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sábado, 22 de abril de 2017

Una noche inolvidable...tras una jornada de nervios y locura.

     La pasada noche, fue una explosión de sensaciones y sentimientos... en la que debíamos casi pellizcarnos para creer que fuera real. Ver llegar por fin a casa a esta familia...a esta Bendición convertida en niña: una experiencia difícil de reflejar en palabras, pero que nos hace afortunados de haber podido compartir con tanta gente querida. Significaba un punto y seguido en la vida, no sólo para ellos, sino para una serie de familias con quienes nos une una relación especial; y fomentada y surgida en unos momentos críticos de las adopciones en Rusia...pero que todos hemos podido culminar de una manera u otra y en un determinado instante. 
     Todo comenzó al mediodía de ayer mismo, cuando esta familia a quien esperábamos ansiosos el martes próximo, nos comunicaba que su viaje se adelantaba a esa misma noche: fantástica noticia...pero que alteraba todos los planes previstos para preparar su llegada a casa junto a su hija. Aún así, durante este largo periodo compartido de la adopción, aprendimos muchas otras cosas: y una de las más importantes sin duda, es que las prioridades hacen posible cualquier imposible. Y así fue: casi por arte de magia, aparecimos todos (los que materialmente podíamos hacerlo)...la familia; y los amigos que mejor podían comprender lo que este instante significa y significará durante el resto de la vida. Aparecieron pancartas, mensajes, globos...y sobre todo, mucho, mucho Amor. Allí había otras familias, junto a otros pequeños...casi todos ellos, llegados también de lejanas tierras rusas. Y de lo que no queda ninguna duda, era de que esta, como en otras ocasiones especiales, era una noche inolvidable que cada día que pase, se intensificará en cuanto a su valor y sentido. Bienvenidos a casa, familia querida...💝😍💐


miércoles, 19 de abril de 2017

Momentos inolvidables y entrañables...

     Cuan esperado era este momento, pero ya llegó... Ver a esta familia, junto a su hija; aunque ahora, fuera ya real y para siempre...el momento de partir y dejar atrás el lugar donde discurrieron sus primeros pasos y sus primeras enseñanzas y descubrimientos.
     Ese instante, reflejado y compartido a través de imágenes, lo recibía mientras me ejercitaba en el gimnasio...pero aún siendo un momento esperado y con perfecto conocimiento de que se produciría en esos instantes, no podía esperar la reacción que despertó en mí, poder observar a esta familia tan querida, comenzar esa nueva vida juntos: las lágrimas de alegría, se fundían con el sudor y disimulaban a ojos de otros, lo que era un momento feliz, pero que podría parecer inusual para quienes no reciben estas maravillosas y entrañables noticias. La reacción es siempre impredecible; y no por haberlo experimentado en tu propia piel, deja de ser siempre especial...y más cuando todo lo que rodea este camino, se ha compartido durante tanto tiempo y con tanta cercanía... Y todo ello, unido al lugar, tan conocido y reconocible a cada paso que daban: Vladivostok y cada uno de sus enclaves, que nos trasladan a la mayor y más fabulosa experiencia vivida.

     Fascinante es, ver las imágenes de momentos tan especiales, los de esos primeros instantes de una nueva vida para todos ellos...unidos en familia; su llegada al hotel, la primera cena, primera noche juntos...pero también ese amanecer que siempre pareció un sueño y ahora se ha hecho realidad: ver despertar a su hija junto a ellos... Y fue además en un entorno perfectamente reconocible por nosotros...incluso la habitación, las cortinas, las sábanas...la trona del restaurante y la misma cuna donde reposaba y descansaba su hija... 
     Pero además, por mi cumpleaños, recibía hoy sus primeros besos a través de vídeo; y aún estando en la lejanía, comienzo a sentirlos cerca. Gracias por haceros familia... ya deseamos tenerla aquí celebrando en familia ese primer cumpleaños en su hogar.

sábado, 16 de enero de 2016

La magnitud de los sentimientos... Aún cuando "todo ha acabado".

