lunes, 2 de mayo de 2016

Ellos, tienen una nueva oportunidad...pero a nosotros, nos dan la vida.

     Esta semana, volvíamos a viajar en tren, tras recoger a Lera en el colegio. Salía feliz (como es habitual en ella), aunque quizás la emoción de saberlo, la tuvo alterada toda la jornada. No había sido su mejor día de comportamiento, pero sin duda, solo pensaba en volver a subir al tren, con papá y mamá... 
     Además, inesperadamente saludamos a un señor, a quien hizo gracia, y que casualmente era el maquinista del tren. Sin dudarlo, nos ofreció entrar en la cabina y observar el funcionamiento y puesta en marcha del tren; e incluso, ser testigos del arranque y circulación del mismo... Una gran sorpresa, que supuso un grandísimo regalo para Lera; pero también para nosotros que observábamos complacidos la alegría e ilusión que generaba un simple pero magnífico acto, de un personaje anónimo hasta ese momento. Y digo desde entonces, porque desde ese mismo momento, se convirtió en amigo de Lera, y lo recuerda constantemente. El sonido de los "pajaritos" y del grave claxon, hicieron las delicias de nuestra pequeña...sobre todo cuando era ella quien pulsaba el botón. Nos limitamos a observar y no entorpecer en ningún momento la visión, pero el hecho de poder ver cómo circula sobre las vías en primera persona, fue una fabulosa forma de comenzar este nuevo viaje en tren. Conocimos medios de seguridad del tren; y pudimos observar otro tren dirigirse en dirección contraria y cruzarse con el nuestro: qué sensación más agradable. Lera se sintió maquinista, de uno de sus medios de transporte favorito...y eso, como en el conocido anuncio de televisión, "no tiene precio".
     Qué decir del agradecimiento hacia este maquinista, que sentía auténtica emoción viendo la alegría suscitada en nuestra hija... Una experiencia única, que pudimos disfrutar enormemente gracias a un simple acto cordial, de alguien que nos confesó que lo más bonito de la vida, era poder hacer feliz a un niñ@... Y en este caso, todos comprendemos que a través de la adopción, nuestros hijos tienen una nueva oportunidad; pero a nosotros, sus papás, nos dan la vida...


1 comentario:

  1. Por supuesto, nos dan la vida y una felicidad infinita aunque terminemos el día derrotados con ellos.

    ResponderEliminar

Déjanos aquí tu comentario, que será publicado con todo nuestro agradecimiento. Esperamos ser de ayuda.