sábado, 20 de julio de 2013

Disfrutar tras conocer la tristeza...

     Ayer, mientras regaba; volví a ver las cigüeñas revoloteando por las inmediaciones (allí estuvieron todo este tiempo de atrás, pero no las observé de la misma manera)...y me hizo recordar hace unos meses, cuando pensaba que quizás querían decirme algo; que traían un mensaje para nosotros...y ese mensaje, ya llegó: y aunque nos llevaba muy lejos, fue la mejor noticia que nos podían dar. Miraba al cielo, agradeciendo nuestra elección, y se me iba la mirada, más allá de las nubes, más allá de ese horizonte que atravesamos al emprender nuestro primer viaje...
     Gracias por estar allí, permitiéndonos sentir que se pueden conseguir las cosas: que después de la tristeza, viene la alegría... Que si nunca hubiéramos sabido qué se siente cuando los objetivos y los deseos no se cumplen; de igual modo, no habríamos apreciado lo que ahora sentimos y disfrutamos y lo que al cabo de un tiempo, podemos llegar a tener...
     Aprendemos en la vida, que para que algo bueno se produzca, debemos aprender que hay algo malo que también puede ocurrir; y al contrario...
     La suerte muchas veces, es poder conocer primero la derrota y la tristeza; para poder disfrutar y saborear lo bueno que se nos presenta y las oportunidades. Hay que ser persistente y optimista; y comprobar que, igual que ocurren las desgracias, podemos tener la suerte de hacer que lo bueno se nos presente...o quizás, aprender de lo que te traen esas desgracias, para crecer, hacerse fuerte y afrontarlas con más ánimo y conseguir convertirlas en triunfos, éxitos ó sueños hechos realidad: si se desean con todo el alma, esos deseos y esos sueños, se hacen realidad; quizás tras algún traspiés, pero se logran...
Algunas veces, tienes que caer antes de poder volar...

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