     A veces, se me generan dudas acerca del verdadero significado y la magnitud de la llegada de nuestros pequeños a casa. Todo el mundo parece feliz con su presencia y rápidamente los acogen entre sus brazos y les ofrecen sus corazones... Pero, realmente alguien podrá comprender lo que representan y la importancia que podemos darle a cada detalle y cada fecha que nos unirá siempre a ellos? Me dio por pensar que, al igual que tras concluir el proceso de adopción, todos puedan pensar que ya está todo hecho (bien sabéis todos los que os embarcáis en un proceso, que eso no se corresponde en ningún caso a la realidad...); pueden pensar que todo forma parte del pasado, sin caer en el aspecto psicológico que conlleva y en que cada detalle y vivencia, nos acompañarán toda la vida, al igual que la llegada de cada fecha marcada en el calendario, en el que siempre volverán los recuerdos, comparaciones y demás... Es muy complicado recuperar la rutina a que estábamos acostumbrados: de hecho, nada vuelve a ser lo mismo (aunque esto lo sabemos desde el mismo día en que decidimos ser padres; pero más aún a través de la adopción, ya que existe una preparación total para serlo y para afrontar cualquier situación u obstáculo que se pueda presentar), pero...cuanto tarda el cuerpo en recuperarse y más teniendo en cuenta la situación actual de las adopciones internacionales? O quizás...en algún momento podrá llegar esa calma, aún creyendo que todo está en un orden y control lógico? Aún es pronto para una valoración, pero conocemos muchas familias que culminaron su proceso mucho antes; y que aún no han conseguido liberar esa tensión...quizás también influya el hecho de quererlo hacer todo tan bien y tenerlo todo bajo control total, lo que nos incite a estar siempre en alerta ante cualquier circunstancia o acontecimiento; procurando incluso anticiparnos a su llegada. Lo que está claro, que por mucho que lo intentemos, nuestros pequeños irán creciendo y aprendiendo incluso más rápido de lo que nosotros deseemos o podamos imaginar; y siempre irán un paso por delante,  sorprendiéndonos continuamente y haciéndonos emocionar en múltiples ocasiones. Y ese tremendo desgaste emocional que conlleva el camino de la adopción, también nos lleva a valorar en su justa medida cada sentimiento y la importancia de cada acontecimiento. 
     Este pensamiento, me recorría la mente tras unos días en que se acumulan recuerdos: unos muy alegres por todo lo acaecido hace un año; pero otros, también tristes por diversas circunstancias y por qué no decirlo, motivadas por unas fechas que se convirtieron en tristes (algunas de ellas nuevamente por la desilusión de algunos de nuestros compañeros de aventura), a pesar de la tremenda alegría que acompañaba esos momentos de reciente llegada a casa con Lera. Ayer hacía un año que dejábamos atrás Vladivostok...y desde entonces, no ha pasado un momento sin acordarnos y añorar cada rincón y cada persona que allí conocimos: de hecho, no creo que podamos pasar mucho tiempo sin volver. De allí, vinimos con lo más importante en la vida; pero desde aquel mismo día, sentíamos que olvidábamos o dejábamos allí unas raíces que no eran solo las de nuestra hija; ya que las nuestras también habían parecido comenzar a echar allí las suyas. Sentíamos que allí se nos quedaban aun muchas cosas por conocer, a pesar de todo lo que indagamos y tratamos de captar; para poder ofrecer una imagen limpia, así como unos motivos para comprender ciertos aspectos de aquel lugar tan peculiar y de su gente. 
     Por otro lado, y como hemos relatado en continuas ocasiones, dejamos allí gente muy querida, a quienes consideramos muy importantes en nuestra vida y fundamentalmente, en la de Lera: con quienes tenemos amistad y confianza para poder saciar y satisfacer cualquier necesidad que Lera pueda tener en el futuro,  o cualquier búsqueda de identidad que pueda tener. Esas personas, son muy queridas...y tratamos de mantener un vínculo verdadero; e intentaremos mantenerlo con el paso del tiempo, porque sabemos, por propia experiencia, que la distancia, no impide un sentimiento ni tan siquiera una cercanía continúa. Aprendimos a tener relaciones afectivas en esa distancia terrenal; y nos fue muy importante para el proceso de adopción...pero comprendimos al mismo tiempo, que esa distancia se salva con unas simples horas de vuelo más. 
     Hace un año, dejábamos atrás el lugar de nacimiento (y muchas cosas más...) de nuestra pequeña; pero al mismo tiempo, un lugar totalmente desconocido para ella, ya que nunca en su corta vida, había tenido ocasión tan siquiera de pisar sus calles o saborear y sentir ese aroma peculiar y único del aire que allí se respira, y que tantos recuerdos suscita en nuestra memoria. Volvimos con la pena de abandonarlo sin darnos tiempo a visitar con Lera esas calles por las que tanto caminamos en nuestros viajes; y que tanto amamos gracias en buena parte a ella. Lo único que tuvo tiempo de ver, fue la terminal del aeropuerto...y por ello también, se nos antojaba necesario, a pesar del tremendo cansancio, visitar con ella la Plaza Roja de Moscú tras nuestra llegada y fugaz parada allí. Fueron unos días de locura; en los que se portó de forma magnífica a pesar de la dificultad de tantos cambios y largos y cansados viajes. Por ello, tenemos que saldar cuanto antes esa deuda contraída con ella y con nosotros mismos; para poder disfrutar, ahora sí, de aquel lugar junto a ella: con calma, tranquilidad y absoluta paz... 

