Es hoy, uno de esos días en que uno se siente emocionado, enorgullecido y repleto de alegría... El motivo, además de sentir y palpar la felicidad de Lera, viene dado por un simple mail: la respuesta de nuestra amiga y querida representante en Vladivostok, a quien nos unen un enorme vínculo y una gran confianza, a pesar de la distancia. Es, al igual que lo era (y será siempre) su marido Iván, una hermosa persona; tenaz, responsable y cuidadosa, aunque (como debe ser) muy reservada en lo que concierne a su relación profesional con las familias. Conoce perfectamente los
pasos y dificultades que conlleva tramitar la adopción de un menor por parte de una familia extranjera; y por ello,
nunca intenta
dar falsas esperanzas, aunque ofrece todo su
esfuerzo y
cariño a cada familia y cada menor con quienes comparte esos maravillosos e íntimos momentos... Hace días, le enviábamos un mail, escrito en ruso por nuestra amiga Tania, para evitar errores de traducción si lo hacíamos en inglés...y mostrar así nuevamente nuestros sentimientos y situación familiar actual (como hacemos cada cierto tiempo para posibilitar seguir en contacto constante). Con ese mail, enviábamos también una serie de imágenes que sabemos ilusionarían y agradarían a Lyuba; aunque suponíamos, como así fue, que mostraría también a quienes tan bien nos trataron y atendieron en nuestras visitas a la casa cuna de Lera. Alguna de esas imágenes, eran casi una promesa: las de Lera vestida con un traje típico ruso, que tantas ganas teníamos de plasmar y compartir con esa familia que tenemos en la lejana Vladivostok. He comentado en diversas ocasiones, la
fortuna de conocer y
compartir nuestro proceso de adopción, con quienes debían tramitar y facilitarnos cada trámite allí mismo, en tierras rusas; pero también me asaltan dudas de si otras familias, han tenido esa misma suerte de poder seguir recordando y casi
necesitando volver allí, para
compartir la felicidad, (además de con nuestros hijos) con quienes tan importantes fueron para lograr ese final feliz y esperanzador. En nuestro caso, seguimos en contacto con todas esas personas, tratando incluso de mantener relación con quienes tan bien cuidaron de nuestra hija hasta su viaje a casa... Me consta que muchas familias de las que compartieron proceso con nuestros representantes y traductora, mantienen contacto con ellos, pero me queda la duda de si es algo habitual o no... (Espero salir de dudas con algún comentario de quienes ya concluyeron la adopción de sus hijos).
Por otro lado, el contenido de este mail, genera enormes emociones al sentir la certeza de que cada palabra viene expresada con total seguridad, afirmando y confirmando cada uno de nuestros sentimientos. Nos muestra nuevamente el cariño y el recuerdo hacia cada familia y sus pequeños con los que tantos importantes momentos ha compartido; mostrándonos su deseo de transmitir sus mejores deseos a cada una de estas personas.
Del contenido, además del tema personal y familiar; me quedo con un par de afirmaciones, que me permiten expresar tremenda alegría e ilusión...y que a su vez, certifican nuestro sentir: "De acuerdo con el plan de Dios, Lera nació para estar a vuestro lado"... Una afirmación así, permite emocionarnos, más aún cuando tenemos el convencimiento pleno de que era lo mejor que nos podía pasar a los tres en la vida (tanto a Lera como a nosotros), certificando que el plan de Dios, era verdaderamente ese (o queriéndolo ver así); provocando que todo lo ocurrido hasta entonces, estuviera motivado por ese encuentro. Y otro motivo de orgullo, es que se atreva a afirmar, que existe cierto parecido de Lera con su papá: sabemos que eso genéticamente no es posible; pero siempre pensé que existe algo que nos hace muy similares a quienes comparten nuestra vida, y ese algo, es el ejemplo...y al tratar de imitar y copiar incluso los gestos o la forma de actuar, los parecidos acaban fluyendo en uno u otro sentido.
Cada vez, tenemos más claro que nuestro retorno a Vladivostok es necesario...porque dejamos allí la semilla de un amor inolvidable, difícilmente explicable; y una relación muy estrecha tanto con el lugar como con la amplia familia que allí tenemos y nos aguarda.