortaleza que nos demuestra, pero al mismo tiempo nos permite recapacitar y conocer el "por qué": es evidente que su estancia en la casa cuna, donde cada cual debía conseguir hacerse valer entre sus semejantes, marcó ese aspecto y lo desarrolló de forma poco habitual en menores de esta edad...y esto, nos provoca cierta tristeza al tiempo que nos sentimos en cierto modo contentos de ver que cuando verdaderamente necesita ayuda, acude de inmediato a pedírnosla; aunque si bien es cierto, únicamente exterioriza dolor cuando éste es real (aunque va aprendiendo a simularlo en situaciones en que no desea realizar alguna actividad...pero se la ve a la legua!! Porque si además le preguntas, debido a su inocencia, te expresa la realidad). Parece inverosímil, pero ya pudimos constatar que incluso sin haber cumplido aún los dos años de edad, cuando la conocimos, ya trataba de valerse por sí misma; comportándose y atreviéndose a realizar acciones que no creíamos al alcance de alguien tan diminuto...por ser aún un bebé!

     Es triste sentir que parte de su pasado ha forjado una identidad o una forma de actuar; pero también es cierto que en ocasiones, es favorable apreciar sus avances y madurez en algunos aspectos básicos. Parece una dualidad constante, aunque vamos valorando y tratando hacerla saber cuáles de estos comportamientos y reacciones debe mantener y cuáles deben ser modificados.

     Es increíble observar la tranquilidad con que es capaz de asimilar los puntos en lugares tan sensibles, sin mostrar ningún tipo de dolor...algo que sorprendió aún más a las enfermeras y al doctor que la atendían. La atención que la dispensaron fue fantástica y lo cierto es que las urgencias pediátricas del Hospital de San Rafael, merecen todos nuestros halagos y respeto. 
     La jornada, tras este altercado, se vio modificada y con un retraso obvio...pero le permitió a Lera concluir la jornada con buenas ganas de tomar un descanso. 

     También el martes, era una jornada de recuerdos: exactamente tres años antes, nos era asignada la región de Vladivostok, donde tiempo después, conoceríamos a la princesita que se convertiría en nuestra hija... Un lugar tan especial, que a día de hoy, aún nos permite soñar despiertos. Parece mentira el tiempo transcurrido; pero de igual modo, se acumularon numerosas vivencias que hicieron de cada día, una nueva enseñanza y una experiencia inolvidable.

jueves, 22 de mayo de 2014

Si volviéramos a nacer sabiendo lo que ya sabemos...

     Cuántas veces hemos oído y cuántas veces hemos pensado, lo maravilloso que sería volver a nacer, pero sabiendo lo que ya sabemos... Todos lo habremos hecho o dicho alguna vez; pero no nos damos cuenta, que también dependería de dónde y cómo volviéramos a nacer. Nunca pensamos que podría producirse en las condiciones tan terribles que lo hacen muchos niños en el mundo; algunos de ellos, por ejemplo, serían los pequeños que conocemos quienes nos embarcamos en un proceso de adopción. Y poniéndonos en su lugar, es más que probable, que ninguno quisiéramos volver a nacer en esas circunstancias.
     Siempre pensé, que lo que aprendemos a base de dolor y sufrimiento, queda más marcado a fuego en nuestro corazón y en nuestra mente... y así es. Por mucho que volviéramos a nacer, no me gustaría saber ya lo que se sufre ante la pérdida de un ser querido, porque me haría carecer de la inocencia y la alegría de ese mismo instante y de esa fantástica etapa en la vida (que en el caso de nuestros hijos, tratamos de compensar e intentar al menos, recuperar): y cuando esa pérdida se trata de menores, es aún más difícil comprender.
     Lo que sí me habría gustado, es haber conocido antes el sentido de un proceso de adopción; porque va mucho más allá del sentimiento (ya bastante importante) de ser padres... realmente, al menos en nuestro caso, aprendes desde el primer momento, a dar prioridad al menor, por encima de los propios intereses (algo que es innato y va implícito en ese camino de paternidad y maternidad).
     Desde el momento en que vimos la foto de Denis; supimos que cambiaría nuestra vida...y así lo mostraba en aquellas mismas palabras que plasmaba en éste diario: lo que nunca imaginamos (aún sabiendo que existía la posibilidad), fue que no lo haría a nuestro lado... Siempre creímos que en el momento de tenerlo junto a nosotros, provocaría un cambio radical en nuestra rutina; pero no será Denis, a pesar de que realmente, nos cambió la mente y las prioridades... Desde que lo conocimos, no volvimos a pensar nunca en nuestro propio interés, sino en el suyo, e incluso en el de los demás. Verdaderamente, Denis: tú nos cambiaste, aunque ahora, esperamos la llegada de quien sí nos hará cambiar la monotonía. Llegará quien consiga, de un modo u otro, que dejemos de dar tanta importancia a lo cotidiano, a lo que nos provoca un estado de estrés y tensión constante: algo importante, pero que no debe seguir siendo lo que más... porque ahí estará ést@ pequeñ@, que nos permitirá cambiarlo. Volveremos a soñar con algo que va más allá; con implicarse en el bienestar de la Infancia, a través de su ejemplo...y procurar ser de ayuda para quienes deben hacerlos sentir queridos, a pesar de contar con tantas trabas para conseguirlo.