     Como anteriormente comentaba, también durante estos días, los recuerdos nos suscitan tristeza: porque en aquel momento en que nos disponíamos a viajar a casa, no sabíamos ni podíamos imaginar, que esa vuelta a Vladivostok tan deseada ya entonces; no podríamos compartirla junto a Iván, nuestro gran amigo y maravilloso y dedicado protector de los pequeños...aquel "Ángel de nuestros días", que nos marcó para siempre. Así pues, existe una gran espina clavada en nuestro corazón, por no haber tenido ocasión de despedirnos de él: nos habría gustado poderlo hacer entonces hasta nuestro regreso, pero una maldita enfermedad nos lo impedirá hacer de cualquier manera. Esa es otra de las citas ineludibles; y que no nos permitirá estar tranquilos hasta poder visitarlo donde quiera que esté, para acompañarlo y sentirlo aún más cerca de lo que siempre ha estado y está.
     Otros objetivos, serán ciertas direcciones que estamos deseosos de visitar; pero también aquel centro en la cercana localidad de Romanovka, donde nuestra querida Alicia, acomete su labor social con tremendo interés, dedicación y generosidad. 
     Muchos planes pues, nos permiten soñar con nuestro regreso a Vladivostok; aunque de algún modo, se está convirtiendo ya en el lugar más visitado fuera de nuestras fronteras.
     Y aunque en numerosos momentos creamos que quienes nos rodean, no comprenderán en su extensión nuestros pensamientos; estoy absolutamente seguro, que todos quienes compartís este y otros blogs relacionados, sí podréis hacerlo.

     Para despedirme hoy; lo hago recordando  nuestra llegada a casa hace exactamente un año...y precisamente a esta misma hora que hoy escribo. Nunca podremos olvidar aquella llegada a Barajas, rodeados de pensamientos y emociones que ya sí sentíamos reales. Desde el inicio del proceso, hubo unas palabras que teníamos muy presentes: "hasta que no lleguéis a casa con vuestr@ hij@ de la mano, no deis nunca nada por hecho...porque hasta ese mismo momento, no podréis ni creerlo ni tenerlo seguro". Y esas palabras, nos permitían por primera vez, creer que el sueño no era tal, sino que era una realidad: y al fin, podíamos relajarnos junto a nuestros seres queridos; muchos de ellos presentes a nuestra llegada...y junto a todos aquellos que nos acompañaron y sufrieron a nuestro lado cada paso de nuestra historia de amor y encuentro. 
     Un día, me comentó un buen amigo, que al llegar al aeropuerto (tras un mes en Rusia) y ver a los miembros de la Guardia Civil, le dieron ganas de darlos un abrazo, por lo feliz que estaba de llegar a casa y sentir que todo había acabado de manera satisfactoria... Y aquel 16 de enero del pasado 2015; ese mismo sentimiento lo teníamos nosotros, deseosos de gritar a los cuatro vientos que al fin, habíamos conseguido llegar a casa con nuestra hija Lera... Eso mismo, es lo que deseamos para todos quienes continúan su camino: porque ese día, gritaremos con todos ellos como ahora lo hacemos; y aunque en la distancia, muchos no puedan vernos u oírnos...seremos muchos (posiblemente todos los que un día lo vivimos) quienes estaremos al lado de todos aquellos que vuelvan a casa; porque sabemos que se trata de un sentimiento único e irrepetible. 

     Aunque ahora sufras...llegará también tu momento: mucho ánimo...

miércoles, 14 de octubre de 2015

Una jornada muy esperada...la de una llegada a casa muy especial.

     Ayer, fue uno de esos días que nos quedarán para siempre en la retina y que servirán para recordar cuál debe ser el final en todos y cada uno de los procesos de adopción...la llegada a casa de los pequeños: a ese, su hogar, que siempre los estará esperando. Se trataba de un instante muy esperado, ya que era el momento de recibir a un pequeño a quien hemos visto crecer a través de las imágenes que nos llegaban y del amor de quienes ya son sus papás para siempre: unas personas luchadoras, que siempre han estado al lado de los demás, ofreciendo su esfuerzo para la llegada a sus familias de todos los pequeños...y que han recibido al fin, la merecida recompensa de poderse unir para siempre. Ayer era para ellos el momento que tanto esperamos todos de llegar al aeropuerto junto a nuestros hijos; porque sólo entonces, puedes empezar a creerlo... Como esta misma mañana nos confesaba ésta feliz mamá, le costaba creer que al despertar, su querido hijo ya estuviera en casa con ellos. Ese primer día, es como despertar del sueño...porque salir por la puerta de la terminal y ver familiares, amigos, y en definitiva, personas conocidas, te hace comprender que definitivamente, no hay