     Algo ya está cambiando, sin haber logrado conocerl@ aún...pero lo más increíble, será el momento de observar ese primer instante en que nuestras miradas se crucen y atraviesen cual flecha al corazón (porque deseamos y confiamos que así sea)...aunque para alguien que le gusta tenerlo todo tan calculado y controlado como a mí, será muy difícil afrontar ese momento lleno de temores y miedos que no sentimos esa primera vez, donde todo surgió y nos dejamos llevar; ya que todo nos pareció maravilloso. Ésta vez, estoy seguro que las lágrimas sí harán acto de presencia: por la emoción de conocer a quien debería estar destinad@ a ser nuestr@ hij@; y también por el recuerdo de lo que debió ser y no fué...y de todo lo que rodeó ese halo que sentíamos alrededor nuestro y de nuestros seres queridos.
     Habrá un momento de eterno recuerdo para quienes más nos gustaría que lo (la) hubiera conocido...y en ese preciso instante, lo sentiremos tan cerca, que nos parecerá que nos acompaña: porque a buen seguro que lo hará...
     Habría sido mucho más fácil (o eso creo), haber tenido la ocasión de conocerl@ ya; porque ésta espera es aún más extraña y se hace mucho más cuesta arriba que aquella primera, e incluso que la que vino tras la paralización, puesto que ahí seguía nuestro motivo de ilusión, para quien seguíamos preparándonos y organizando todo para su llegada. Es duro, seguir observando todo lo que son recuerdos en cualquier parte de nuestra casa, e incluso su colegio donde ya estaba matriculado para éste curso que finaliza; como también es extraño observar todos los regalos y juguetes...pero sobre todo, ese armario lleno de ropa hasta los topes, o esa cama-cuna, que aún no sabemos por quién serán utilizados o incluso cuando.
     Aún recordábamos éstos días, esas primeras noticias hace algo más de un año, que nos indicaban que sería una niña: para quien, aún sabiendo que no debíamos hacerlo, empezamos a comprar de forma casi compulsiva por la emoción y el escaso tiempo que tendríamos para hacerlo antes de viajar. En ese caso, todo cambió (al igual que esa ropa)...y nos ofrecieron a ese niño tan maravilloso; a ese hijo que nos hizo sentir una Felicidad tal, que aún hoy nos permite alegrarnos al recordar... Ese "Piratilla", como lo llamaba su abuelo, alrededor de quien habíamos planificado una vida llena de respuestas y fantasías.
     Y así, un año después de esa primera asignación (lo hará la semana próxima), seguimos esperando una llamada que elimine unas dudas fundamentales; las de quién y cómo será (si todo va bien) nuestr@ hij@: pero que nos comenzará a generar otras tantas y tan importantes, como para poder iniciar una búsqueda de soluciones a los problemas derivados de esa vida privada del cariño de una familia.
     Necesitamos ese sustento que sirva de motor a nuestro esfuerzo; porque al llegar la noche y sentir la falta de quien ya habitó nuestra casa, hay veces que el corazón parece no encontrar la fuerza para poder comenzar un nuevo día pensando en positivo...y aún así, encontramos la suficiente energía para seguir haciéndolo...Todo merecerá la pena.

sábado, 13 de julio de 2013

El jardín de las ilusiones.