vuelta atrás... Y por vez primera, puedes respirar y sentirlo junto a quienes has compartido tanto las alegrías, como los momentos de mayor tristeza y desaliento. En este caso, se trataba de una de esas familias con quienes más de cerca hemos compartido el mayor deseo de nuestras vidas... Nos conocimos hace algo más de dos años, cuando en un momento dado, fuimos recibiendo noticias sobre la paralización de los procesos de adopción en Rusia. Por aquellas fechas, ya habían conocido a su pequeño aproximadamente medio año antes; y aún así, nunca dieron su brazo a torcer, como tampoco lo hicieron todas aquellas a quienes tanto nos unió la adversidad. El de ayer, fue de hecho un día en que además de la tremenda emoción (y las lágrimas que asomaban, esta vez de alegría...) que sentimos al verlos salir por esas puertas del aeropuerto; sentimos también una especie de escalofrío, pensando y procesando la información y los momentos compartidos, que a modo de diapositivas, recorrían nuestra mente a increíble velocidad... al tiempo que recordábamos, a quienes aún continúan por el duro camino de sus sueños. Ese pensamiento, nos emplazaba ya al siguiente paso, sin haber terminado de dar el ya iniciado: continuar adelante, acompañando y ofreciendo nuestro aliento y esfuerzo a estas (y muchas otras) familias, con la misma determinación con la que todos lo hicimos hasta ahora. Así pues, fue esta una jornada realmente feliz; pero tras esta nueva travesía que finaliza casi milagrosamente (por el tesón sobre todo, tanto de los papás como de su hijo...) con éxito, esperan muchas otras que tras no pocos obstáculos, culminarán con esa misma Felicidad plena con que ayer, estos amigos llegaban a su hogar...y esa misma con que los esperábamos junto a esas otras familias ya conocidas con quienes allí coincidimos. Sabemos a ciencia cierta, que muchas otras familias, querrían haber estado allí a su lado; pero aunque el horario de llegada no era propicio, al vernos, sintieron al igual que nosotros, a todas aquellas personas a quienes hemos conocido y compartido; y a quienes tanto nos hemos unido a lo largo de esta larga travesía...
     La timidez del pequeño a su llegada, contrastaba con esa hermosa sonrisa, que parecía propia de quien reconoce la victoria tras la batalla...de quien aprende de la adversidad para hacerse fuerte y conoce su propia fortaleza a través del esfuerzo. Se trata de un pequeño "héroe", que nos sorprendió a todos al conocer su determinación para que fuera esta y no otra su familia...tras reconocer el Amor incondicional que lo dispensaban, aún sin haber conocido hasta entonces su significado. Él, nos demostró que también fue capaz de seguir su instinto, tras sentir ese mismo flechazo que siempre se produce en los adultos al conocerlos... El tiempo perdido por los pequeños, no puede recuperarse; pero puede servir, como en este caso, para afianzar y estrechar el vínculo familiar, a pesar de la enorme distancia que los separaba, permitiendo que ese famoso hilo rojo del Destino, los mantuviese unidos para siempre.