     Cuantas veces, nos acordamos de los preciosos parques de juegos que tenéis y que nunca pudimos imaginar. Cuantos momentos que compartimos en ese patio, en esos jardines llenos de parques infantiles con columpios y rodeados de flores: las mismas que nos regalaban con toda su alegría, todos tus amigos y compañeros de ilusiones y esperanzas... Cuantos sueños por hacerse realidad, y cuanto cariño regalaban todos los niños que nos rodeaban y con los que tantos momentos has compartido. Cuanta nostalgia al recordar esas manos inocentes unidas para desempeñar cualquier tarea en vuestra rutina. Cuantos momentos esperando que os llegue la oportunidad de hacer feliz a una familia en busca de su deseo de ser padres... Y cuanta inocencia y ternura se siente, al ver a los demás niños llamarnos papá y mamá, a quienes acudimos a conocer a nuestros hijos.
     Todos esos momentos, y esos sueños, los veía continuamente y los sentía, ese jardín de las ilusiones, que disfruta diariamente de vuestra compañía y vuestra presencia.
     Nuestro primer encuentro, nos hizo ver, que el tiempo nos dará la oportunidad de unir nuestros corazones para siempre. Si unos días sirvieron para ver reflejado ese cambio y ese amor y felicidad en tus ojos...un poco de tiempo más, servirá para que sientas ese calor que estamos deseando entregar.
     Nos hiciste vivir la felicidad plena durante esos días...y nos marcaste mucho más de lo que podíamos imaginar...
No es la cantidad de tiempo que compartes con alguien, lo que les hace tan especiales.
Es lo que aportan a nuestras vidas. 
     Hemos aprendido a querer, a una gente tan parecida a nosotros aunque tan lejos; y que tanto hacen, muchas veces sin darse cuenta...para conseguir nuestros sueños.

martes, 30 de abril de 2013

Ilusión, Esperanza y Sueños: la película "El Origen de los Guardianes".

     Viendo ésta película, me di cuenta de cuánto se reflejan en ella los sentimientos que tanto apoyan nuestro proceso; algo tantas veces comentado como la ilusión, la esperanza y los sueños. En éstos sentimientos, se basa la vida de éstos guardianes: su origen está en que los niños crean en ellos; así que nosotros seremos nuestros propios guardianes y tendremos que creer en nosotros mismos, para conseguir que todo esto, se haga realidad...como en la película.

     Al fin y al cabo, la inocencia de los niños, no se pierde, sino que la olvidamos...y aunque crezcamos, mantenemos toda la vida la misma ilusión que tuvimos en la infancia. Esa ilusión, es la que nos hace superar los problemas.

viernes, 8 de marzo de 2013

El deseo de poder decir: Sí...

     Quienes nos conocen; sabiendo y observando nuestro amor por los pequeños, siempre preguntan si tenemos niños y al contestarles negativamente, suelen preguntar si lo estamos buscando...pero lo nuestro, será distinto: primero esperaremos y luego lo iremos a buscar...
     Yo lo imagino ya en cualquier niño o niña: cualquiera que me cruza una mirada o una sonrisa, se gana un sitio en mi corazón...y hay alguno que me hace meditar e incluso me hace sonrojar con una mirada seria, pero tierna a su vez: como si leyera el pensamiento y descubriese mis sentimientos, como si desnudase mi intimidad...me hace sentir algo de vergüenza por ser tan claro y tan transparente.
     Los niños tienen otro sentido que perdemos al crecer: al igual que la inocencia, desaparece la innata facultad de saber quién te hace sentir bien y quién te incomoda; no hacen prisioneros, ni son prisioneros de su falta de claridad...
     Al final, nuestro deseo de ser padres y su consecución...nos permitirá poder decir: Sí...