     Creemos que tras tantas lágrimas retenidas (además de aquellas imposibles de contener en muchos casos), llegará un momento de liberarlas cuando todo termina: pero ahí está el verdadero significado de la adopción...que te cambia tanto la vida, que no puedes detenerte a observar las piedras encontradas en el camino; sino a tratar de ver las oportunidades que se nos ofrecen e intentar aprovecharlas, aprendiendo además con ello a sortear las que en el futuro se nos presenten. Comienza entonces una nueva etapa, en la que las dificultades y los retos son otros...pero en la que muchos de aquellos que conocimos, nos seguirán acompañando y compartiendo sus vidas, independientemente del estado, etapa o distancia que nos separe. No pasaremos "pantalla"; porque el proceso nos atrapó...y al igual que otros encontramos siempre en quién apoyarnos en algún momento de dudas, habrá quien necesite hacerlo en quienes ya completamos este primer tramo. 
     La llegada de cualquier menor a una familia, es maravillosa: pero cuando estos no lo hacen directamente al nacer, sino a través de un aeropuerto o una escala intermedia, adquiere un significado especial, que únicamente el corazón nos logra transmitir... 


jueves, 22 de enero de 2015

El Recibimiento:...por fin, en casa!

     El último relato de nuestra aventura, lo escribía mientras volábamos de camino a casa: el viaje desde Moscú a Madrid, me daba la oportunidad de escribir (aunque hubiera que esperar a la madrugada para poder publicarlo), instantes antes de poder abrazar a nuestra familia y muchos de nuestros amigos más cercanos... Era la emoción quien no nos permitía echar una cabezada, a pesar de que el cansancio hacía mella. Viajaba con nosotros esa persona tan entrañable que conocimos apenas 5 días antes en Vladivostok: la única española residente allí...por tanto, un ángel abandonaba también esa tierra para poder respirar el aire de su tierra; pero para volver de inmediato y seguir ofreciendo su esfuerzo y generosidad en pro de los menores más necesitados de ayuda. Nos despedimos de ella (temporalmente), justo cuando se percató de que nuestro recibimiento estaba próximo; cuando nos aproximábamos al umbral de la puerta de salida de la terminal...
     Ese instante, fue mágico: esperábamos un Recibimiento emotivo, y a buen seguro que lo fue... Allí estaban muchos familiares y muchos de nuestros amigos más íntimos: incluso estaban los hijos de estos... Pero sentíamos tanto cariño, de quienes allí nos lo mostraban, como de quienes debido a la distancia, no pudieron estar. Nos sentíamos muy especiales, tras esa "soledad" de no poder compartir (sí lo hicimos con nuestros amigos de VLAD, pero podéis comprender la necesidad de hacerlo con quienes más han sufrido a nuestro lado y mejor conocen todo el camino hasta llegar aquí) nuestra Felicidad durante tantos días de estancia en el Lejano Oriente. Por mucho que lo imaginásemos, fue un momento Mágico; de volver a Creer que lo que estábamos sintiendo, era al fin Real. Poder ver a nuestra hija rodeada de tanta gente que la amaba sin haberla podido aún conocer...(a pesar de hacerlo a través de nuestros ojos y palabras) y poder sobre todo Abrazarlos uno a uno, con lágrimas de alegría en los ojos, sintiendo cada uno de ellos con un mensaje de cariño especial... Fue sencillamente, Maravilloso. Dudábamos de la reacción de LERA, pues el trayecto y los últimos dos días, la habían desgastado y agotado hasta la extenuación... Pero su reacción, fue la que menos debía sorprendernos: la de esa niña deseosa de cariño, que normalmente recibe cada mirada, devolviendo una sonrisa. 

Queríamos que fuera ella la protagonista; porque lo era 100%...pero ella se encargó de dar la emoción: quiso ir empujando el carro de las maletas, como veía hacer a papá; con lo cual, todos la buscaban con impaciencia. Cuando apareció allí, delante de tantos ojos llorosos por la emoción, les regaló esas miradas de angelito que todos los niños llevan dentro y se reservan para las mejores ocasiones. Verla así de feliz y tranquila entre abrazos y besos, nos permitió relajarnos y disfrutar de todos y cada uno de los presentes... Era realmente emotivo y muy de agradecer, poderlos ver uno a uno y saludar a quienes nos acompañaban en esos momentos: habían hecho un esfuerzo para poder estar allí, a una hora un tanto complicada, cercana ya a la medianoche. Por cierto, algo muy gracioso (y también de agradecer) tras haberlo echado tanto de menos durante la Navidad: nos tenían preparado un Roscón de Reyes! Pero también un bizcocho recién horneado que hizo las delicias de nuestra hija, siendo lo primero que comió a su llegada a España, en el mismo aeropuerto! (Y que comió casi ella sola, durante el fin de semana). Hubo también muchos regalos cuyo valor más importante es sin duda el sentimental: el de recordar a todos quienes tuvimos el placer de abrazar...y algunos más a quienes muy pronto confiamos en poderlo hacer. Llegaba el momento de abandonar el aeropuerto, y el carrito de paseo de unos amigos, hizo las delicias de nuestra hija... Íbamos cargados de maletas, pancartas, regalos...pero también de recuerdos, enseñanzas y una larga historia llena de Amistad y cariño compartido, que no es más que el inicio de lo que está por llegar. 
     Estábamos tan a gusto, que se dilató bastante tiempo y llegábamos a casa aproximadamente a las 2 de la madrugada... Muy tarde, pero lo más sorprendente, la emoción con que vivía cada instante nuestra pequeña: era algo lógico, porque era la primera vez que íbamos solos en el coche y ya podía presumir que algo bueno esperaba en el destino...y así era: llegaba a su hogar! Y la mayor sorpresa, las mascotas: esos perritos que tanto tiempo llevaban esperando poder ofrecer su cariño a quien ocupase ese lugar especial en nuestro corazón...y a buen seguro que también en el suyo. 

     Lo cierto es, que no extrañó nada...y la mejor sorpresa, fue poder ver su enorme atracción hacia estos animales tan cariñosos, a quienes nunca había tenido ocasión de acercarse: un enorme amor por sus "sabáka", que nos harán las cosas más fáciles, por lo favorable que es para los pequeños la relación con los animales. Qué decir, que su reacción al ir conociendo la que era ya su casa, era de alegría desmedida, lo cuál seguía aumentando su nivel de excitación... Ya preveíamos que le impediría conciliar el sueño, así es que, decidimos probar bocado...y qué mejor que hacerlo a las 4 de la mañana con un café recién hecho y un buen pedazo de roscón? Pues bien, eso fue el preludio de ver a LERA caer rendida y conseguir calmar ese cansancio acumulado durante las últimas jornadas...mientras terminábamos de deshacer maletas y nos dirigíamos a esa cama que parecía observarnos para tratar de darnos acomodo. Era el descanso del guerrero; el que tanto anhelábamos junto a nuestra hija, habiendo vivido un fabuloso sueño, y sintiéndolo hasta poderlo ver hecho realidad...Y por fin, todo había ido bien; y en apariencia, esas primeras horas, parecían más fáciles de lo esperado, pero...llegaba la verdadera adopción: ya, nuestra vida no nos pertenece, sino que le pertenece a LERA...

domingo, 8 de junio de 2014

La posibilidad de vivir momentos mágicos junto a nuestra Gran Familia de la Adopción...

     Por motivos de trabajo y otros de salud, no me fue posible (aunque sí a Paula y a otros grandes amigos) recibir en el aeropuerto a nuestros amigos y vecinos tras el viaje más maravilloso de sus vidas: el de regreso a casa con el tesoro que vino con ellos de Vladivostok...
     Son momentos mágicos, que una y otra vez, reconfortan y llenan de emoción el corazón, y de lágrimas el rostro...por la alegría y por conocer las trabas y la dificultad de poder unir a personas que tanto ansían y necesitan encontrarse en la vida. Conocemos todos, el esfuerzo, el tesón y el Amor Incondicional que nos mueven y nos permite afrontar un proceso tan exigente y duro como es una adopción.
     Por muchas veces que ocurra, ocasión tras ocasión, trataremos de acudir a vivir estos acontecimientos (de despedida y de bienvenida), tras sufrir al lado de todas éstas familias, los momentos tan adversos que hemos atravesado. Es un placer compartir la llegada de cada familia; porque simplemente con observar, te encoge el cuerpo y se pueden apreciar infinidad de sentimientos que motivan el cariño y los sueños... no hace falta hablar, porque lo hacen los corazones; y todos nos comprendemos.
     Como una gran y bien avenida familia: "cuando Mahoma no va a la montaña, la montaña viene a Mahoma"... y así, hoy aparecía ésta familia, con su gran corazón, y dándome una grata sorpresa, para podernos ver tras ese viaje de vuelta a casa; eso sí, con un miembro más, que hará las delicias de todos y que a su vez, disfrutará del Amor que ya le profesan sus padres (y todos quienes los queremos) y de las oportunidades que el futuro le pueda brindar. Enhorabuena, familia...ya podéis sumaros a quienes han visto el sueño hecho realidad... y del cuál, sin lugar a dudas, el mayor beneficiado será siempre vuestro hijo. Ya estáis viviendo el futuro por el que tanto habéis sufrido y luchado. Otro ejemplo más, de lo maravillosa que puede ser la vida, cuando es el cariño lo único que mueve y permite a las personas encontrarse...
     Hay que luchar por lo que más se desea...aunque a veces, duela.
     Comienza una nueva semana, que a pesar de los días festivos en Rusia, promete devolvernos parte de la alegría perdida durante éstos últimos y largos meses... Deseamos que lleguen esas fechas de juicio tan necesarias, y con ello, todas esas asignaciones que permitirán soñar a las familias y dar unos papás a los pequeños que nos esperan...